El ba?o de Gil: peine, toalla y un ch¨¢ndal... muy peque?o
"?Todos a la piscina!". La consigna retumb¨® en el vestuario del Atl¨¦tico cuando a ¨¦l llegaron los jugadores. Nadie se salv¨® del ba?o, incluidos t¨¦cnicos, empleados del club... De pronto, destac¨® la cabeza de Molina, pelada al cero. "No pasa nada", se adelant¨® a decir el portero al abandonar el vestuario. "Hab¨ªa que celebrarlo de alguna manera", a?adi¨® el guardameta, que pas¨® a contar los hechos con humor: "Ha sido Pirri. Claro, toda la vida cortando el pelo... Me ha hecho un buen moldeado. ?Por qu¨¦ ha sido? Porque me apetec¨ªa. ?Y Pirri? Porque tiene una maquinilla para eso".El presidente fue uno de los primeros en abandonar su vestuario. Se dirigi¨® a la sala de prensa con un peine en una mano y una toalla con los colores y el escudo del equipo. Al mismo tiempo que respond¨ªa a las preguntas, se atusa a los escasos pelos, y, cuando dejaba el peine, echaba mano de la toalla para secarse el sudor y el agua, se?al de su paso por la piscina. "Es un d¨ªa de gloria. Se dec¨ªa que la Liga era siempre para el Madrid o el Barcelona, pero nosotros hemos dado el pelotazo: Liga y Copa. Hemos pasado a la historia". Gil sorprendi¨® con su corto discurso. Ten¨ªa prisa y, a su lado, frente a los micr¨®fonos, al entrenador. Se dieron un abrazo y Gil march¨® a su despacho en club.
Poco tiempo despu¨¦s apareci¨® una secretaria en la puerta de los vestuarios. "Que el ch¨¢ndal que le hab¨¦is dado a Gil no le sirve. Es peque?o", avis¨® la secretaria, preocupada porque la expedici¨®n del Atl¨¦tico estaba a punto de emprender la marcha hacia Neptuno.
"Ahora est¨¢ orgulloso"
Los jugadores no hicieron otra cosa que repartir abrazos, estrechar manos y recibir felicitaciones de amigos que se colaron hasta la antesala de vestuarios. Simeone, envuelto en un albornoz, no pod¨ªa disimular su cansancio sentado en una peque?a butaca a la puerta del vestuario. Su mujer, Carolina, le pone en contacto telef¨®nico con una emisora de radio argentina. "Lo ha vivido con muchos nervios", se excus¨® Carolina. "Ahora est¨¢ orgulloso de lo que ha hecho".Antic, el entrenador, mantuvo impecable el traje y vivi¨® los ¨²ltimos momentos en su vestuario sin soltar un tel¨¦fono m¨®vil de la mano, rodeado de compatriotas yugoslavos y repartiendo sonrisas.
Uno de los personajes que primero abandon¨® el vestuario fue el ¨¢rbitro del partido, el internacional asturiano Manuel D¨ªaz Vega. Apenas mereci¨® la atenci¨®n y ¨¦sta fue su despedida: "La felicidad es de ellos [por el Atl¨¦tico], aunque a m¨ª me ha salido todo bien. As¨ª que cada uno a su mundo".
Eso es lo que hicieron poco despu¨¦s los jugadores del Atl¨¦tico con su marcha hacia Neptuno con un uniforme especial: una camiseta con las caricaturas de todos los jugadores y con la leyenda 'Atletico, campe¨®n'. "Es un regalo de un caricaturista de C¨®rdoba, amigo m¨ªo", indic¨® Toni. La excepci¨®n fue Kiko. En su camiseta s¨®lo figuraba su caricatura.
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