Un marido despechado reclama un mill¨®n al amante de su esposa por gastos de psiquitra
Un hombre de 50 a?os, cuyas iniciales son J. P., ha acudido a los tribunales madrile?os para denunciar las amenazas y coacciones que sufre desde hace alg¨²n tiempo por parte del marido de una de sus compa?eras de trabaj¨®.?ste, seg¨²n fuentes cercanas a este caso, le exige ahora que le abone el mill¨®n de pesetas que ha gastado en psiquiatras desde que lleg¨® al convencimiento de que ¨¦l y su esposa eran amantes.
Turbulencias desde un viaje
El marido cree que J. P. y su esposa mantienen relaciones desde hace cuatro a?os, cuando ambos estuvieron juntos, fuera de Madrid, en un viaje de trabajo.Las visitas al psiquiatra comenzaron cuando la esposa, ante la insistencia del marido, reconoci¨® que se hab¨ªa acostado con su compa?ero durante el citado viaje laboral.
Seg¨²n J. P., el despechado marido no cesa de perseguirle y amenazarle desde entonces -por tel¨¦fono y personalmente- para que le abone las facturas que tiene en su poder sobre las visitas a psiquiatras y psic¨®logos.
El denunciante es consciente de las turbulencias por las que atraviesa el matrimonio de su compa?era desde aquel viaje de trabajo con desliz, hasta el punto de que ambos c¨®nyuges est¨¢n efectuando los tr¨¢mites para separarse legalmente, seg¨²n los citados medios.
La ¨²ltima vez que se top¨® con el acoso del todav¨ªa esposo de su compa?era de trabajo fue el pasado d¨ªa 8, sobre las doce de la ma?ana, cuando se dirig¨ªa a la oficina donde tiene su empleo, seg¨²n relat¨®.
Durante el trayecto, el supuesto amante tuvo la sensaci¨®n de que alguien segu¨ªa sus pasos en la calle.
Mir¨® con sigilo hacia atr¨¢s y observ¨® c¨®mo el marido de su compa?era y otro hombre trataban de esconderse de su vista, con disimulo.
Tensa conversaci¨®n
En una tensa conversaci¨®n telef¨®nica que mantuvieron ambos hace unas semanas, el marido despechado le espet¨® que ¨¦l "ten¨ªa la culpa" de sus problemas psicol¨®gicos.Y que, como mal menor y m¨ªnima compensaci¨®n, deb¨ªa abonarle el mill¨®n de pesetas que lleva gastado en las consultas de los psiquiatras a los que ha acudido para intentar reprimir los acalorados pensamientos que atizan su mente cada vez que recuerda los devaneos extramatrimoniales de ambos.
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