Un juicio limpio
SON MUCHAS y de muy diversa ¨ªndole las voces cr¨ªticas que se alzan contra la forma en que se vienen instruyendo los sumarios acerca de los cr¨ªmenes cometidos por los GAL y de otros episodios de la guerra sucia del Estado contra el terrorismo. Entre los ¨²ltimos en sumarse a dichas voces se encuentra el portavoz de CiU, Joaquim Molins, que ha puesto de relieve las continuas fugas de informaci¨®n y la apertura de numerosos sumarios diferentes con los mismos o parecidos implicados y todos ellos sobre el caso GAL. No hay que ser un lince para descubrir los defectos y las torpezas cometidas por los jueces instructores y las filtraciones frecuentes sobre el contenido de los sumarios. Lo m¨¢s preocupante es que estos errores de procedimiento puedan derivar en la anulaci¨®n de actuaciones, y que, finalmente, pese al esc¨¢ndalo que se ha generado, los culpables de haber cometido cr¨ªmenes nefandos puedan verse libres de castigo. No ser¨ªa la primera vez que acusados de terrorismo se ven libres de la acci¨®n de la justicia por errores o dejaciones de los fiscales y jueces encargados de su caso.Pero tanto como dichas deficiencias, o quiz¨¢ como fruto de ellas, sigue llamando la atenci¨®n la facilidad con que determinados magistrados aplican en este pa¨ªs la prisi¨®n preventiva, prevista en la ley para casos muy determinados, y utilizada con frecuencia entre nosotros -y no s¨®lo en el caso GAL- como m¨¦todo intimidatorio para hacer confesar a los acusados. La suposici¨®n de que los imputados puedan ahora -12 a?os despu¨¦s de los hechos- destruir pruebas o ama?ar testimonios es simplemente rid¨ªcula: han tenido m¨¢s de una d¨¦cada para hacerlo. Y ha resultado evidente que, salvo el caso de Luis Rold¨¢n -cuya evidenciada capacidad para mentir y enga?ar no le ha restado credibilidad, al parecer, ante algunos jueces-, el resto de los implicados no ha intentado eludir la acci¨®n de la justicia. Las fianzas astron¨®micas impuestas en determinadas ocasiones, como los 200 millones a Rafael Vera, fueron despu¨¦s dr¨¢sticamente rebajadas por el Tribunal Supremo, y las medidas cautelares impuestas por el juez M¨®ner sobre los acusados en el caso Marey son un buen ejemplo de c¨®mo se puede instruir un sumario con garant¨ªas para la acci¨®n de la justicia y para los justiciables.
Lo que necesitamos, en todo caso, es un juicio r¨¢pido y limpio contra todos aquellos acusados de cometer u ordenar acciones contraterroristas que hubieran desbordado el marco legal. La democracia espa?ola no se puede permitir soportar durante a?os, y sin debilitarse, un rosario de instrucciones sumariales confusas, de rumores, acusaciones en los peri¨®dicos y conspiraciones de todo tipo sin que los hechos acaben de verse en la sala de juicios. Quiz¨¢ una de las medidas apropiadas para que esto suceda sea la acumulaci¨®n de todos los sumarios abiertos y su traslado al Supremo, toda vez que en todos ellos se encuentran implicadas personas aforadas -ex ministros y altos cargos que tienen hoy condici¨®n de diputados-. Una medida de ese g¨¦nero agilizar¨ªa los tr¨¢mites, unificar¨ªa los criterios procesales y alejar¨ªa las sospechas que algunos exhiben sobre los actuales jueces, instructores en la Audiencia Nacional. La falta de transparencia en ambos casos es notable: Garz¨®n perteneci¨® a las filas del Ministerio del Interior antes de retomar la instrucci¨®n de los cr¨ªmenes de los GAL, y algunos creen que pudo obtener as¨ª informaci¨®n interna con la que reabrir una causa ya cerrada a?os antes por ¨¦l mismo. Aunque el propio juez lo ha negado repetidas veces, su antigua condici¨®n de diputado del PSOE y n¨²mero dos -tras Felipe Gonz¨¢lez- en las listas por Madrid y su posterior ruptura pol¨ªtica con los socialistas no son la mejor carta de presentaci¨®n para un juez que instruye los GAL. Como no lo es para su compa?ero G¨®mez de Lia?o el hecho de que sea el hermano del abogado, y probable c¨®mplice, de Mario Conde, que aparece tambi¨¦n como querellado ante la Audiencia Nacional en relaci¨®n con las presuntas operaciones de estafa y falsedad del ex banquero. Ya es p¨²blica y notoria la relaci¨®n de Conde con el coronel Perote, sobre cuya documentaci¨®n se basan ahora algunas de las acusaciones del caso GAL. El apellido G¨®mez de Lia?o est¨¢ demasiado presente en los pasillos, y en los despachos, de la Audiencia Nacional.
En cualquier caso, ¨¦stas son cuestiones procesales que compete precisamente a los jueces determinar, y sobre las que ser¨ªa bueno que el Supremo se pronuncie. Lo importante es que los acusados en el caso GAL se sienten cuanto antes en el banquillo y sean condenados o absueltos como consecuencia de un juicio limpio, sobre el que no se ciernan sombras de manipulaci¨®n, oportunismo o torpeza. Y que la opini¨®n p¨²blica, los gobernantes, la prensa y la oposici¨®n dediquen su atenci¨®n preferente a los asuntos de la Espa?a de hoy, una vez saldadas las cuentas pendientes de hace m¨¢s de 12 a?os. Las elecciones permitieron a Aznar pasar p¨¢gina en el terreno de las responsabilidades pol¨ªticas. S¨®lo las sentencias lograr¨¢n otro tanto en el de la actuaci¨®n jur¨ªdica. Y es por eso necesario que no se demoren.
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