LA ETERNA MANZANA Y LA NUEVA PECADORA
El p¨¢rroco de la Virgen de a Consolaci¨®n de Nereto, localidad de los Abruzos, ha lanzado una particular cruzada sobre la compostura en el vestir de las j¨®venes durante su homil¨ªa del pasado domingo, anunciando que dar¨¢ una manzana a cada chica que ense?e m¨¢s cent¨ªmetros de escote o pierna de los debidos, o de los que ¨¦l cree que se deben, para que los lugare?os se den cuenta de que es una Eva pecadora. Don Silvio, del que las cr¨®nicas dicen que prefiere el traje talar a la sotana y porta tel¨¦fono celular -un iluminado, el que invent¨® lo de que el h¨¢bito no hace al monje- ha llevado su incorporaci¨®n de la pr¨¦dica a la comunicaci¨®n de masas hasta el punto de imprimir unas octavillas, con manzana y todo, recordando que Ad¨¢n y Eva se dieron cuenta de que no llevaban encima ni la tan socorrida hoja de parra justo despu¨¦s de haber mordido la manzana. "La minifalda est¨¢ bien para ir a un bar, pero no para presentarse en la iglesia, porque puede perturbar la oraci¨®n", explica. Quiz¨¢ para darse un toque posconciliar, don Silvio confiesa que copi¨® la idea a Juan XXIII, quien siendo nuncio apost¨®lico en Francia pel¨® una manzana y se la dio a una se?ora. Cuando ¨¦sta, sin entender la salida del nuncio, le pregunt¨® por qu¨¦ lo hac¨ªa, el entonces Angelo Roncalli le contest¨® que Eva se dio cuenta de su desnudez justo despu¨¦s de haber comido el fruto. Don Silvio parece no haberse percatado de que, al ofrecer la manzana, incorpora el denostado papel de la serpiente. Se ignora si de esto coment¨® algo Juan XXIII.-
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