Flaco Jim¨¦nez: "El tex-mex es una adaptaci¨®n que hicimos los tejanos de la polka"
El acordeonista y cantante inicia hoy una gira por Espa?a
La fama no es importante para Flaco Jim¨¦nez. A este tejano de 56 a?os lo que le gusta son las giras y tocar con los amigos. Da igual que sea Mick Jagger el que le pida que ponga "un saborcito de acorde¨®n", Maverick, Emmylou Harris o el grupo Oskorri, el rey del tex-mex siempre dice s¨ª. "Me gustan mucho las invitaciones, para m¨ª son siempre experiencias nuevas", asegur¨¢ ayer horas despu¨¦s de aterrizar en Madrid procedente de M¨²nich. Hoy inicia en Barcelona su gira por Espa?a; el viernes actuar¨¢ en Madrid y el s¨¢bado en Santander.
Desde hace 10 d¨ªas trabaja sin descanso. Viene de Holanda, Suiza, Austria y Alemania. Sin embargo, la gira no parece haberle cansado lo m¨¢s m¨ªnimo. "El tiempo se va m¨¢s pronto tocando d¨ªa tras d¨ªa, es duro pero el cuerpo lo aguanta. En los conciertos me divierto mucho y por las ciudades que paso siempre hago amigos", asegur¨® con una cerveza- en la mano derecha y un cigarrillo en la otra.Fruto de una gira anterior es su amistad con el grupo espa?ol La Guardia. Con ellos grab¨® en Madrid Buena suerte, se?orita hace casi un a?o y ahora no s¨®lo ha incluido la canci¨®n en su ¨²ltimo disco sino que adem¨¢s es la que da nombre al ¨¢lbum. En San Antonio, la ciudad tejana donde vive, ha recibido tambi¨¦n recientemente la visita del grupo Oskorri, con los que ha grabado otro tema.
Flaco Jim¨¦nez lleva casi 50 a?os defendiendo el sonido tradicional de Tejas. "El tex-mex, una adaptaci¨®n que los tejanos hicimos de la polka que hab¨ªan tra¨ªdo los alemanes, es el nombre adecuado para definir esta m¨²sica. No tiene nada que ver con M¨¦xico ni con los sonidos fronterizos que se hacen al otro lado de la frontera. Los mariachis metieron el acorde¨®n en sus canciones por influencia nuestra. Ahora nosotros tambi¨¦n tocamos cumbias y ballenatos", asegura contento de tocar estos sonidos junto con la m¨²sica tradicional tejana.
"El tex-mex se cantaba en sus or¨ªgenes en las cantinas de San Antonio. Entonces no ten¨ªa el respeto que se merec¨ªa, se consideraban canciones de puro borracho". De una de esas cantinas le sac¨® Ry Cooder, un m¨²sico obsesionado por la b¨²squeda de nuevos sonidos, para lanzarle a la fama. "Un d¨ªa escuch¨® una canci¨®n m¨ªa en la radio y llam¨® a la emisora para contactar conmigo. Luego me vino a buscar a San Antonio y ah¨ª empez¨® una colaboraci¨®n de la que estoy especialmente satisfecho. ?l me abri¨® las puertas", dice.
En su curr¨ªculo figuran tres grammys y m¨¢s de 60 discos. "Eso sin contar los que grab¨¦ a 78 y a 45 revoluciones y las colaboraciones que he hecho con tantos grupos". Su carrera musical comenz¨® cuando ten¨ªa 12 a?os amenizando la fiesta de cumplea?os de un amigo. Aprendi¨® a tocar el acorde¨®n mirando c¨®mo su padre, Santiago Jim¨¦nez, daba lecciones a los ni?os. Su familia, de ascendencia espa?ola, est¨¢ plagada de artistas. Adem¨¢s de su hermano, alguno de sus ocho hijos tambi¨¦n le pega a la m¨²sica.- "La sangre habla por si misma. Yo nunca he tratado de influirles ni en un sentido ni en otro, ellos han escogido".
Su hijo David Jim¨¦nez toca la bater¨ªa con su padre ("est¨¢ en el grupo para cuidarme"). En el grupo le acompa?an tambi¨¦n, Max Vaca y ?scar T¨¦llez. El cuarteto al completo parece sacado de un fotograma de El mariachi. Flaco a diario viste con lo que podr¨ªa denominarse el uniforme del tex-mex: camisa de seda negra con bordados blancos, pantal¨®n y botas de punta tambi¨¦n negras. En su brazo derecho sobresale el tatuaje de un ¨¢guila y en la mano tiene graba do su nombre art¨ªstico. Son s¨®lo una muestra de los muchos que oculta su ropa. Confiesa que la m¨²sica no le ha hecho rico, pero s¨ª le ha permitido darle a sus hijos una educaci¨®n y vivir haciendo lo que le gusta.
Le gusta especialmente Espa?a, donde no tiene ning¨²n problema de comunicaci¨®n con el p¨²blico. Sus canciones recalcan sentimientos elementales y predican un modo de vida sencillo. Su nuevo disco, Buena suerte, se?orita, incluye letras del tipo "en el juego del amor / siempre gan¨¦ la partida,/ pero esta vez perd¨ª/ por una mala movida" o "tengo yo dos cosas tuyas / que te quiero devolver/ un rizo de tu cabello / y un beso que te rob¨¦".
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