Gasto farmac¨¦utico
Hace pocos d¨ªas public¨® EL PA?S un reportaje sobre el gasto farmac¨¦utico y su incremento. En el reportaje se hac¨ªa hincapi¨¦ en la falta de h¨¢bito de los m¨¦dicos, por no decir su resistencia a recetar gen¨¦ricos, mucho m¨¢s baratos. Tambi¨¦n se hablaba de la presi¨®n de los laboratorios sobre los m¨¦dicos.Ninguna de estas informaciones es falsa; pero son una parte del problema y, seguramente, las menos importantes desde un punto de vista econ¨®mico. Veamos.
Mi mujer es m¨¦dico en una residencia de ancianos p¨²blica de Madrid. Todos los d¨ªas firma recetas por decenas, si no cientos de miles de pesetas. Recetas que cubren el ciento por ciento del coste del medicamento, pues son todas para personas jubiladas. Su colega en la residencia de cuatro calles m¨¢s all¨¢ hace lo mismo todos los d¨ªas, y as¨ª todos los m¨¦dicos que sirven a la Seguridad Social en toda Espa?a.
En la residencia de mi mujer, buscando el mejor uso de los recursos, se preocupan de comprar las patatas, las s¨¢banas, la lej¨ªa y los cristales en las empresas que pueden darles mejor precio, acudiendo cuando lo creen oportuno al fabricante, o incluso al concurso. Esta norma de buena conducta econ¨®mica tiene una excepci¨®n: las medicinas, que se compran en la farmacia de al lado, al mismo precio que la persona que va a comprar una tirita: al precio de venta al p¨²blico.
?Por qu¨¦ motivo no puede acudir la residencia de mi mujer directamente al fabricante o al mayorista para que le den precio de los medicamentos que receta? ?Qu¨¦ clase de servicio presta la farmacia a los acogidos en esta residencia que justifique su margen comercial sin posible rebaja?
Para terminar, y como resumen de lo que pretendo decir, se?or director: ?por qu¨¦ hay que regalarle a un farmac¨¦utico lo que, si se hiciera con cualquier otro proveedor, ser¨ªa causa de gran esc¨¢ndalo?-
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