"He escrito mi libro m¨¢s duro, y el m¨¢s triste"
"Noticia de un secuestro" , de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, se pone a la venta ma?ana en toda Espa?a
Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez (68 a?os) lleg¨® el viernes a Madrid. ?Para presentar su libro? No. Le interesa hablar de Colombia, de Espa?a, del narcoterrorismo, del futuro.... pero no de Noticia de un secuestro. ?Para asistir a alguna de las corridas de San Isidro? Le gustar¨ªa. ?Para acompa?ar a su amigo Felipe Gonz¨¢lez en su mudanza de La Moncloa? Por descontado. "Soy felipista", repite con el mismo entusiasmo que si votase en Espa?a. El s¨¢bado, pasado el jet lag, se fue corriendo a La Moncloa. Le dio pena, ya era una casa vac¨ªa y Felipe no estaba. Le sigui¨® hasta el parque nacional de Monfrag¨¹e y all¨ª compartieron una jornada extra?a y melanc¨®lica: el ex presidente del Gobierno hab¨ªa querido pasar un d¨ªa en el parque, a solas con sus guardaespaldas, que le han acompa?ado durante casi 14 a?os, para despedirse de ellos. Y el premio Nobel de Literatura se sum¨® al adi¨®s. Pescaron, charlaron. El escritor ha querido sentirse cerca de los Gonz¨¢lez en el cambio de casa."Han vivido all¨ª 13 a?os, c¨®mo no se van a sentir algo extra?os, emocionados". La hija de Felipe no ha conocido pr¨¢cticamente otro hogar. "Le he dicho que le voy a enviar una libreta muy especial para que escriba en ella con mucha atenci¨®n, con detalle, todos sus recuerdos de estos a?os. Ser¨¢ importante para ella".
Los toros de San Isidro
Ya no hay tiempo para las nostalgias. Entre la mudanza de Felipe, el l¨¢tigo de do?a Carmen Balcells (firma de ejemplares, correcci¨®n de pruebas para la segunda edici¨®n ... ), al pobre Gabo se le fue el santo al cielo, se olvid¨® de San Isidro y se qued¨® sin entradas. ?sta era ayer una de sus grandes preocupaciones. Le hab¨ªan dicho que no hab¨ªa abonos ni en la reventa. Bueno, algo saldr¨ªa, y se consol¨® comiendo los "mejores callos de Madrid, o sea, del mundo", y conversando. Garc¨ªa M¨¢rquez se interes¨® por los nuevos inquilinos de La Moncloa y record¨® su ¨²ltimo encuentro all¨ª con Gonz¨¢lez, a principios de oto?o. No eran buenos momentos. "Cuando le di un abrazo, me dijo: 'Vaya, hombre, creo que eres el ¨²nico en Espa?a que quiere abrazar al presidente'. Ahora est¨¢ espl¨¦ndido. Ya sabe que el tel¨¦fono no sonar¨¢ de madrugada". El escritor no desde?¨® ning¨²n chisme ni chascarrillo. "?Es cierto que muchos ex ministros han engordado?", claro que si Belloch, adem¨¢s, ha dejado de fumar... Garc¨ªa M¨¢rquez no pudo evitar una sonrisa entre sard¨®nica y maliciosa cuando se le coment¨® que a Mario Vargas Llosa ya le llaman el Garc¨ªa M¨¢rquez de Aznar".Las risas y bromas acabaron cuando el Nobel tuvo que hablar, por fin, de Noticia de un secuestro, probablemente el libro m¨¢s esperado de la temporada. Garc¨ªa M¨¢rquez ten¨ªa ganas desde hac¨ªa tiempo de enfrentarse a lo que ¨¦l llama "un buen reportaje". La oportunidad surgi¨® cuando la periodista Maruja Pach¨®n y su marido, Alberto Villamizar, le sugirieron que escribiera un libro sobre las experiencias de ella durante sus seis meses de secuestro y la lucha infatigable de ¨¦l por liberarla que le llev¨® a negociar personalmente con Escobar y a conseguir finalmente que se entregase.
Avanzado el primer borrador, se dieron cuenta de que ese secuestro no era un hecho aislado y que estaba relacionado con otros nueve ocurridos al mismo tiempo en Colombia. Era una misma empresa, un "secuestro colectivo", con el que los extraditables con Pablo Escobar a la cabeza pretend¨ªan, primero, no ser extraditados a Estados Unidos, ser considerados presos pol¨ªticos, entregarse en sus condiciones... Y empez¨® el verdadero trabajo. Gabo se entrevist¨® con cuantos protagonistas pudo, reuni¨® documentaci¨®n, consigui¨® incluso el diario ¨²ltimo de Diana Turbay, hija del ex presidente Julio C¨¦sar Turbay y periodista de televisi¨®n que fue capturada en una trampa con un equipo de cinco periodistas.
Garc¨ªa M¨¢rquez fue reconstruyendo cada historia: la segunda secuestrada fue Marina Montoya, hermana del ex secretario general de la Presidencia del Gobierno de Virgilio Barco; despu¨¦s cay¨® Pacho Santos, redactor jefe de El Tiempo y, finalmente, juntas, Maruja Pach¨®n, que a la saz¨®n trabajaba como directora de Focine (compa?¨ªa estatal de fomento del cine) y su cu?ada, Beatriz Villamizar, que trabajaba con ella. Hablar con ellos, con sus parientes, fue una experiencia que el escritor define como "humanamente desgarradora e inolvidable". Sobre todo en lo que refiere a las familias de las dos rehenes muertas: Marina Montoya y Diana Turbay. Especialmente duras fueron las entrevistas que Gabo mantuvo con Nydia Quintero, la madre de Diana. "Las cintas que tengo grabadas son estremecedoras, estaba destrozada". Nydia sab¨ªa, no era simple intuici¨®n, que su hija iba a morir y supo incluso casi al minuto que estaba muriendo. Garc¨ªa M¨¢rquez reuni¨® una enorme informaci¨®n. El primer trabajo ten¨ªa m¨¢s de 700 folios. El libro ha quedado finalmente en 327 p¨¢ginas, que ha estructurado con esa pericia mani¨¢tica y obsesiva que tantos quebraderos de cabeza le da: el hilo conductor es el matrimonio Pach¨®n Villamiz¨¢n. En los cap¨ªtulos impares, aborda la historia desde los ojos de los secuestrados y, en los pares, desde los que est¨¢n fuera. As¨ª repartidos, a partir de much¨ªsimas opiniones, vemos tambi¨¦n el perfil de los secuestra dores, de los pol¨ªticos, de los movimientos guerrilleros, del propio Escobar. ?Queda quiz¨¢ la idea de que Garc¨ªa M¨¢rquez lleg¨® a sentir cierta admiraci¨®n por Escobar? "Creo que lo que queda claro en el libro es mi amistad y mi admiraci¨®n por Gaviria", pero. Escobar puso ¨¦l solo en jaque a toda la polic¨ªa de Estados Unidos, "burl¨® a todos".
?Ha sido f¨¢cil entenderse con los protagonistas que aparecen en este libro? "No con todos. Por, ejemplo, fue a ratos muy complicado con Nydia Quintero. Lleg¨® a plantearme que le daba m¨¢s protagonismo a Maruja y a su marido que a ella y yo intentaba explicarle que el libro ten¨ªa que tener un hilo conductor". Y tan buen hilo conductor tiene que es un reportaje repleto de datos que se lee como una novela hasta llegar a la ¨²ltima p¨¢gina como si no supi¨¦semos ya el desenlace.
Es tambi¨¦n un libro did¨¢ctico. Quien no tenga ni idea de qu¨¦ es el narcotr¨¢fico, el narcoterrorismo o qu¨¦ sucedi¨® en Colombia en esos meses de 1990 y 1991, cuando llegue a la p¨¢gina. 30 estar¨¢ al tanto de la cuesti¨®n sin haberse enterado casi de que est¨¢ leyendo Historia con may¨²scula. Buena parte de las casi 400 p¨¢ginas eliminadas se refieren a la parte m¨¢s ardua de las negociaciones, de los sucesivos decretos, etc¨¦tera. "Creo que, si hubiera dejado m¨¢s material de ¨¦se el libro hubiera resultado excesivamente farragoso". Y lo que al escritor le interesa m¨¢s que nada es que le lean. "M¨¢s que ganar dinero, lo que quiero es que me lean". Tambi¨¦n le preocupaba que el libro fuera comprendido igualmente en Colombia que fuera del pa¨ªs. Intentar que lo que all¨ª puede resultar obvio no lo sea en otras partes. "?Y lo he conseguido, verdad?" Lo ha conseguido.
La situaci¨®n de los secuestrados es descrita en general con enorme dramatismo y con pocos adjetivos. La muerte de Marina, la de Diana, el miedo, la injusticia y la crueldad innecesarias, pero tambi¨¦n hay humor. Humor que bordea lo negro, en situaciones casi inveros¨ªmiles como la del periodista alem¨¢n Hero Buss, que fue secuestrado con el equipo de Diana Turbay, que llega a prestar dinero a uno de sus secuestradores para el parto de su mujer o en la camarader¨ªa entre rehenes y captores (fiestas de despedida y regalos incluidos a los liberados, por ejemplo). "Es que la vida es eso, pase lo que pase, a pesar de todo, siempre contin¨²a".
Y como la vida sigue regres¨® la broma. "En los dos ¨²ltimos meses he cometido casi al mismo tiempo dos locuras: reunirme con 500 militares para explicarles por qu¨¦ soy antimilitarista, y lo hice yo, que cuando me encuentro con m¨¢s de 12 personas ya tengo miedo, y comprarme un, piano de cola para 12 personas". Estupefacci¨®n, ?un piano para 12 personas? "Claro, es el n¨²mero ideal para reunirse en tomo a ¨¦l y si estamos 12 personas y un piano de cola podemos llegar juntos cantando hasta el amanecer". Pero de lo que m¨¢s quiso hablar Gabo, tambi¨¦n como siempre, fue de periodismo y de sus talleres. Y una buena noticia: el escritor anunci¨® que estudia la programaci¨®n de un nuevo taller en la Escuela de Periodismo de EL PA?S-Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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