Una radio a cuerda contra el sida
Transistores a manubrio para que pueblos de ?frica sin luz reciban informaci¨®n contra la enfermedad
La radio es la ¨²nica fuente de informaci¨®n para millones de personas que viven en zonas adonde no llega ning¨²n otro medio de comunicaci¨®n. Estas personas -en muchos pueblos de ?frica, por ejemplo- no disponen a veces de suministro el¨¦ctrico ni pueden ir a comprar pilas al quiosco de la esquina. Pensando en ellos y en la necesidad de difundir informaci¨®n sanitaria, sobre todo frente al sida, un brit¨¢nico ha inventado la radio que funciona d¨¢ndole cuerda, igual que funcionaban los gram¨®fonos primitivos.Trevor Baylis, de 58 a?os, estaba hace tres a?os viendo un programa sobre el sida en ?frica en el que se hac¨ªa hinca pi¨¦ sobre la necesidad de difundir informaci¨®n como mejor forma de luchar contra la epidemia. Se imagin¨® a s¨ª mismo en una zona remota y en tiempos pasados, d¨¢ndole cuerda al gram¨®fono mientras beb¨ªa un gin tonic. "Entonces pens¨¦: si un resorte es capaz de extraer la m¨²sica de un disco, por qu¨¦ no habr¨ªa de funcionar una radio accionada por cuerda".
Tras unas pruebas alentadoras, Baylis pens¨® c¨®mo comercializar el sistema. Ahora el sue?o se ha hecho realidad, y la radio empieza a llegar a esas comunidades remotas en las que pensaba Baylis.
La radio de cuerda es bastante voluminosa y pesada: 2,6 kilogramos, y unas dimensiones de 40 por 30 por 18 cent¨ªmetros. La cuerda es de 60 vueltas de manivela, que sirven para 40 minutos de audici¨®n. Desde finales del a?o pasado, la radio, bautizada con el nombre de Baygen (generador de Baylis), la fabrica en masa una empresa surafricana que emplea a 200 minusv¨¢lidos.
La f¨¢brica est¨¢ a pleno rendimiento y produce 1.000 aparatos diarios. El 10% de los aparatos se dan gratis a comunidades necesitadas y otros se venden a bajo precio seg¨²n zonas y pa¨ªses. En las tiendas caras, donde se compra por curiosidad, se venden a unas 15.000 pesetas (tres o cuatro veces el precio de un transistor regular), y as¨ª se financia el mercado africano.
La electricidad se genera a partir un resorte 3, una caja de engranajes. El voltaje necesario era de unos tres voltios, y la intensidad, de 50 amperios, y hubo que estabilizar estos valores por mecanismos electr¨®nicos. El resorte elegido fue uno de fuerza constante. La, obsesi¨®n de Baylis tras lograr un prototipo que funcionaba con una calidad aceptable fue reducir el tama?o, ya que pensaba que ser¨ªa un factor importante a la hora de su venta, y para ello se centr¨® en el resorte, pero no consigui¨® gran cosa. Entonces contact¨® con la Universidad de Bristol (Reino Unido), concretamente con Duncan Grant, del departamento de electr¨®nica industrial, cuyo trabajo es mucho M¨¢s minucioso.
"Cuando Duncan vino a conocer el proyecto, me pregunt¨¦ si conseguir¨ªa reducir el tama?o m¨¢s de lo que yo lo hab¨ªa logrado, lo cual result¨® una pretensi¨®n imposible, porque la radio ser¨ªa demasiado peque?a e incapaz de ofrecer lo que yo exig¨ªa. Lo que tuvimos que hacer fue volver al resorte original m¨¢s grande". Sin embargo, Duncan s¨ª consigui¨® mejorar su funcionamiento.
Baylis, que no acab¨® la educaci¨®n secundaria, no comercializ¨® su aparato de radio en el sentido convencional. Su primera gesti¨®n consisti¨® en solicitar la patente, que le dar¨ªa un a?o de respiro. Luego empez¨® a llevar el prototipo de empresa en empresa, pero no obtuvo m¨¢s que negativas.
Su oportunidad lleg¨® de la mano de un programa de televisi¨®n de la BBC sobre el futuro. Uno de los telespectadores, Christopher Staine, director de una empresa de contabilidad, se puso en contacto con ¨¦l, y juntos elaboraron un plan de comercializaci¨®n. Obtuvieron ayudas del Gobierno brit¨¢nico y, con la cooperaci¨®n de una gran empresa surafricana, montaron la f¨¢brica.
Baylis empez¨® trabajando en un laboratorio de mec¨¢nica. Luego estudi¨® electr¨®nica por su cuenta, pero su mente siempre fue la del inventor. Hoy reside en Sur¨¢frica y ha creado su empresa, llamada Baygen Power Manufacturing. Teniendo en cuenta su historia de fracaso escolar y de inventor durante 10 a?os de objetos para discapacitados que termin¨® en chasco comercial, Baylis se ha convertido en el prototipo de inventor con inquietudes sociales que no se rinde y al final triunfa.
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