Cinco gatos al agua

La ¨²nica quiniela que nunca falla en Cannes es la que pone una equis en la casilla de que alguna pel¨ªcula francesa se lleva el gato al agua. Como este a?o hay entre las 22 concursantes nada menos que cinco de cosecha propia, la amenaza de pluralidad de gatos mojados aumenta. Y lo m¨¢s crudo es que premiar a tres de ellas ser¨ªa esta vez (no otras, en las que hubo broncas estruendosas por esta causa) irreprochable, porque son buenas e incluso una (Los ladrones) endemoniadamente buena.Otra cosa es adivinar cu¨¢les ser¨¢n las pel¨ªculas extranjeras compa?eras en beatificaci¨®n. En este cap¨ªtulo la quiniela se convierte en c¨¢bala, aunque algunos indicios soplen verdades como pa?os. Por ejemplo, que pap¨¢ Coppola ha bendecido un rinc¨®n del palmar¨¦s para que lo ocupe su disc¨ªpulo Joel Coen es un susurro a gritos. Pero de nuevo viene lo crudo: Fargo se lo merecer¨ªa, porque es estupenda.

Y as¨ª hasta la cuenta de nunca acabar. En los festivales normales suele haber una o dos grandes pel¨ªculas, seguidas por un regimiento de morralla. Pero ¨¦ste es un festival anormal, porque hay 10 excelentes obras y no hay suficiente cebada en el pesebre del palmar¨¦s para alimentar tanto burro. As¨ª que puede haber injusticias de patada en la entrepierna en las componendas de los equilibristas del jurado, del que forma parte Atom Egoyan, amigo y compatriota de David Cronenberg, por lo que cunde el temor (m¨¢s bien p¨¢nico) a que el obsceno engendro Crash salga de aqu¨ª nadando en agua bendita, que es lo mismo que pasa con Belleza robada, ¨²ltimo gatillazo de Bertolucci, que como se sabe tiene en ¨¦sta su casa m¨¢s padrinos que el hijo del cura en una aldea.

Por eso, en las c¨¢balas de los cann¨®logos salen dos o tres puntos tan feroces que ponen de punta (de pura envidia) los pelos de las plantas de los pies del cad¨¢ver de Al Capone. Salvo que lo imprevisible (si se except¨²a el autopremio, que nunca falla) de Cannes salga a relucir en forma de franciscanismo y los dos premios gordos (Palma de Oro y Especial del Jurado) vayan a parar a manos de los mejores: Lars von Trier por Breaking the waves y Mike Leigh por Secretos y mentiras; y la pedrea caiga enteramente en las manos de los ocho magn¨ªficos -Techin¨¦, Medem, Ruiz, De Heer, Kaurismaki, Coen, Frears y Altman-, con los que los dos genios antes citados suman esos 10 grandes creadores de las 10 aludidas mejores pel¨ªculas de este inmejorable Cannes 96.