"La acusaci¨®n por venganza puede ser invalidada"
Eduardo M¨®ner es un juez-juez, aplicador razonable de la ley, incapaz de sentirse dependiente del poder o de los poderosos y ajeno tambi¨¦n a las habilidades y complicidades de los medios de comunicaci¨®n. Todo lo contrario de un juez estrella, el magistrado que instruye en el Supremo el caso GAL -que ha convulsionado la pol¨ªtica y la justicia espa?ola- se asombra de que el entrevistador llegue a su despacho acompa?ado de un fot¨®grafo. "Soy un hombre poco interesante", asegura M¨®ner, un juez de provincias, nacido en M¨¢laga y recriado en Valencia, que se?ala como su afici¨®n principal el ajedrez, desde sus tiempos de juez de Coria (C¨¢ceres) y, de la mano de su padre, tambi¨¦n juez, los toros, "m¨¢s que el f¨²tbol", se disculpa.No rectifica nunca a quienes mienten sobre ¨¦l, pero, acostumbrado a ejercer su oficio con rigor, muestra una perplejidad un tanto ingenua ante el atrevimiento de columnistas o tertulianos que relatan relaciones que no se han producido, describen devociones que no practica o sacan consecuencias extra?as de su vieja amistad con Pascual Sala, a la que no piensa renunciar.
El instructor del caso GAL en el Supremo desea concluirlo antes del verano, sin citar a Felipe Gonz¨¢lez "a no ser que surgieran nuevas pruebas". De momento, no est¨¢ impresionado por la declaraci¨®n del ex director general de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n. '
Pregunta. Las acusaciones movidas por la venganza, el odio o la enemistad personal o pol¨ªtica, ?son descartables como prueba?
Respuesta. Creo que s¨ª, siempre que se acredite que es as¨ª.
P. ?Aunque aporten indicios de la existencia de delito?
R. La ley de Enjuiciamiento Criminal no pone limitaci¨®n a las pruebas que se pueden practicar. Pero luego est¨¢ la funci¨®n de valorarlas del tribunal, que podr¨¢ desproveer de toda credibilidad a tales pruebas y no tenerlas en cuenta si llega al convencimiento de que su ¨²nico m¨®vil es la venganza o el resentimiento. Pero el tribunal tendr¨¢ que motivar esa decisi¨®n.
P. ?Est¨¢ quedando el Supremo en un segundo plano en la investigaci¨®n de los GAL?
R. Yo creo que no. El Supremo est¨¢ actuando en el sumario que le corresponde y en el que tiene competencia para ello, pero no creo que est¨¦ quedando relegado.
P. ?Qu¨¦ opina de la propuesta de acumular todos los sumarios de los GAL en el Supremo?
R. No puedo opinar, porque es un asunto que tengo pendiente de resolver.
P. ?El Supremo es un ¨®rgano adecuado para investigar?
R. No. Esto no es un juzgado de instrucci¨®n, porque carece de medios, infraestructura y personal adecuado. La funci¨®n del Supremo es unificar la doctrina y resolver en ¨²ltima instancia las cuestiones penales, pero no investigar sumarios.
P. Estas dificultades ?pueden influir en la no acumulaci¨®n de los sumarios de los GAL en el Supremo?
R. No, porque la ley org¨¢nica del Poder Judicial obliga a la Sala Segunda del Supremo a tramitar todas las causas contra aforados. Lo que ocurre es que antes llegaban ocho o 10 al a?o y ahora, con la judicializaci¨®n de la pol¨ªtica, hay una enormidad de causas especiales. Y el Supremo no est¨¢ para eso. Yo ser¨ªa partidario de que se encargara de la instrucci¨®n alg¨²n magistrado adscrito, o del gabinete t¨¦cnico, y la sala se dedicara s¨®lo a juzgar.
P. ?C¨®mo ve el caso GAL?
R. Con cuidado.
P. ?Cu¨¢ndo cree que acabar¨¢?
R. El que yo instruyo, lo quiero acabar antes del verano. Creo que es posible, si no se produce alguna acumulaci¨®n o alguna cosa rara. Ya se han practicado casi todas las diligencias.
P. El juez Baltasar Garz¨®n calculaba que hab¨ªa caso GAL hasta el a?o 2015.
R. Si durara hasta entonces, desde luego a m¨ª no me coge.
P. ?Citar¨¢ a declarar a Felipe Gonz¨¢lez?
R. Yo ya he dicho que no. De momento he dicho que no, y como no sea que surgieran nuevas pruebas, yo sigo manteniendo que no, decisi¨®n que ha sido muy criticada.
P. ?Qu¨¦ dice a quienes creen que contra el terrorismo vale todo?
R. Que no es verdad, porque entonces el Estado se deslegitima. Un Estado de derecho no puede admitir cualquier tipo de f¨®rmula para acabar con el terrorismo. Es contrario a la Constituci¨®n y a los derechos fundamentales.
P. ?Comparte la cr¨ªtica a la guerra sucia porque fue una chapuza?
R. Aunque no hubiera sido una chapuza, la guerra sucia siempre hay que condenarla.
P. ?La responsabilidad pena? debe preceder a la pol¨ªtica?
R. Creo que pueden ser independientes. Cada una puede seguir un camino.
P. Para un juez profesional como usted, ?es igual inculpar a un pol¨ªtico o un famoso que a un ciudadano desconocido?
R. Es igual. Y nuestra decisi¨®n es la misma. Lo que pasa es que no se puede uno liberar de la carga o trascendencia que lleve el pol¨ªtico o el famoso.
P. ?Cu¨¢l es la justificaci¨®n de la existencia de aforados en una democracia?
R. Quiz¨¢s, dada la responsabilidad del cargo que ostentan, la de que los juzgue un tribunal superior, no porque sepa m¨¢s que el juez, sino para que existan las m¨¢ximas garant¨ªas. Adem¨¢s, la Constituci¨®n lo establece y hay que acatarla. Creo que en casi todos los pa¨ªses es igual.
P. ?Le cuesta mucho preservar su independencia?
R. No. Siempre he procurado preservarla y las pocas veces que tuve presiones, justamente antes, no les hice caso. Siempre he obrado como yo he cre¨ªdo que deb¨ªa hacerlo.
P. ?Qu¨¦ siente cuando lee o escucha que le dictan lo que debe decidir?
R. Pues me r¨ªo. [Se r¨ªe a carcajadas]. Me r¨ªo porque a veces digo que me allanan el camino Lo que ocurre es que a lo mejor ese camino es el que no sigo.
P. ?Y cuando al d¨ªa siguiente le elogian o le critican, seg¨²n que haya seguido o no su dictado?
R. Me sigo riendo. Yo tengo mucho respeto por las cr¨ªticas a las resoluciones judiciales, pero es que muchas veces periodistas u otras personas en las tertulias o columnas tienen bastante desconocimiento de lo que es la t¨¦cnica judicial y emiten opiniones o juicios que jur¨ªdicamente no se pueden aceptar.
P. ?Es igual de respirable el clima de la Sala Segunda desde que est¨¢ aqu¨ª el caso GAL?
R. Creo que s¨ª, que hemos asumido el caso GAL y, salvo alguna vez que haya surgido algo, la sala est¨¢ igual que antes.
P. Hay quien dice que en el auto de procesamiento del caso GAL usted lleg¨® muy lejos al considerar al ex ministro Jos¨¦ Barrionuevo y otros procesados integrantes de banda armada, a diferencia de la sentencia del caso Amedo y Dom¨ªnguez, que les exculp¨® del delito de terrorismo.
R. Yo lo que hice fue apuntar en el procesamiento ese delito, lo que no quiere decir que luego la sala absuelva o cambie el tipo delictivo a juzgar. Yo entend¨ª que m¨¢s que asociaci¨®n il¨ªcita, se trataba de una banda armada, pero la ¨²ltima palabra la tiene la sala.
P. ?Le preocupa que el pleno de la Sala Segunda revoque alguna de sus resoluciones?
R. [Se r¨ªe abiertamente]. No, ya estoy acostumbrado. Hombre, siempre le agrada m¨¢s a uno que se la confirmen. Pero yo no me enfado, como le ocurre a algunos compa?eros.
P. Tengo entendido que en su juventud le confundieron con un terrorista. ?C¨®mo fue?
R. No, que me confundieron con un terrorista no. Lo que ocurri¨® fue que estando en una pensi¨®n, cuando Manuel Peris [magistrado, ex vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial] y yo estudi¨¢bamos en la Escuela Judicial, como nos qued¨¢bamos hablando hasta muy tarde, le¨ªamos mucho y nos dorm¨ªamos a las dos o las tres de la madrugada, un d¨ªa la se?ora de la pensi¨®n nos dijo: "Oigan, ?ustedes no ser¨¢n terroristas?". A la se?ora deb¨ªa darle la impresi¨®n de que est¨¢bamos conspirando.
P. Al fin y al cabo los dos pertenecieron a Justicia Democr¨¢tica.
R. Eso fue despu¨¦s y siempre fuimos muy discretos y poco transparentes.
P. El nuevo C¨®digo Penal ?beneficiar¨¢ a los procesados en el caso GAL?
R. Habr¨¢ que ver exactamente por qu¨¦ delitos les condena la sala, ?si les llega a condenar, ?eh?!
P. Esta semana se han reanudado en Espa?a los juicios con Jurado. ?Cree que la justicia puede quedar en manos de ciudadanos legos en derecho?
R. Si la Constituci¨®n dice que el pueblo tiene que participar en la administraci¨®n de justicia, yo lo acato.
P. ?Qu¨¦ soluciones existen para superar la judicializaci¨®n de la pol¨ªtica?
R. Deber¨ªan ser los pol¨ªticos los que renunciaran a usar la justicia para dar soluci¨®n a sus querellas o a sus controversias. Deber¨ªan discutir en el plano pol¨ªtico y no trasvasar sus problemas al plano judicial.
P. ?Y qu¨¦ me dice de la politizaci¨®n de la justicia?
R. No existe. Hay magistrados que tienen unas ideas, pero hacen abstracci¨®n y juzgan con arreglo a lo que estiman justo.
P. ?Por qu¨¦ no pertenece a ninguna asociaci¨®n judicial?
R. Pertenec¨ª a la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (APM) que, inicialmente, era la ¨²nica que hab¨ªa. Pero lleg¨® el momento en que pens¨¦ que la APM sobrepasaba lo que yo cre¨ªa que deb¨ªa ser una asociaci¨®n de jueces, y me retir¨¦ de ella. Despu¨¦s me han tentado desde todas ellas.
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