Estudiantes enloquece
El Barcelona, obligado a jugar el desempate en la semifinal de la Liga ACB
A su paso por Madrid, el Barcelona ha sufrido una amarga experiencia. Ha sido despedazado, ha sido humillado, ha encajado derrotas inapelables. Por dos veces. Es posible que calculara mal sus posibilidades en esta eliminatoria, que minusvalorase la capacidad de Estudiantes. Tiene no demasiado tiempo para rectificar las cosas, pero corre el serio peligro de que Estudiantes adquiera plena conciencia de la situaci¨®n. Y si adquiere esa conciencia, enloquece. Y cuando enloquece lo ve todo blanco, el color de su odioso vecino. Y si lo ve todo blanco, muere en la cancha. M¨¢s le vale al Barcelona que Estudiantes se serene.Un Estudiantes concienciado es cosa seria. Lo es porque se vuelve ambicioso. Y cuando ambiciona algo no para en medios. Y cuando no para en medios es capaz de agotar a cualquier rival. Es lo que ha hecho por dos veces ante el Barcelona: dos encuentros a los que les sobr¨® los ¨²ltimos cinco minutos. O dicho de otro modo: dos partidos en los que el Barcelona se le qued¨® corto.
En el ejercicio de ayer, Aito actu¨® sin contemplaciones. Trat¨® de controlar el rebote con sus hombres grandes, dio rienda suelta a todos sus tiradores, baraj¨® sus bases. En pocos minutos, el Barcelona hab¨ªa utilizado nueve Jugadores con la sana intenci¨®n de encontrar un quinteto estable que tomara el control del partido. Enfrente, Estudiantes dispon¨ªa de menores efectivos pero, desde luego, actuaba con mucha mayor convicci¨®n. Tras el protocolario intercambio de canastas, Estudiantes atisb¨® una primera ventaja (27-18, en el minuto 11), que obligaba a Aito a pedir tiempo muerto para reconsiderar los hechos.
El objetivo del Bar?a era controlar el rebote y amenazar la defensa contraria con sus tiradores. Fracas¨® en el intento. Karnisovas amaneci¨® fr¨ªo, con el gatillo obturado, Fern¨¢ndez no encontr¨® sitio y Montero s¨®lo apareci¨® en los minutos marginales. Perder la lucha por el rebote significa permitir que Estudiantes utilice la quinta velocidad. Y si corre, enloquece. Que es lo que sucedi¨®.
Mijailov termin¨® siendo due?o de la zona. No era cuesti¨®n de cent¨ªmetros, ni de kilos educados en el gimnasio. A veces basta la actitud, la intensidad en el esfuerz¨®. Lo que hizo Mijailov, que fue creciendo conforme pasaban los minutos ante la mirada temerosa de todos cuantos hombres le coloc¨® Aito. Mijailov mord¨ªa, saltaba, estiraba los brazos, buscaba pelea. Hubo un momento en que enloqueci¨®, ebrio de tanto derroche, y pretendi¨®. hacerlo todo: atrapar el rebote, llevar la pelota a la veloz carrera y culminar su propio contraataque. Cuando Mijailov desvariaba, ese instante supremo en el que un hombre no encuentra m¨¢s enemigos a los que derribar, el partido estaba roto.
Mediada la segunda parte, el Barcelona se hab¨ªa convertido en un saco de golpes (54-43). Contagiados por el ejemplo de Mijailov, cualquier jugador de Estudiantes era superior a su pareja. Estudiantes tomaba distancia (67-48) y el p¨²blico reclamaba la exhibici¨®n.
Y, entonces, lleg¨® el delirio, el juego de sal¨®n, la locura colectiva, la demencia total. El bal¨®n circulaba de lado a lado, del anfiteatro a la tribuna, de la tribuna a la l¨ªnea de tiros libres en sentido imaginario. Sin oposici¨®n posible. Era la comuni¨®n. Y en el cl¨ªmax, la canasta certera.
La otra semifinal
Caja San Fernando y TDK Manresa disputar¨¢n hoy el cuarto partido de la semifinal en Sevilla (18.15 horas, La 2). La eliminatoria favorece al equipo andaluz por dos victorias a una. De ganar el Caja San Fernando, se clasificar¨ªa para la final. En caso contrario, se jugar¨ªa el desempate.
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