Ziug¨¢nov, el pucherazo y el estado de excepci¨®n
El l¨ªder comunista llama a sus fieles a tomar la calle si el Kremlin les roba lo que considera una segura victoria
Guennadi Ziug¨¢nov, el l¨ªder comunista y principal rival del presidente ruso Bor¨ªs Yeltsin en las elecciones del 16 de junio, roz¨® ayer un peligroso terreno al hacer velados llamamientos a sus partidarios para que salgan a la calle a defender el resultado de la votaci¨®n si se les trata de robar la victoria, y se mostr¨® confiado en que el actual r¨¦gimen no podr¨¢ imponer el estado de excepci¨®n para perpetuarse en el poder. Ziug¨¢nov se halla de gira por las regiones del sur de Rusia y ayer visit¨® Krasnodar, provincia en la que la izquierda obtuvo una de sus mejores votaciones en las elecciones parlamentarias del pasado mes de diciembre."Si el pueblo gana las elecciones, tiene todo el derecho a exigir que su voluntad sea cumplida, tiene el derecho a protestar y a defender su victoria", declar¨® Ziug¨¢nov en respuesta a aquellos de sus seguidores que temen que el actual r¨¦gimen no reconozca el triunfo de la izquierda, si llega a producirse. "Si al pueblo se le quita este ¨²ltimo derecho, entonces nada salvar¨¢ a nuestro pa¨ªs y comenzar¨¢, por desgracia, lo que ya hemos vivido en otras ocasiones [la guerra civil]", agreg¨® el l¨ªder comunista.
Ziug¨¢nov no cree que Yeltsin est¨¦ en condiciones de imponer el estado de excepci¨®n para continuar en el Kremlin. Al respecto, cuenta que cuando en marzo. Yeltsin lo propuso, todas las personas con las que lo consult¨®, rechazaron su idea.
"Cuando Yeltsin puso el 17 de marzo sobre la mesa tres decretos: disoluci¨®n de la Duma, imposici¨®n del estado de excepci¨®n y prohibici¨®n de actividades pol¨ªticas, todos los presentes dijeron no. Uno dijo que el resultado ser¨ªa peor que Chechenia; otro que no era legal; un tercero opino que se puede disolver la Duma pero, ?qu¨¦ hacer con los millones de personas que hace unos meses votaron por ella?; un cuarto record¨® el malestar imperante en el Ej¨¦rcito y un quinto hizo notar que en Chechenia la mayor¨ªa de los carros blindados llevaban la bandera roja sovi¨¦tica y que no se sab¨ªa de qu¨¦ lado se pondr¨ªan", relat¨® Ziug¨¢nov.
Para poner imponer el estado de excepci¨®n, asegura el l¨ªder comunista, se necesitan una serie de condiciones: que quien lo establece cuente con el apoyo de los dos tercios de la poblaci¨®n, que haya un Ej¨¦rcito fuerte, que se tenga dinero para pagar a los que hacen el trabajo sucio, que exista un poderoso sistema de orden p¨²blico para aplastar a los opositores y, seg¨²n ¨¦l, ni una sola de estas condiciones se da hoy en Rusia.
El anunciado abucheo al l¨ªder comunista por parte de los estudiantes no se produjo; s¨®lo a la salida del Instituto Polit¨¦cnico, donde respondi¨® a preguntas de profesores y alumnos, le esperaba un grupo de unos 10 j¨®venes con p¨¢ncartas, tipo "Mejor con Yeltsin al infierno ir, que con Ziug¨¢nov en el Ed¨¦n vivir", totalmente incapaz de aguarle la fiesta. Verdad es que tal fiesta estuvo a punto de verse aguada literalmente: poco antes de las seis de la tarde, hora en que deb¨ªa empezar el mitin de Krasnodar, empez¨® a caer una fuerte lluvia, pero de todas maneras la plaza del Trabajo estuvo abarrotada de gente que recibi¨® con entusiasmo a su candidato.
La provincia de Krasnodar es un feudo de la izquierda: en conjunto en las elecciones parlamentarias obtuvo el 35% de los votos. Gran ¨¦xito tuvo la organizaci¨®n de los comunistas ortodoxos que sac¨® el 6,46%, casi tanto como la progubernamental Nuestra Casa es Rusia y m¨¢s que la del liberal Grigori Yavlinski. Y estos leninistas ortodoxos pueden dar m¨¢s de un dolor de cabeza a Ziug¨¢nov, como se demostr¨® ayer: mientras el l¨ªder comunista daba una conferencia de prensa, uno de los dirigentes del Frente Unido de los Trabajadores repart¨ªa un peri¨®dico que afirmaba que "Ziug¨¢nov es peor que Yeltsin" y llamaba a no participar en las elecciones.
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