Piedras para un sue?o de navegaci¨®n
La presa de Grasco, una inmensa obra de ingenier¨ªa del siglo XVIII, permanece olvidada en el Guadarrama
Son piedras para un sue?o de navegaci¨®n. Una presa de 54 metros de altura, el primer eslab¨®n del canal navegable de Guadarrama que iba a conectar Madrid con Sevilla y el mar, fue abandonada hace 200 a?os y ahora permanece tan olvidada y desconocida como el sue?o de su creador: el controvertido ingeniero Carlos Lemaur, que muri¨® 15 d¨ªas despu¨¦s de entregar los 12 metros de planos del colosal proyecto. La historiadora Teresa S¨¢nchez L¨¢zaro ha investigado durante siete a?os los pormenores de la obra y del autor. Ha huido para ello de la palabra utop¨ªa, en lo que coincide con el catedr¨¢tico Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, que ha prologado su libro, editado por el Colegio de Ingenieros de Caminos.A 750 metros sobre el nivel del mar, en un empinado valle del camino de El Escorial, la presa de Gasco, inacabada y afectada por un derrumbe, se integra, durmiendo en el paisaje, con un abrazo de miles de toneladas, de piedra, al curso del Guadarrama, que transcurre suave mente bajo los inmensos 72 metros de b¨®veda de ca?¨®n de su base.
Destinada a doblar, con 92 metros proyectados, el r¨¦cord de altura de la ¨¦poca, la presa fue levantada seg¨²n una t¨¦cnica arcaica -posiblemente heredada de los romanos-, en muros transversales de mamposter¨ªa asentados con mortero, rellenando los huecos con materiales sueltos.
Sin embargo, la tormenta ocurrida el 14 de mayo de 1799 provoc¨® un desgarro en el paramento de Aguas Abajo, muro sur de la presa, que dio al traste con 12 a?os de traba o de centenares de presos al mando de los cuatro hijos de Lemaur. Fueron ¨¦stos, en realidad, quienes dise?aron la presa, ya que su padre s¨®lo tuvo tiempo de ubicar el emplazamiento ideal; no estuvieron a la altura, ya que, seg¨²n Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, "si se hubiera terminado y embalsado el agua, habr¨ªa causado un desastre mayor".
El paramento de Aguas Arriba, con un ¨¢ngulo de 60 grados, es un formidable lienzo de piedra cubierta, de musgo y tomado de plantas en los intersticios, que le han convertido en un jard¨ªn colgante. Sobre la coronaci¨®n de la presa hay varias encinas y pinos, y quedan montones de la cal usada para el mortero y ahora petrificada. A los lado s hay canteras; m¨¢s abajo quedan graveras y restos de los pabellones de los ingenieros. Tambi¨¦n quedan restos de las 32.000 varas (26 kil¨®metros) de canal que se llegaron a construir.Resulta sorprendente que apenas haya habido derrumbamientos posteriores, ya que no hay piedras en el r¨ªo. La estructura interna est¨¢ al descubierto. Asimismo, las juntas laterales y los muros transversales, llenos de mojones colocados en sentido horizontal, dibujando dentaduras, dan aspecto de obra maya al paramento de Aguas Abajo. Entre las arenas del derrumbe crecen ahora amapolas y dientes de le¨®n que ironizan, con sus colores rojo y amarillo, sobre un pasado fracaso.La obra, propuesta y financiada por el Banco de San Carlos (antecesor del Bando de Espa?a) para mantener y aumentar los privilegios del 1,5% de la plata obtenida por el Estado, iba a tener 771 kil¨®metros.Gasco iba a ser el primer vaso, aportando al canal agua hasta su uni¨®n con el Manz¨¢nares, que despu¨¦s se unir¨ªa con el Jarama hasta llegar a Aranjuez. Desde all¨ª subir¨ªa hasta Tembleque y conectar¨ªa con una nueva presa levanta da en el curso del r¨ªo Riansares, cerca de Corral de Almaguer. El canal continuar¨ªa por La Mancha hasta la uni¨® ? n del Cig¨¹ela y el Z¨¢ncara, donde se surtir¨ªa tambi¨¦n de aguas del Guadiana la Chica. Desde all¨ª bajar¨ªa hasta El Humilladero, donde se juntar¨ªa con un canal subsidiario, surtido por una presa en el Jabal¨®n, cerca de Villanueva de los Infantes, hasta llegar a Almuradiel. Se nutrir¨ªa de los r¨ªos Cabezomalo y Maga?a hasta Despe?aperros. M¨¢s abajo, aportar¨ªan sus aguas el Guarrizas, el Guadal¨¦n y el Guadalimar. All¨ª se conectar¨ªa con el Guadalquivir y llegar¨ªa hasta C¨®rdoba y des pu¨¦s a Sevilla y de ah¨ª al mar.Las dos divisorias que deb¨ªa salvar, situadas en cotas entre los 700 y 800 metros de altitud -una en Tembleque, en los Montes de Toledo, y la otra en los altos del Jabal¨®n- iban a ser resueltas con el sistema de esclusas econ¨®micas, que se utiliz¨®, un siglo antes en Boufinge sobre el canal de Ypress (Francia). Al parecer, Lemaur, experto en hidr¨¢ulica, las hab¨ªa mejorado, lo que hab¨ªa sido, a?os atr¨¢s, el motivo de su contrataci¨®n. Las citadas esclusas consegu¨ªan recuperar parte del agua utilizada para la elevaci¨®n de las barcazas, desvi¨¢ndola a dep¨®sitos laterales. Existi¨®, presumiblemente, una maqueta de car¨¢cter secreto construida por Lemaur que se ha perdido.El principal problema, por supuesto, era el agua. Lemaur lo aborda valientemente al principio de la memoria: "Los m¨¢s de los r¨ªos y arroyos se secan. los m¨¢s de los veranos". Luego explica que se propone economizar al m¨¢ximo el gasto de agua y el n¨²mero de esclusas.
El tal¨®n de Aquiles del canal estaba en el r¨ªo Riansares, que deber¨ªa aportar todo su caudal a las esclusas necesarias para la re monta del valle del Tajo. En cuanto al n¨²mero de ¨¦stas, hay opiniones para todos los gustos, y el tema suscita pol¨¦mica entre los ingenieros. El hecho es que, de haberse construido, hubiese habido ¨¦pocas en las que no habr¨ªa sido viable la navegaci¨®n, pero s¨ª el regad¨ªo.
Lemaur fue un gran top¨®grafo. Las mediciones hechas hace dos siglos sorprenden por su exactitud. El trazado coincide adem¨¢s en muchos de sus puntos casi exactamente con los de la autov¨ªa de Andaluc¨ªa y el AVE. No resulta dif¨ªcil especular sobre las consecuencias sobre el desarrollo en Espa?a que hubiese tenido la construcci¨®n, del canal del Guadarrama. Hubiera sido una obra larga y de costosa construcci¨®n y mantenimiento, pero habr¨ªa facilitado una articulaci¨®n con Andaluc¨ªa s¨®lo reci¨¦ntemente culminada.
Por otra parte, en la otra obra hidr¨¢ulica de Lemaur ya se hab¨ªa perfilado la misma preocupaci¨®n que manifiesta en ¨¦sta, y es la de la utilizaci¨®n de los canales para el regad¨ªo, en contraposici¨®n a los criterios del almirante Ulloa, que le exig¨ªa trazados rectil¨ªneos que encarec¨ªan la construcci¨®n y que fueron causa de sus desavenencias en la construcci¨®n del Canal de Castilla, las cuales terminaron con el destierro camudado de Lemaur a Galicia. Fue este destierro un nuevo salto en su agitada biograf¨ªa.Una vida en Espa?a
Lemaur lleg¨® a Espa?a en 1750 porque el marqu¨¦s de la Ensenada necesitaba un ingeniero con experiencia en hidr¨¢ulica para construir el Canal de Castilla, una obra que facilitar¨ªa la salida al mar del grano. De su pasado en Francia no se sabe apenas nada, salvo que naci¨® en Montmirail (Champagne) alrededor de 1720 y que probablemente le convino el contrato en Espa?a porque all¨ª ten¨ªa deudas.
Tras, construir fortificaciones en Galicia, volvi¨® a la Corte para formar parte de la Sociedad Real de Matem¨¢ticas, materia sobre la que public¨® un tratado. Luego se dirigi¨® al norte para construir el Camino de Galicia. All¨ª, cerca de Bembibre, descubri¨® yacimientos de hierro y carb¨®n. Fue acusado de corrupci¨®n por desviar materiales de la obra para las minas y una herrer¨ªa que construy¨®. El largo proceso que se sigui¨® contra ¨¦l fue finalmente sobrese¨ªdo. La sentencia establec¨ªa la inocencia de Lemaur y se?alaba claras responsabilidades penales para sus detractores, que nunca fueron procesados. Posteriomente construy¨® el palacio de Rajoy, en la plaza del Obradoiro (Santiago). A medias con el relojero de palacio, llamado Niset, tambi¨¦n construy¨® un observatorio astron¨®mico y un telescopio en la calle de la Montera (Madrid) para observar el paso de Venus sobre el Sol que se registr¨® el 5 de junio de 176 1.
Su segunda obra en importancia es el paso de Despe?aperros, desde el que proyect¨® un canal navegable hasta Sevilla, embri¨®n del Canal de Guadarrama. Lemaur tradujo del franc¨¦s un tratado de econom¨ªa, y en un margen para apoyar una demostraci¨®n matem¨¢tica anot¨® lo siguiente: "As¨ª es como lo hac¨ªamos en Par¨ªs con mi maestro D'Alembert" (corredactor de la Enciclopedia). Su partida de defunci¨®n finaliza con la frase: "Fue enterrado en secreto".
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