El numen de Paco D¨®ddoli

Paco D¨®ddoli escuch¨® la m¨²sica al torear con numen, valor y obsesiva quietud al tardo pero fijo segundo. Le dibuj¨® dos series de ligados muletazos por el derecho alargando el brazo con sabor y verdad, pero perdi¨® el trofeo por mala colocaci¨®n del acero. Con oficio breg¨® y lidi¨® al manso sexto, pero termin¨® haci¨¦ndolo embestir. Se impuso al poder del sobrero de regalo -que mereci¨® la vuelta al ruedo- y sonaron las dianas por dos tandas en las que empap¨® al burel en la muleta enhebrando seis profundos redondos.El vers¨¢til y legendario Pana no supo aprovechar el mejor lote de la tarde. Lo ¨²nico meritorio que realiz¨® con el pronto quinto fueron unos lances llamados de ensue?o con que lo salud¨®. Tambi¨¦n coloc¨® el espectacular y escalofriante par de banderillas llamado el par de Calafia -combinaci¨®n de al quiebro y del viol¨ªn-

?scar Sanrom¨¢n s¨®lo tuvo detalles, pues al tercero, que desarroll¨® sentido, no pudo lidiarlo. Ante el s¨¦ptimo desmay¨® los brazos en emotivas ver¨®nicas y un quite de ajustadas chicuelinas, pero despu¨¦s aburri¨®.

Al salir la rata corrida en cuarto lugar para Chamaco surgi¨® la inconformidad del respetable, protesta que prevaleci¨® durante toda la lidia. Esto motiv¨® la indiferencia del p¨²blico al no valorar los esfuerzos del espada por agradar.

Con el descompuesto octavo el sevillano mostr¨® coraje, pero su impetuosidad lo desdibuj¨® y se vio sin ideas de lo que debe ser el quehacer de un profesional del toreo.