La hermosura final de "Tierra", de Medem, hace olvidar su hueco preciosismo inicial
Un magn¨ªfico juego de paradojas y absurdos de Ra¨²l Ruiz cierra el concurso
ENVIADO ESPECIALHasta la ¨²ltima jornada Cannes 96 conserv¨¦ el empuje que ha caracterizado todo su transcurso. El chileno afincado en Par¨ªs Ra¨²l Ruiz hizo olvidar sus ¨²ltimas tediosas arbitrariedades con Tres vidas y una sola muerte, pel¨ªcula lib¨¦rrima, como todas las suyas, pero esta vez respirable, pues llena de ingenio y desenvoltura la inclinaci¨®n del cineasta a la paradoja y el nonsense, el sinsentido. Por su parte, el espa?ol Julio Medem no s¨®lo recupera, si no que multiplica, en Tierra el talento que derroch¨® en Vacas (y perdi¨® en La ardilla roja), logrando un filme desequilibrado por un comienzo moroso y hueco, que recompone mediada la pel¨ªcula con una brusca toma de tierra que eleva la pantalla much¨ªsimo m¨¢s arriba de las alturas c¨®smicas de donde arranca.
Si es ver¨ªdica la informaci¨®n (contrastada por este cronista en dos fuentes) de que se ofreci¨® a Tierra un lugar en la programaci¨®n hace cinco o seis d¨ªas y alguien responsable del filme eligi¨® esta otra opci¨®n de proyectarla ayer, hay que decir que quien tomase esa decisi¨®n lo hizo desconociendo qu¨¦ terreno se pisa en los complicados vericuetos de las moquetas de La Croisette.A la sesi¨®n de prensa -que es la ¨²nica que cuenta: las otras son protocolo y escaparate- de Tierra asisti¨® la mitad de los informadores habituales al festival; la conferencia con los me dios obtuvo la menor audiencia de las 20 celebradas antes, por lo que se han perdido (pues ya no queda tiempo) decenas de posibles encuentros de los artistas creadores del filme con hilos directos a centros neur¨¢lgicos de difusi¨®n de su existencia. El ¨²ltimo d¨ªa de Cannes es el peor de todos no s¨®lo para el acceso a la lista de premios (en la que Tierra merece estar), sino tambi¨¦n en lo que se refiere al aprovechamiento de la irradiaci¨®n de alcance mundial que supone el simple hecho de haber sido seleccionada entre las 450 aspirantes barajadas este a?o. Este ¨²ltimo d¨ªa neutraliz¨® hace 11 a?os a El Sur; hizo pasar inadvertida en 1988 a Semilla de crisantemo y puede, por tanto, cortar vuelos a Tierra.
En su debate con los informadores, los artistas creadores del filme tuvieron como interlocutores casi ¨²nicamente a enviados espa?oles, lo que no deja de ser un c¨ªrculo vicioso informativo. Julio Medem, persona de palabra brillante, tuvo que monologar para quienes ya conocen su discurso. Lo hizo bien, pero habl¨® a o¨ªdos c¨®mplices, cuando Tierra se presta a un flujo vivo capaz de circular por 100 idiomas, si se tiene en cuenta que la segunda de sus dos horas contiene ci?e de, extraordinaria inventiva, elegancia y fuerza contagiosa, tanto para los analistas de lenguaje como para los comunicadores de glamour, pues el maravilloso y maravillosamente ejecutado tri¨¢ngulo (convertido en cuadr¨¢ngulo por un ingenioso desdoblamiento del actor) amoroso entre Emma Su¨¢rez, Silke y Carmelo G¨®mez en uno de los dos o tres mejores instantes de gancho que se han visto en Cannes 96, que est¨¢ lleno de este tipo de escenas de choque.
Esta brillant¨ªsima resoluci¨®n de tan sorprendente tri¨¢ngulo de cuatro lados, fue explicada as¨ª por quien la ide¨®. "Tal como enfoqu¨¦ la historia", dijo Medem, "creo interesante insistir en que la soluci¨®n al tri¨¢ngulo es impuesta desde fuera, no elegida interiormente por el personaje masculino. ?ste, al verse forzado a elegir entre dos mujeres, elige a ninguna, es decir: prefiere quedarse solo como ¨²nica manera de elegirse a s¨ª mismo. Un hombre, para poder ser dos hombres al mismo tiempo necesita ante todo libertad interior. El personaje vive y quiere vivir siempre en un estado que yo llamar¨ªa de exceso de conciencia y esto le lleva a renunciar a la mujer que ama, porque si optase por ella se equilibrar¨ªa y perder¨ªa ese exceso que busca. Es entonces la mujer a la que no ama quien toma la iniciativa y decide por ¨¦l. De esta forma, desde fuera, el hombre sigue eligi¨¦ndose a s¨ª mismo, sigue siendo libre. Creo que este final es el que necesita la estructura de un relato que discurre desde los abstracto a lo concreto y desde lo complejo a lo simple. En esta estructura, el desenlace adecuado debe ser, a mi juicio, el m¨¢s sencillo posible: elegir a quien le elige".
Eso que ocurre en la pantalla es, en definitiva, lo que ocurre fuera de ella. Una bella conclusi¨®n para un intrincado juego de tres cuerpos que sue?an ser cuatro. Tan s¨®lo por ser c¨®mplice de este precioso galimat¨ªas merece verse una fascinante, aunque quebrada, pel¨ªcula, que podr¨ªa haber sido perfecta, magistral.
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