Ian McKeIlen, nuevo rostro de una vieja leyenda
Ayer se estren¨® en Londres y en Madrid un 'Ricardo III' que le convierte en dictador fascista

Ricardo III, la historia del monarca brit¨¢nico convertido por Shakespeare en un personaje deforme, cuya ascensi¨®n y ca¨ªda. constituyen uno de los primeros estudios psicol¨®gicos vistos en un escenario, fue llevada al cine por Laurence Olivier en los a?os sesenta. Ahora, una nueva versi¨®n escrita e interpretada por Ian McLellen y dirigida por Richard Loncraine presenta los retos propios de la adaptaci¨®n filmada de una pieza teatral y otro m¨¢s: la trama se desarrolla en los a?os treinta y el protagonista es un hipot¨¦tico tirano del Reino Unido. Sus intrigas llegan al espectador con las palabras originales, pero Ian McKellen, el gran actor shakespeariano que las dice, adopta el aspecto de un dictador fascista.Su Ricardo III no es un personaje ret¨®rico, aunque conserve defectos f¨ªsicos similares a los descritos por Shakespeare. McKellen carga con una discreta joroba y tiene el rostro torcido, como si hubiera sufrido un derrame cerebral que ha da?ado su lado izquierdo. Lleva un fino bigote a lo Clark Gable: "Es un rasgo de vanidad en un hombre que detesta su aspecto, pero casi logra imponer su voluntad", dice el actor, que espera que el p¨²blico se pregunte a qui¨¦n le recuerda este rey, para llegar a una sola conclusi¨®n: "S¨®lo se parece a s¨ª mismo. Sus contempor¨¢neos son arrastrados por su ambici¨®n, arrojo y constancia. En cierto modo, logra vencer, que no ocultar, su deformidad".
Tragedia, 'melo' y comedia
A?ade McKellen: "No hay que olvidar que ¨¦sta es una peque?a historia de Inglaterra que nunca sucedi¨®. Shakespeare escribi¨® una obra de teatro que a¨²na la tragedia, el melodrama y la comedia. Pero no es un drama hist¨®rico. El aut¨¦ntico Ricardo III no era as¨ª". Ian McKellen agita los brazos con la exagerada mesura que caracteriza a los grandes actores shakespearianos. Est¨¢ sentado en una peque?a habitaci¨®n del Teatro Nacional londinense y no resiste la tentaci¨®n de recitar un pasaje particularmente doloroso. La duquesa de York, madre de Ricardo III, le dice que le odi¨® desde el momento de su concepci¨®n. Los dolores del parto fueron crueles, recuerda a su hijo. Ahora espera que sus enemigos le maten.Esta frase corre a cargo de la actriz brit¨¢nica Maggie Smith, con la que McKellen coincide por segunda vez. "No pretendo que el p¨²blico simpatice con un fascista. Pero es innegable que Ricardo fue rechazado por su propia madre, algo muy dif¨ªcil de superar. Intento acercar al p¨²blico a un hombre que conspira y asesina. Un personaje que merece, por lo menos, nuestra atenci¨®n". Los escenarios tampoco tratan de robar protagonismo al argumento. La ascensi¨®n al poder del rey est¨¢ rodeada de g¨®tico victoriano y su llegada a la cima y posterior destino es subrayada con aires de art d¨¦co.
McKellen es el autor de la adaptaci¨®n junto con el director, Richard Loneraine. Este ¨²ltimo ha intentado atraer al cine a espectadores que suelen sentirse sobrepasados por las obras de Shakespeare. A dicha tarea se han sumado tambi¨¦n nombres que, a simple vista, parecen ajenos al teatro cl¨¢sico. La reina Isabel, esposa del soberano Eduardo IV y cu?ada de Ricardo III, es la actriz norteamericana Annette Bening (A prop¨®sito de Henry, Valmont, Postales desde el filo, entre otras pel¨ªculas). Tener a una figura tan popular, esposa adem¨¢s de Warren Beatty, ha mejorado las perspectivas taquilleras de la cinta y sus posibilidades publicitarias. No obstante, el actor afirma que no ha cedido a presiones de este tipo. "Su acento nos conven¨ªa porque la reina no es de sangre real. Podr¨ªamos haber elegido a una int¨¦rprete europea, pero Annette me parec¨ªa la adecuada desde el punto de vista art¨ªstico".
De Robert Downey, que interpreta al hermano de Isabel, dice lo mismo. Llega como un estadounidense dispuesto a arrasar en Europa y acaba hundido: "Robert actua con el humor y sorpresa que el personaje requiere". Nigel Hawthorne, hermano de Ricardo, y Maggie Smith no necesitan presentaciones. El papel del primero en La locura del rey Jorge III est¨¢ pr¨®ximo. Maggie Smith, que ha ganado dos oscars, lleva en escena toda su vida y, es una de las grandes actrices inglesas vivas.
McKellen, con su mejor sonrisa, asegura que ha disfrutado como nunca en esta heterodoxa versi¨®n de Ricardo III, que poco tiene que ver con la de Laurence Olivier. Le halaga ser el impulsor: "Si sale bien, recibir¨¦ alabanzas. Si fracasamos, ser¨¦ tambi¨¦n yo el responsable. En el fondo, esto me gusta".
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