De la Pe?a despierta Montju?c
Espa?a jugar¨¢ el viernes la final del Europeo Sub 21 frente a Italia
Un viejo y sabio axioma balomp¨¦dico sentencia que hay futbolistas y jugadores. Una frontera sutil, pero rotunda, que sirve para clasificar a Iv¨¢n de la Pe?a como un futbolista con may¨²sculas. Uno de esos solistas que cautivan a la grada como nadie. Tiene tanto duende que basta que la pelota sople a su lado para que la grada abra la boca, como en el punto m¨¢s excitante de un espect¨¢culo malabarista. Con Montjuic de rodillas, rendida a la calva m¨¢s conspicua que ha parido el f¨²tbol espa?ol, De la Pe?a llev¨® a Espa?a, diez a?os despu¨¦s, a la final del campeonato de Europa sub-21.Claro que De la Pe?a es un tipo tierno -lo dijo Clemente 24 horas antes- y, por supuesto, que se puede comprender que irrite en ocasiones a los entrenadores academicistas, esos que tiritan con lo que llaman desbarajuste t¨¢ctico. Si el f¨²tbol es una concatenaci¨®n de orden y talento, Iv¨¢n derrocha talento y no admite ning¨²n cors¨¦. Va por libre, en las buenas y en las malas tardes. Y ayer no fue buena, fue espl¨¦ndida. Y, encima, el catecismo de Clemente, siempre tan met¨®dico, le procur¨® un ordenamiento casi militarizado a su alrededor. Iv¨¢n se sinti¨® envuelto, acurrucado por un centro del campo batallador (Roberto, Jos¨¦ Ignacio) y una l¨ªnea defensiva firme y equilibrada -salvo el error de c¨¢lculo de Mora en el gol escoc¨¦s-
Con Espa?a al mando desde el primer momento y los escoceses refugiados, De la Pe?a situ¨® el retrovisor y encaden¨® un repertorio de pases diab¨®licos por todas las esquinas. Porque ¨¦l es un jugador de ¨²ltimo pase. No le pidamos m¨¢s. Es un ingeniero del gol fant¨¢stico.
Frente al s¨®lido equipo escoc¨¦s -m¨¢s pulcro y elaborado que el tradicional juego de pico y pala brit¨¢nico- Clemente supo enquistar a Iv¨¢n donde m¨¢s disfruta, mejor rinde y menos estropicios provoca. Situado a espaldas de Oscar y Ra¨²l, cerca del ¨¢rea rival De la Pe?a tiene m¨¢s peso ofensivo y menos incidencia defensiva. Todos sus pases tienen un riesgo infinito y si pierde la pelota el contrario a¨²n debe recorrer 70 metros para amenazar.
A partir del orden general y el talento del calvo, la selecci¨®n siempre ofreci¨® un aire superior. Iv¨¢n encontr¨®, adem¨¢s, a Oscar y Ra¨²l, con los que forma un mestizaje perfecto. Los tres tejieron el juego de ataque espa?ol y desequilibraron al rival. Con Lard¨ªn a galope limpio por la izquierda encontraron un estimable aliado. Justo lo que falt¨® por la otra banda, donde Roberto, un jugador de gran envergadura, se movi¨® a otra velocidad. Es mucho m¨¢s lento y sus movimientos son m¨¢s espeso!. Parece m¨¢s inclinado hacia posiciones m¨¢s centradas.
El gol de ?scar fue un tributo al mejor juego espa?ol. Sobre todo a su apuesta decidida y ah¨ª tuvo mucho que ver el goleador azulgrana. Su enjundia, su crecimiento a lo largo del partido desahog¨® a Ra¨²l, que ha llegado al final de la temporada muy castigado f¨ªsicamente.
Espa?a s¨®lo titube¨® tras el empate escoc¨¦s, una cornada que empa?¨® de angustia a la selecci¨®n. Miller, el mejor escoc¨¦s, estuvo a punto de aprovecharse de la tiritona. Pero, ?qu¨¦ demonios? Era -la noche de Iv¨¢n y lo mejor estaba por llegar. Un toque magistral desde el borde del ¨¢rea que despidi¨® la pelota cruda y vertiginosa contra la red escocesa. Pero hubo m¨¢s: 20 minutos deliciosos en el trecho inicial del segundo tiempo.
Emergi¨® entonces el desparpajo de este grupo de Clemente, al que el profesionalismo a¨²n no ha desterrado su pasi¨®n por este juego. La fiesta tuvo tacos, t¨²neles, pases estr¨¢bicos -aqu¨ª te miro, all¨ª la pongo- S¨®lo falt¨® el gol, por la poca fortuna de Ra¨²l y Lard¨ªn, o el dichoso poste que se interpuso en otro remate seco y cruzado del calvo. De repente Montjuic se llen¨® de futbolistas, una coral que recuper¨® de golpe todas las vibraciones del estadio ol¨ªmpico, que, cuatro a?os despu¨¦s de Barcelona 92, el viernes desempolvar¨¢ sus mejores galas para asistir a otra fiesta. Quiz¨¢ no sea redonda, pero habr¨¢ futbolistas. Seguro.
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