El Madrid se aleja de Europa
El Celta sobrevivi¨® sin problemas con diez jugadores en la segunda parte
El Madrid prolonga su tortuoso camino por la Liga. El equipo triste y ca¨®tico que suma tardes mediocres a lo largo del campeonato complet¨® ayer otro doloroso episodio en Bala¨ªdos, donde se quedaron buena parte de sus esperanzas de jugar en Europa el a?o pr¨®ximo, que se le escapan como agua entre las manos. Tampoco lejos del Bernab¨¦u recuerda al grupo que fulmin¨® la Liga la temporada pasada. Vigo fue para los blancos otro potro de tortura. Casi una hora jug¨® en superioridad num¨¦rica y de nada le sirvi¨®.Las exigencias se han convertido en un nuevo enemigo del equipo de Arsenio. Le acompa?an en su casa, donde padece una suerte de nueva versi¨®n del miedo esc¨¦nico, y p¨¢nico fue lo que experimento en Bala¨ªdos ante lo propicio de las circunstancias. Marc¨® primero y se dej¨® igualar. Y cuando todo estaba listo para un ejercicio de fe, diezmado el Celta por la expulsi¨®n de Agirretxu y con toda la segunda mitad del partido por delante, afloraron las dudas. Arsenio lanz¨® a sus carrileros e intent¨® llegar a toque de cometa, pero el desorden le impidi¨® enfriar la cabeza. El empate fue lo mejor que se pudo llevar.
Con los objetivos de la temporada pr¨¢cticamente cumplidos, el Celta se permiti¨® plantear el partido con generosidad. No hubo m¨¢s modificaciones t¨¢cticas que las forzosas. Fue el equipo de siempre: rocoso en la cobertura y desinhibido en el centro del campo, pero apenas resolutivo. El bal¨®n tard¨® en agarrarlo porque fue el Madrid el primero que lo reivindic¨®, pero en cuanto se apropi¨® de ¨¦l hizo sufrir a Ca?izares. Claro que para entonces el marcador ya se hab¨ªa movido: en un suspiro, Zamorano y S¨¢nchez hab¨ªan aplicado voltaje a un choque que se inici¨® sosegado.
Para adelantar al Madrid, el delantero chileno culmin¨® una jugada que consagr¨® las dotes de Soler como carrilero e hizo aflorar las deficiencias del Celta en la banda derecha. Fue una aberraci¨®n t¨¢ctica de Agirretxu la que despej¨® el carril a Soler, y el resto se ajust¨® a los manuales de estilo: centro, remate ce?ido al palo y gol. Sin tiempo para recrearse lleg¨® el empate, en un acto de justicia hacia quien est¨¢ siendo el hombre m¨¢s importante del grupo de Santos en este fin de temporada, su delantero S¨¢nchez.
Los dos goles convulsionaron el encuentro. Para empezar, desapareci¨® Ra¨²l, Luis Enrique se diluy¨® y el Madrid se refugi¨® en su banda izquierda, encomendado a Laudrup y Soler. Sus problemas fueron mayores cuando Santos adelant¨® a S¨¢nchez para acompa?ar a Milojevic, y el juego comenz¨® a deslizarse hacia los de casa.
Convencido de la trascendencia del encuentro, el caos hizo presa del equipo blanco, que puso en pr¨¢ctica una especie de suicidio colectivo al adelantar a todos sus hombres y dejar a Alkorta y a Sanchis, que ayer reaparec¨ªa, como ¨²nicos responsables del cierre: las ocasiones se sucedieron para los de casa.
La respuesta del Celta no fue cient¨ªfica, pero s¨ª efectiva. Santos explot¨® a S¨¢nchez. Recuperar balones y larg¨¢rselos al valenciano fue suficiente para que las ocasiones se sucedieran para los de casa, incluido un gol anulado por la torpeza de Berges y dos balones inexplicablemente desaprovechados por Ratkovic y Carlos.
Cuando Arsenio intent¨® poner orden con Guti y Michel, perdi¨® la banda izquierda, que decay¨® con la sustituci¨®n de Soler. Amavisca, renqueante, no logr¨® entrar en la retocada defensa del Celta, y la baja forma de Ra¨²l hizo el resto.
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