Tres equipos afirman tener la prote¨ªna de la fertilizaci¨®n
Durante d¨¦cadas, los bi¨®logos han buscado una prote¨ªna crucial en el espermatozoide que le permite fertilizar el ¨®vulo. Se trata de algo m¨¢s que un inter¨¦s acad¨¦mico, puesto que podr¨ªa conducir a nuevos anticonceptivos y, no secundariamente, a grandes beneficios econ¨®micos. En los ¨²ltimos 20 a?os, docenas de laboratorios han proclamado haber encontrado la prote¨ªna. Pero, uno tras otro, esos hallazgos se han ido demostrando fallidos.Sin embargo, ahora, tres famosos equipos de bi¨®logos moleculares de importantes universidades de Estados Unidos dicen haber encontrado la prote¨ªna del espermatozoide. El problema radica en que cada grupo tiene una prote¨ªna diferente, y los cient¨ªficos se?alan que s¨®lo una puede ser la verdadera. Los expertos est¨¢n asombrados y divertidos, y se preguntan c¨®mo tres altamente respetadas revistas -Science, Nature y Cell-, que antes de publicar los art¨ªculos someten los textos a severa revisi¨®n, pueden haber publicado informes mutuamente contradictorios.
"Es un problema real", dice uno de quienes presuntamente han encontrado la prote¨ªna, Jeffrey Bleil, del Instituto. Scripps de La Jolla (California). "Algo falla en el proceso de revisi¨®n de textos". Adem¨¢s de Bleil afirman haber encontrado la prote¨ªna Barry Shur, del Centro Oncol¨®gico Anderson de Houston; y Deborah. Burks, del Centro de Diabetes Joslin de Boston, y Patricia Saling, de la Universidad Duke en Durham (Carolina del Norte).
La clave del proceso
La prote¨ªna del espermatozoide es clave en el proceso de fertilizaci¨®n, pero es dif¨ªcil de encontrar porque la cabeza del espermatozoide contiene cientos de ellas. El papel de ¨¦sta concreta es anclarse en la zona pellucida, un gel protector que rodea el ¨®vulo, y permitir una lluvia de enzimas c¨¢usticos desde la cabeza del espermatozoide que le abran camino para atravesarla.
La principal estratagema de los investigadores para aislar la prote¨ªna consisti¨® en comenzara hacerlo con su contrapunto, la prote¨ªna a la que se une en la zona pellucida. Esta prote¨ªna, llamada ZP3 (por zona peflucida 3) fue descubierta hace unos 15 a?os por Paul Wasserman.
Cuando se descubri¨® la ZP3, las revistas se llenaron de cartas de bi¨®logos que dec¨ªan haber encontrado la prote¨ªna del espermatozoide. Pero al menos un investigador tom¨® una senda diferente. Shur experiment¨® con una variedad de ratones mutantes cuyo espermatozoide era extraordinariamente eficaz a la hora de fertilizar. Descubri¨® que todas las mutaciones ten¨ªan relaci¨®n con una prote¨ªna concreta del espermatozoide. Quiz¨¢, razon¨® Shur, se tratase de la prote¨ªna-nexo con la ZP3. En los ¨²ltimos 14 a?os Shur public¨® art¨ªculos en revistas especializadas en los que aport¨® pruebas de que era la prote¨ªna buscada.
"Lo cierto es que hicimos todos los experimentos est¨¢ndar y tradicionales que un bioqu¨ªmico o un bi¨®logo. molecular puede hacer para demostrar que una prote¨ªna se comporta de modo predecible", dice Shur, pero tambi¨¦n reconoce que los ratones sin la prote¨ªna siguen siendo f¨¦rtiles, aunque las camadas son m¨¢s peque?as y los embarazos unos d¨ªas m¨¢s largos, lo que indica que los esperamatozoides tardan m¨¢s en penetrar en los ¨®vulos.
A Snell esto le preocupa, porque va contra las teor¨ªas de la evoluci¨®n. Y Bleil no cree que una prote¨ªna presente en todas las c¨¦lulas del cuerpo pueda ser la buscada. Adem¨¢s, ¨¦l tiene otra prote¨ªna candidata mejor, presente s¨®lo en el espermatozoide. La lleva buscando seis a?os, identificando prote¨ªnas con alta afinidad espec¨ªfica con ZP3. La que presenta mejores condiciones es una que ha llamado sp56, de la que ha clonado el gen tras cinco a?os de trabajo.
El tercer equipo que afirma tener la prote¨ªna, el de Burks y Saling, utiliza otra t¨¢ctica. Ellos tomaron todas las prote¨ªnas del espermatozoide del rat¨®n y las separaron en un gel. A?adieron ZP3 y descubrieron que se pegaba a una de las prote¨ªnas, la ZRK, y luego identificaron el equivalente humano de la ZRK, present¨¦ s¨®lo en el espermatozoide. El problema es que la de Shur, la sp56 y la ZRK equivalente son prote¨ªnas distintas.
Una batalla cient¨ªfica y econ¨®mica
Un motivo que explica el inter¨¦s que suscita la localizaci¨®n de la prote¨ªna del espermatozoide es el econ¨®mico. "El Gobierno federal ha gastado millones de d¨®lares en desarrollar una vacuna anticonceptiva", dice Lee Silver, de la Universidad de Princeton. La idea es inmunizar a las mujeres para que produjeran anticuerpos contra la prote¨ªna del espermatozoide, evitando que fertilizara sus ¨®vulos.Ser¨ªa un anticonceptivo reversible, a?ade Silver, puesto que los niveles de anticuerpos descender¨ªan al cabo de un a?o, por lo que ser¨ªa necesario reponerlos para mantener la infertilidad. Pero igualmente se tratar¨ªa de un anticonceptivo muy eficaz y barato comparado con los actuales.
Otra idea ser¨ªa bloquear el espermatozoide con un gel anticonceptivo que contuviese prote¨ªnas que se anclaran a la del espermatozoide e impidieran la fertilizaci¨®n.
Silver confiesa que ¨¦l mismo pens¨® en cierta ocasi¨®n haber encontrado la prote¨ªna, pero luego vio que estaba equivocado. Explica que su inter¨¦s procede de su propia investigaci¨®n sobre la evoluci¨®n: se cree que la prote¨ªna del espermatozoide es una de los primeros elementos que cambian cuando las especies se separan.
Los cient¨ªficos que no, est¨¢n en esta batalla est¨¢n estupefactos, porque no pueden encontrar fallos grandes en ninguno de los art¨ªculos, pero, dado que los ensayos realizados son complejos, se han podido producir resultados falsos f¨¢cilmente. Lo malo, es que se han publicado en revistas muy prestigiosas. Como dice uno de ellos, William Snell, de la Universidad de Texas, "en cinco a?os, o quiz¨¢ tres, sabremos qui¨¦n tiene raz¨®n".
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