As¨ª son los toreros
Una exhibici¨®n de torer¨ªa hizo V¨ªctor Puerto en todas sus intervenciones y la rubric¨® cuando, conmocionado por un volteret¨®n, sigui¨® toreando, se embraguet¨® con el toro, le sac¨® pases de irreprochable hondura. S¨ª se?or, as¨ª son los toreros.Los toreros son as¨ª y no como los pintan. Los toreros son valientes, orgullosos de su profesi¨®n, muy pagados de su dignidad. Los toreros, los que encumbraron la fiesta hasta la aparici¨®n de esas figuras en tecnicolor tan cursis como faltonas, incapaces de ejecutar el toreo verdadero, desconocedoras del arte, virtuosas del suced¨¢neo, son del corte de V¨ªctor Puerto y de otros muchos que llevan la torer¨ªa en la sangre e intentan romper el monopolio de intereses para demostrar su val¨ªa.
Sep¨²lveda / Mora, Luguillano, Puerto
Toros de Sep¨²lveda (uno rechazado en el reconocimiento, dos devueltos por inv¨¢lidos), discretos de presencia, flojos, mansotes, nobles. 2? primer sobrero y 5?, de Lora Sangr¨¢n, escaso trap¨ªo, inv¨¢lidos. 6? segundo sobrero, de Carmen Borrero, poco trap¨ªo, flojo, con casta.Juan Mora: pinchazo, estocada corta ca¨ªda y rueda de peones que tira al toro (ovaci¨®n y saludos); pinchazo y estocada corta atravesada escandalosamente baja (pitos). David Luguillano: pinchazo hondo atravesado ca¨ªdo (pitos); pinchazo, estocada corta y rueda de peones (pitos). V¨ªctor Puerto: pinchazo bajo y estocada (oreja); media trasera y rueda de peones; se le perdon¨® un aviso (oreja); sali¨® a hombros por la puerta grande. Plaza de Las Ventas, 1 de junio. 22? corrida de feria. Lleno.
Los toreros, si verdaderos, no son de este mundo. Los toreros, valor y gallard¨ªa, sentimiento y majeza, salen a dar la cara con el toro y a triunfar con todas las de la ley, sin componenda ni artima?a, sin trampa ni cart¨®n. De esta forma se emple¨® V¨ªctor Puerto, capotero bueno al que no arredr¨® la codicia de su primer toro y le gan¨® terreno lance¨¢ndole a la ver¨®nica de poder a poder. Y luego iniciando la faena de muleta como hace muchos a?os no se ve¨ªa, con el pase cambiado; el pase cambiado genuino, el que requiere para interpretarlo valent¨ªa a toda prueba y dominio de la suerte.
La muleta plegada en la izquierda, de frente el torero, al entrar el toro en jurisdicci¨®n le cambi¨® el viaje por delante vaci¨¢ndolo en el pase de pecho. La faena iba de alboroto, o de esta naturaleza dispuso V¨ªctor Puerto que fuera, y ya estaba ensayando el natural, luego los redondos, algunas de cuyas tandas le salieron extraordinarias. Pases de pecho y de la firma, cambios de mano y trincheras constituyeron una muestra selecta del bien torear.
Un remedo del arte de torear lo practic¨® Juan Mora y recurri¨® a largar tela en la modalidad pasatorito, que es un lejano pasar. En la postura lo cifraba todo. La postura -pinturera, castiza y esmay¨¢, seg¨²n se lleva- era de dulce, pero la suerte resultaba sucinta, el capote flameaba en exceso, de la muleta el toro s¨®lo ve¨ªa el pico y nada m¨¢s tomarlo ya hab¨ªa perdido la gu¨ªa del enga?o.
Faenas sincopadas desarroll¨® Juan Mora. Faenas sin ajuste en las que cortaba las tandas para rectificar terrenos y vuelta a empezar. Pases sueltos saco y si por alg¨²n acaso resultaban ce?idos, se met¨ªa r¨¢pido en los costillares. Demasiados trucos trajo Juan Mora en su reaparici¨®n.
La corrida sal¨ªa flojucha, al aire de lo que se estila y los toros de Luguillano ten¨ªan una invalidez. absoluta que los convert¨ªa en inservibles. A su primero le ahorr¨® Luguillano las penas mat¨¢ndolo pronto; a su segundo quiso hacerle faena, sufri¨® enganchones y desarmes, y acab¨® haciendo el rid¨ªculo.
El sexto tambi¨¦n volvi¨® al corral por su invalidez y le sustituy¨® un sobrero, hierro Carmen Borreo, de casta agresiva. Recrecido en el ¨²ltimo tercio, V¨ªctor Puerto le instrument¨® buenos derechazos, consinti¨® por naturales las fieras embestidas y en una de ellas el toro le prendi¨® y volte¨® de mala manera. Se incorpor¨® V¨ªctor Puerto enrabietado y volvi¨® a la cara del animal para sacarle las mejores series de redondos.
La media estocada con que mat¨® no tuvo efectos r¨¢pidos, el toro tard¨® en doblar, pas¨® el tiempo del aviso sin que lo enviara el presidente... Dio igual: hab¨ªa en la plaza una gran conmoci¨®n, la entrega de V¨ªctor Puerto ten¨ªa aut¨¦nticamente enardecido al p¨²blico y cuando le sacaban por la puerta grande, iba all¨ª un torero. Un torero de verdad, como los de antes, como aquellos h¨¦roes de otro mundo que supieron encumbrar la fiesta y la llenaron de grandeza.
Babelia
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