Comienza la guerra por suceder a Peres, que seguir¨¢ "Iuchando por la paz"

No hay simple decepci¨®n por la derrota de Sim¨®n Peres en el cuartel general laborista, en la calle Hayarkon de Tel Aviv. Lo que hay es abatimiento, sensaci¨®n de cat¨¢strofe. Y ya ha estallado la guerra de sucesi¨®n. El desastre ha sido doble: no solamente por la victoria de Netanyahu, sino tambi¨¦n porque el grupo parlamentario del partido del hasta ahora primer ministro no tendr¨¢ m¨¢s que 34 diputados, 10 menos que los que ten¨ªa hasta ahora en la Kneset. Aunque es verdad que el Likud tambi¨¦n sufre una hemorragia (de 40 a 32) y que la derrota de los dos grandes se debe a la nueva ley electoral.

Peres reuni¨® el jueves a los ministros laboristas de su Gobierno y les pidi¨® que fuesen comedidos en sus declaraciones p¨²blicas. Prohibi¨® expresamente comentar los resultados hasta que fueran definitivos. Del descenso de su autoridad da idea el hecho de que varios no le hicieron caso. El titular de Vivienda, Ben Eliezer, declar¨® que los comicios han demostrado que existe "una fractura profunda en la poblaci¨®n", y critic¨® a los votantes ¨¢rabes: "Incre¨ªble. Unos 19.000 votaron por Netanyahu".Aunque Peres se haya pronunciado contra la entrada de los laboristas en un Gobierno de uni¨®n nacional presidido por Benjam¨ªn Netanyahu, varios ministros salientes, entre ellos el muy influyente de Finanzas, Abraham Shohat, no excluyen esta posibilidad. "Todas las opciones est¨¢n abiertas", dijo.

Osea, que se extiende la revuelta. En pol¨ªtica, se perdona raramente a los gladiadores derrotados. Tampoco a Peres, que ayer prometi¨® que continuar¨¢ "trabajando por la paz", all¨ª donde est¨¦ y que se opondr¨¢ a "todo intento" de paralizar el proceso. En su opini¨®n, la elecci¨®n no era "entre dos partidos, sino entre dos caminos diferentes", y los laboristas, afirm¨®, seguir¨¢n "fieles" al suyo.

La derrota "es un drama personal terrible para Sim¨®n. Es la quinta vez que muerde el polvo", se dice entre sus pr¨®ximos. "Pero no est¨¢ hundido. Conserva su sangre fr¨ªa y parece el mismo, ponderado y seguro de s¨ª, al menos en apariencia".

La lucha por la sucesi¨®n toma forma de acusaci¨®n, lanzada por Ehud Barak, ministro de Exteriores, contra Haim Ramon (titular de Interior). Barak, y no s¨®lo ¨¦l, critican a Ramon, por la campa?a "an¨¦mica y sopor¨ªfera", que presentaba a Peres a la defensiva. Tambi¨¦n le acusa de sacar poco partido al asesinato de Isaac Rabin y de haberse negado a decir que el magnicidio fue posible "por el clima de incitaci¨®n al odio creado por la derecha nacionalista y religiosa".