Navarra y Euskadi
EL PROBLEMA por la creaci¨®n de un ¨®rgano permanente de cooperaci¨®n entre las comunidades del Pa¨ªs Vasco y, Navarra puede provocar un conflicto institucional de cierta entidad si el Partido Popular (PP), que cuenta con mayor¨ªa absoluta en el Senado, veta ese acuerdo., como le solicita su aliado en la segunda de esas comunidades, la UPN (Uni¨®n del Pueblo Navarro). De momento, el PP se enfrenta al dilema de disgustar a un amigo, bajo cuyas siglas (PP-UPN) concurri¨® a las ¨²ltimas elecciones, o a su m¨¢s reciente aliado, el PNV, con el que suscribi¨® un pacto poselectoral.Navarra es plural. Negar la existencia de un elemento vasco entre los que conforman la identidad navarra es tan absurdo como considerar que ¨¦se es su ¨²nico componente. La Constituci¨®n prev¨¦ la posibilidad de que dos o m¨¢s comunidades celebren "convenios entre s¨ª para la prestaci¨®n y gesti¨®n de servicios" comunes. El Pacto de Ajuria Enea (firmado en enero de 1987) cita expresamente ese art¨ªculo para resaltar la existencia de cauces democr¨¢ticos con los que satisfacer las aspiraciones nacionalistas. Pero no as¨ª el Pacto de Pamplona, r¨¦plica en todo lo dem¨¢s del anterior, lo que refleja una desconfianza exagerada de los pol¨ªticos navarristas.
En general, los analistas m¨¢s solventes consideran que el establecimiento de alguna forma de coordinaci¨®n entre ambas comunidades, con respeto de su libertad de decisi¨®n, es racional desde un punto de vista econ¨®mico-administrativo, coherente con el pluralismo de ambas comunidades y compatible con las aspiraciones de la mayor¨ªa de sus habitantes. As¨ª lo ha entendido el actual Gobierno navarro -de coalici¨®n entre los socialistas, una escisi¨®n de UPN y el partido de Garaikoetxea- al suscribir una acuerdo con el Gobierno vasco para la creaci¨®n de un ¨®rgano estable de cooperaci¨®n.
Pero no comparte ese punto de vista UPN, primer partido de Navarra, cuya escisi¨®n le apart¨® del Gobierno. Sus l¨ªderes sostienen, por un lado, que se trata de una "federaci¨®n encubierta" y, por otro, que es una iniciativa que no corresponde a necesidades o inquietudes realmente existentes en la poblaci¨®n. Esto ¨²ltimo tiene seguramente m¨¢s fundamento que la primera objeci¨®n. Dados los componentes emocionales del asunto, ser¨ªa deseable que una iniciativa de ese tipo contase con un amplio consenso social que resulta dudoso. Pero es cierto que formalmente cuenta con el apoyo de fuerzas que representan a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Si, en funci¨®n de sus pactos, los navarristas obligan al PP a vetar en el Senado el acuerdo, se establecer¨ªa un inquietante precedente: la C¨¢mara de las autonom¨ªas oponi¨¦ndose a un acuerdo libremente suscrito entre los Gobiernos de dos comunidades.
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