Limitaciones o impurezas

No hubo suerte en el comienzo del ciclo especial San Isidro. El cartel de la noche era atractivo sobre el papel. Un renombrado tocaor jerezano, que cumpli¨® con su misi¨®n eficazmente, y un cantaor de C¨¢diz en plena madurez de facultades y experiencia, pero que no estuvo a la altura que de ¨¦l se esperaba.Juanito Villar no quiso, o no pudo, hacer honor al prestigio de que goza entre la afici¨®n, que le considera un buen int¨¦rprete de los palos caracter¨ªsticos de su tierra, as¨ª como de aquellos llamados fundamentales. En primer lugar, se limit¨® a hacer siete cantes por soleares, alegr¨ªas, tangos, fandangos y buler¨ªas, con la repetici¨®n de estos dos ¨²ltimos, en cada una de las dos partes de su breve intervenci¨®n.

Y no se puede decir que el cantaor gaditano estuviera bajo de condiciones. Por alegr¨ªas y tangos dio incluso muestras de un excelente estado f¨ªsico, de afinaci¨®n y sentido r¨ªtmico. Su expresi¨®n fue correcta en general, sin. embargo, fall¨® -corno tantas veces ocurre ¨²ltimamente entre los cantaores flamencos- en la variedad y en el contenido.

Tambi¨¦n olvid¨¦ que hay un repertorio de coplas flamencas tradicionales, muchas de ellas de extraordinaria emoci¨®n y belleza. Insisti¨® en el uso y abuso del cupl¨¦ con textos espurios de mensaje bochornoso. Prefiri¨® moverse en un plano horizontal superficial, en vez de buscar en las ra¨ªces m¨¢s vivas del pasado.