El Rayo hiere al M¨¦rida
Zambrano debuta con victoria tras siete jornadas sin vencer el equipo vallecano
El Rayo Vallecano se empe?a en creer en lo imposible. Ayer, mediatizado por la necesidad, asest¨® una herida de muerte a su m¨¢s directo rival en la lucha por eludir el descenso. Coincidiendo con el deb¨² de Fernando Zambrano en el banquillo, los franjirojos se reencontraron con el triunfo tras siete jornadas en blanco.Fue un partido cruento, ag¨®nico, porque a estas alturas de la temporada el destino sit¨²a al M¨¦rida y al Rayo como la imagen viva de la angustia futbol¨ªstica. Dos conjuntos convertidos en amenaza mutua, y en esa batalla por la supervivencia sali¨® airoso el Rayo, m¨¢s asentado, en¨¦rgico y tranquilo que su oponente.
El partido naci¨® loco, con un ritmo tan vertiginoso como precipitado. El M¨¦rida busc¨® la verticalidad de Prieto y el Rayo Vallecano la cabeza de Aquino como soluciones urgentes para cada bando. En compartida solidaridad, el centro del campo se pobl¨® de jugadores, y en esa circunstancia la falta de talento generalmente se suple con voluntad inoperante y mucho cuerpo a cuerpo.
El Rayo cerr¨® bien las bandas y Gallego, Ezequiel y Barla presionaron ordenadamente. Por los locales, Reyes, generoso en el esfuerzo, busc¨® sin suerte salida para los balones, mientras Sinval se asfixiaba en la mara?a de hombres. Los de Kresic, sin coherencia ofensiva, jugaban a destajo, con los impulsos de Quique Mart¨ªn y los centros de Jos¨¦ Mar¨ªa. Aquello ol¨ªa mal.
El Rayo Vallecano logr¨® enfriar el partido y tras el descanso adopt¨® una actitud m¨¢s comprometedora, observando las carencias, los nervios y la falta de fluidez de su rival. Aprovechando. la fragilidad de la defensa emeritense, muy descompuesta toda la tarde, Barla resolvi¨® con acierto la ¨²nica ocasi¨®n de su equipo dentro del ¨¢rea. Y a continuaci¨®n, lejos de atrincherarse, el Rayo ara?¨® espacios y acab¨® controlando el juego.
Apedreados
Lo m¨¢s lamentable sucedi¨® despu¨¦s del partido cuando el autocar en el que regresaba la expedici¨®n rayista a Madrid fue apedreado por un grupo de j¨®venes apostados en la carretera. Afortunadamente, no hubo heridos de consideraci¨®n.
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