El primer D¨ªa Mundial del Libro convoca multitudes en toda Catalu?a
No s¨®lo no llovi¨®, sino que al fin luci¨® un sol esplendoroso. Tras un lunes lluvioso, repleto de malos presagios y de libreros preocupados, el d¨ªa de Sant Jordi transcurri¨® ayer en Catalu?a entre sonrisas de satisfacci¨®n de los editores y la habitual invasi¨®n del centro de las ciudades por una multitud hambrienta de libros y rosas. Sant Jordi fue de nuevo una fiesta, y en esta ocasi¨®n m¨¢s internacional que nunca, convertido por la Unesco en D¨ªa Mundial del Libro.El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, subray¨® que el de Sant Jordi "es un d¨ªa de afirmaci¨®n de Catalu?a como naci¨®n". Y el alcalde Pasqual Maragall, en una declaraci¨®n institucional, aprovech¨® para reivindicar la candidatura de Barcelona como capital cultural, europea para el 2001.
En Barcelona, la marea de compradores de libros empez¨® a desfilar hacia el centro muy pronto. El objetivo era La Rambla, el punto de mayor concentraci¨®n de libros y rosas, aunque toda la ciudad registraba un buen ambiente.
El deambular de escritores, con un circuito muy bien trazado (de librer¨ªa a librer¨ªa y firmo porque me toca) fue constante a lo largo del d¨ªa. Manuel Vicent hablaba de lo "humillante" que resulta a veces eso de firmar (o de no firmar), mientras que Javier Tomeo contaba que hay alg¨²n escritor que hasta consigue ligar mediante la firma. Vicente Verd¨², que firmaba ejemplares de El planeta americano (Anagrama), se mostraba encantado con la fiesta. "Me parece fant¨¢stico", dec¨ªa. "Los extranjeros que llegan en un d¨ªa como ¨¦ste deben de quedar sorprendidos con tanta participaci¨®n".
Babelia
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