Muti evita que 'El oro del Rin', de Wagner, naufrague en La Scala
Diez minutos de aplausos y bravos para la nueva creaci¨®n del director napol¨ªtano
Esta vez no ha tenido que tocar el piano en el escenario ni que enfrentarse a los trabajadores en huelga del teatro, pero Riccardo Muti acaba de salvar una situaci¨®n en La Scala de Mil¨¢n tan dif¨ªcil como la que resolvi¨® hace dos a?os, cuando interpret¨® La Traviata en solitario con los cantantes. Hace pocas semanas se encontr¨® con que El oro del Rin, de Richard Wagner, plato fuerte de la temporada en curso, no podr¨ªa ser montado. Y decidi¨® seguir adelante, en forma de concierto. No se ha equivocado.
Los diez minutos largos de aplausos y bravos con que el p¨²blico que llenaba la sala salud¨® el s¨¢bado el final de dos horas y veinte minutos de m¨²sica sin interrupciones demuestran que, contra viento y marea, Muti ha logrado un resultado mucho m¨¢s importante de lo que alguna cr¨ªtica le he reconocido.La Scala inici¨® en 1995 su revisi¨®n de la tetralog¨ªa wagneriana con una estupenda Walkiria protagonizada por Waltraud Meier y Pl¨¢cido Domingo. El director de escena, Andr¨¦ Negel, con decorados y vestuario de Nicky Rieti, hubiera debido completar los tres t¨ªtulos restantes, a raz¨®n de uno por a?o, en 1998. Pero, apenas d¨ªas antes de que se levantara el tel¨®n, el teatro se declar¨® incapaz, "por razones t¨¦cnicas", de realizar el montaje sobre El oro...
Para Muti, esta ins¨®lita circunstancia del primer teatro de ¨®pera italiano, que el pr¨®ximo a?o cerrar¨¢ seguramente sus puertas para ser modernizado, representaba una ocasi¨®n perdida. Su lectura de El anillo de los nibelungos, iniciada el a?o pasado, la primera que el maestro napolitano realiza de esta obra fundamental de Wagner, hubiera debido interrumpirse.
Muti justific¨® en los peri¨®dicos su decisi¨®n de seguir adelante. Y la intensidad con la que se sumerge en el mundo sonoro del genio de Leipzig y su capacidad para sacar a la luz detalles rec¨®nditos de un tejido musical en el que nada es casual representa una experiencia que deja sin aliento y mantiene en vilo al p¨²blico. Este hecho excepcional, que ya ocurri¨® en La Walkiria de hace un a?o, vuelve a repetirse en El oro..., a pesar de algunas estridencias, por ejemplo, en los acordes finales de la obra.
Entre el reparto de este t¨ªtulo y el del ofrecido hace un a?o hay pocas conexiones. La ¨²nica es, de hecho, el bajo bar¨ªtono Monte Pedersen, que canta un Wotan excepcionalmente musical y humano por la blandura de la voz y la naturalidad de su recitado, aunque en los pasajes m¨¢s heroicos muestre inevitables limitaciones. Excelentes incorporaciones son las de Kim Begley, que hace un Loge menos caracter¨ªstico de lo acostumbrado, y la de Franz Joseph Kapellman, un Alberich ligero pero expresivo, y el bello Mime de Heinz Zednik.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.