La nostalgia del poder perdido
Salvo Atienza y G¨®mez-Navarro, cuyo futuro no est¨¢ definido, los ex ministros pasan en bloque al Parlamento
No es la p¨¦rdida del sueldo lo que m¨¢s duele. La mayor¨ªa seguir¨¢ ganando lo mismo, incluso m¨¢s. Para algunos de los ex ministros socialistas, lo m¨¢s frustrante y doloroso es abrir una agenda vac¨ªa, no tener nada que hacer. Incluso sienten remordimientos de perder el tiempo en tanto no se activa el calendario de trabajo del Parlamento, en el que, salvo las excepciones de Luis Atienza (ex de Agricultura) y Javier G¨®mez Navarro (Comercio), continuar¨¢n todos despachando tareas pol¨ªticas.No cabe imaginar a Jos¨¦ Borrell (Obras P¨²blicas) sin un tramo de autov¨ªa que inauguar los fines de semana. ?A qu¨¦ los dedicar¨¢ en el futuro? Se ha apresurado a decir que prestar¨¢ m¨¢s atenci¨®n la circunscripci¨®n de Barcelona, de la que es diputado. Pero tanto ¨¦l como su colega Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n (Trabajo) han reconocido abiertamente la melancol¨ªa que les causa la p¨¦rdida del poder. Uno ha confesado tener mala conciencia por verse jugando al tenis en horas laborales. Otro tiene la sensaci¨®n de estar haciendo novillos.
El choque psicol¨®gico ser¨¢ a¨²n mayor en cuanto concluya el desfile de transferencias. Atienza dice que por primera vez en su vida, tras su paso, inoluntariamente agitado, por Agricultura yPesca, va a disponer de tiempo para escribir algunas notas. Podr¨¢ hacerlo. No tiene, de momento, ninguna oferta laboral. Tampoco puede dedicarse a temas agr¨ªcolas o pesqueros durante los pr¨®ximos dos a?os porque lo impide la ley de incompatibilidades. G¨®mez-Navarro se ha movido toda su vida en el terreno del turismo, el que mejor conoce. Le han llovido ofertas de lo suyo, todas rechazadas, naturalmente. Descontados Atienza y G¨®mez-Navarro, los restantes pasan en bloque al Parlamento. Joan Lerma (Administraciones P¨²blicas) presidir¨¢ la Comisi¨®n de Presupuestos del Senado, cometido por el que percibir¨¢ casi el mismo sueldo que cuando era ministro: nueve millones de pesetas antes; lo mismo, sin coche oficial, ahora.
Los dem¨¢s han desembarcado en el Congreso. Narc¨ªs Serra (vicepresidente que dimiti¨® por el caso Cesid presidir¨¢ la Comisi¨®n de Presupuestos; Carmen Alborch (Cultura), la de Radiotelevisi¨®n Espa?ola; Jer¨®nimo Saavedra (Educaci¨®n), la de Pol¨ªtica Social; Gustavo Su¨¢rez Pertierra (Defensa), la de Administraciones P¨²blicas, y Pedro Solbes (Econom¨ªa), la de la Uni¨®n Europea. Como ex ministros, tienen derecho a percibir durante dos a?os el 80% de su antiguo sueldo, que en la ¨¦poca de Francisco Franco era vitalicio.
Las Cortes retribuyen con 395.040 pesetas mensuales brutas a sus diputados. Hay 220.829 adicionales para quienes tienen su residencia habitual. fuera de Madrid y 200.943 m¨¢s si ocupan la presidencia de una comisi¨®n Todo esto, 816.812 pesetas, percibir¨¢ Serra. O Alborch, si no hubiera encontrado piso en Madrid, ya que, durante su gesti¨®n ministerial, ocup¨® un piso oficial en el elegante distrito madrile?o del Retiro, donde hab¨ªa residido tambi¨¦n Jorge Sempr¨²n.
Las retribuciones que percibir¨¢n el resto de los ex ministros suman 395.040 pesetas brutas mensuales, como diputado de a pie, m¨¢s 117.154 de complemento por ejercer de portavoces, es decir 512.194. Los coordinadores de comisiones socialistas reciben del partido, que es el que cobra en su nombre, 150.000 adicionales, aunque les descuente, como a todos sus parlamentarios 22.000.
En esta ocasi¨®n, al coincidir estas partidas, que por s¨ª solas no son relevantes con las jubilaciones de ministros, el PSOE ha considerado que procede restar las 150.000 pesetas de plus con que acostumbraba a premiar a los portavoces de comisi¨®n. No habr¨¢ plus, aunque los ex ministros todav¨ªa lo ignoren porque no ha habido tiempo de comunic¨¢rselo, seg¨²n fuentes de este grupo parlamentario.
Ninguno de los dem¨¢s altos cargos, del ministro hacia abajo, tienen problemas de colocaci¨®n. La mayor¨ªa, un 80%, proceden. de la propia Administraci¨®n del Estado. Y no son 6.000 como reiteradamente ha denunciado el PP, sino 1.156, seg¨²n el listado oficial de efectivos hasta el nivel de director general, escal¨®n l¨ªmite a partir del cual son todos funcionarios, eventuales o con contratos temporales.
En Exteriores, los altos cargos son los menos da?ados por la avalancha de nuevos nombramientos, en la medida en que son todos diplom¨¢ticos. Una u otra embajada caer¨¢ tras la limpia. Jos¨¦ Luis Dicenta, jefe de gabinete de Fernando Mor¨¢n cuando llegaron los socialistas al ministerio y barrieron la c¨²pula diplom¨¢tica, se anticip¨® a que le devolvieran la pelota y contempla el cambio desde una atalaya lejana como es la Emba jada de M¨¦xico, a la que se fue en enero pasado. Ra¨²l Morodo (Lisboa), Ana Mar¨ªa Ruiz Tagle (Agencia de Cooperaci¨®n), Juan Antonio Y¨¢?ez (ONU) y M¨¢ximo Cajal (Par¨ªs) tienen los d¨ªas contados en sus destinos.
Quienes se quedan con lo puesto son la mayor parte de los ex altos cargos de Justicia e Interior. Margarita Robles, ex viceministra de Interior, se reintegrar¨¢ dentro de ocho d¨ªas a la Audiencia Provincial de Barcelona. Paz Fern¨¢ndez Felgueroso, ex secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios, no ha conseguido el esca?o de Astur rias al que aspiraba y tendr¨¢ que volver al ejercicio privado de la abogac¨ªa. Sus dos directores generales, David Beltr¨¢n y Alberto Mart¨ªn Barciela, han encontrado acomodo como agregados en embajadas en Am¨¦rica, con el visto bueno del PP.
Miguel Mu?oz, que ocupaba la direcci¨®n general de Tr¨¢fico desde hacia hac¨ªa ocho a?os, no pudo esperar hasta las elecciones para dar el s¨ª a la tentadora oferta que el grupo Mapfre le pon¨ªa a la vista: ocuparse de una nueva divisi¨®n de seguros baratos para j¨®venes contratada por tel¨¦fono. S¨®lo se le anticip¨® en la escapada Francisco Gil desde la Direcci¨®n General de Calidad de las Aguas. Le hicieron una oferta desde una multinacional y dijo pronto que s¨ª, dada la hecatombe electoral que se avecinaba a comienzos de a?o. Su ef¨ªmero sucesor, Mart¨ªnez Ciscar tambi¨¦n ha vuelto a su puesto de funcionario en Valencia antes de que le destituyan.
Ferran Cardenal, tras dejar la Guardia Civil, volver¨¢ a Catalu?a, donde ejerci¨® como inspector de Trabajo. ?ngel Olivares, que accedi¨® a dirigir la polic¨ªa con un curr¨ªculo fajado en el sindicato UGT en Burgos, ha pedido el reingreso como administrativo en la empresa de cosm¨¦ticos Vichy.
En contra de lo previsible, el, Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda est¨¢ plagado de funcionarios, con escasas incrustaciones pol¨ªticas, de modo que reingresar¨¢n en los altos cuerpos de origen, t¨¦cnicos comerciales del Estado o inspectores fiscales. Ofertas privadas no les faltan, pero tanto Enrique Mart¨ªnez Robles como Manuel Conthe llevan del cuello el sistema de incompatibilidades por haber sido secretarios de Estado. Durante dos a?os no tendr¨¢n m¨¢s remedio que contentarse con un nivel 30, el m¨¢ximo de la carrera administrativa.
En Obras P¨²blicas predomina tambi¨¦n el funcionariado, salvo el subsecretario, Llard¨¦n Carratal¨¢, que se muda a Gas Natural. Cristina Narbona ser¨¢ portavoz de Infraestructuras en el Congreso y Jos¨¦ Alberto Zaragoza, el otro secretario de Estado, vuelve a Hacienda, de la que lo sac¨® Borrell. Los directores de Carreteras y Obras Hidr¨¢ulicas barajan ofertas de las consultor¨ªas civiles, mientras Elena Salgado, ex secretaria general de Comunicaciones, se asegur¨® hace unos meses un sueldo anual de 21 millones con la direcci¨®n de la Fundaci¨®n del Teatro L¨ªrico (Teatro Real), cargo que tiene asegurado durante cinco a?os.
El tr¨¢nsito en los ministerios de Educaci¨®n y Ciencia, Cultura, Sanidad, Asuntos Sociales, Trabajo, Defensa o Administraciones P¨²blicas es similar al de Econom¨ªa. La mayor¨ªa son funcionarios, militares, m¨¦dicos de la sanidad p¨²blica, profesores, investigadores o inspectores. El cese les pilla con un puesto de trabajo garantizado, aunque no volver¨¢n a ver un coche esper¨¢ndoles a la puerta y sus cuentas reflejar¨¢n unos dos millones menos de ingresos al a?o, salvo los que ocupan altos cargos en organismos aut¨®nomos y empresas p¨²blicas, en las que los ceses adquieren otra dimensi¨®n.
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