Encontrar lo esperado
?C¨®mo pudo una burda falsificaci¨®n como el Hombre de Pildown, enga?ar a tantas eminencias de Ia ciencia, con honrosas, y contadas, excepciones? Seguramente se debe a que se encontraron ante los ojos lo que esperaban encontrar.El paleont¨®logo estadounidense Steplien Jay Gould ha apuntado varios motivos de tanta credulidad. Uno ser¨ªa la escasez de f¨®siles que padec¨ªa la paleoantropolog¨ªa brit¨¢nica a principios de siglo en comparaci¨®n con la riqueza de los yacimientos franceses. As¨ª Piltdown era la revancha, con un espec¨ªmen muy antiguo y claramente ancestral del hombre frente al neandertal de los franceses y alemanes.
Tambi¨¦n influyeron los prejuicios culturales, se?ala Gould. Un cr¨¢neo humano con una mand¨ªbula de simio se ajustaba muy bien a la preferencia aprior¨ªstica de los antrop¨®logos de la ¨¦poca por un cerebro grande como primer rasgo humano diferenciador de los monos. Gould apunta que algunos rasgos racistas acerca de la presunci¨®n de un origen ingl¨¦s del hombre blanco frente al Hombre de Pek¨ªn -descubierto despu¨¦s- contribuyeron a mantener la defensa de Piltdown.
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