"Y le llamaremos Enriqueto"
Imponer un nombre original a un ni?o tiene unos limites establecidos
Hasta 1977, si nac¨ªa un ser humano en Espa?a s¨®lo se le pod¨ªa poner un nombre castellano. Ese a?o la ley se modific¨® y abri¨® la posibilidad del registro a los nombres inscrirtos en cualquiera de las lenguas espa?olas. Un tal Jordi, de Sabadell, ya no ten¨ªa que ser Jordi en casa y Jorge en el DNI. Oficialmente ya pod¨ªa ser ¨¦l mismo.A mediados de los ochenta, coincidiendo con el regreso de muchos emigrantes espa?oles, el registro tuvo que enfrentarse a un nuevo l¨ªo. Bastantes de los ni?os nacidos fuera del territorio nacional ven¨ªan con nombre extranjero y, adem¨¢s, deseaban mantenerlo. Pero una resoluci¨®n de 1989 obligaba a traducir los nombres extranjeros a cualquiera de las lenguas oficiales de Espa?a. Elisabeth tuvo que transformarse en el castellano Isabel o en el catal¨¢n Elisabet y Edward pas¨® por decreto a llamarse Eduardo.
Pero en, 1990, con la masiva llegada de inmigrantes, las autoridades no tuvieron m¨¢s remedio que ceder ante la realidad. Ya no se trataba de espa?oles con hijos nacidos en M¨²nich o Venezuela, sino de un matrimonio de Marraquech que se negaba en rotundo, a ponerle a su ni?o Marian¨ªn. Por eso, en 1994 se abri¨® el registro civil a todo tipo de nombres. Ya se pod¨ªa llamar a un hijito Kevin Filippo, como lo hizo alg¨²n entusiasta del h¨¦roe de Bailando con lobos sin que el funcionario del registro le pusiera mala cara. Sin embargo, a¨²n quedan nombres que no pueden ser utilizados
Los nombres prohibidos
No se admiten los nombres que perjudiquen a la persona. No intente llamar a su hijo Mierda Fern¨¢ndez o Renacuajo Sanch¨ªs, porque le denegar¨¢n el certificado. Tampoco valen los n¨²meros o las may¨²sculas. JP-15 queda para las matr¨ªculas o para los modelos de lavadora.Se rechazan los diminutivos y los apodos coloquiales o familiares. O sea, Pichurri s¨®lo lo podr¨¢n seguir diciendo las abuelas en casa. Se desestiman los nombres que puedan hacer confusa la identificaci¨®n y los que lleven a error a la hora de determinar el sexo. No se le ocurra ponerle a su hijo mayor Mar¨ªa del Carmen, porque no cuela.
Para evitar los nombres interminables, se pone un tope m¨¢ximo. Ya no vale eso de Benito Ces¨¢reo Jos¨¦ de los Santos ?ngeles. Ahora no se puede poner m¨¢s de un nombre compuesto o m¨¢s de dos simples.
Como muchas veces la decisi¨®n de si un nombre es o no v¨¢lido entra en el terreno de lo subjetivo, existe un organismo de listos que se encarga de estudiar la propuesta. Estas son algunas de las resoluciones que ha dictaminado hasta la fecha.
Sadako se admiti¨® "por ser un nombre de fantas¨ªa", pero s¨®lo para el sexo masculino. Los nombres Amor, Trinidad, Consuelo y Amparo se han considerado ambiguos, aceptados para ambos sexos. Seg¨²n los que deciden, "como nombre com¨²n designan al g¨¦nero masculino y al referirse a la Virgen son femeninos".
El nombre Mar, despu¨¦s de haber sido rechazado en diversas ocasiones, se aprob¨® definitivamente en 1991 para ambos sexos. Az fue un nombre anulado por considerarlo "impersonal". Los padres de Az recurrieron la sentencia y, tras el recurso, fue aprobado por la direcci¨®n general del registro bas¨¢ndose en que representaba "el principio y el final del alfabeto". Eso s¨ª, el nombre qued¨® apto s¨®lo para se?oritas.
Lola, a pesar de las primeras reticencias por considerarlo una variante coloquial de Dolores, fue admitido debido a la gran cantidad de solicitudes. Teresita, debido a la popularidad de la santa, termin¨® recibiendo as bendiciones a pesar de ser un derivado de Teresa. Lo mismo ocurri¨® con Josefina o con Lina. Ca¨ªn, a pesar de ser un nombre b¨ªblico, sigue en la lista de los m¨¢s vetados. Se le considera peyorativo. Tampoco ha sido permitido en el registro el nombre de Iraultza (revoluci¨®n en euskera) o el de Libertad (reiteradamente rechazado hasta 1977).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.