Combinaci¨®n desafortunada de genes
Una enfermedad con diversas causas hereditarias, ambientales y v¨ªricas
Una veintena de genes est¨¢n implicados en la diabetes de tipo I, de los que s¨®lo un pu?ado influyen mucho en el riesgo de desarrollar la enfermedad, y otros pueden intervenir, aunque no sean tan determinantes, explica Jorn Nerup. "Es un desorden poligen¨¦tico, y creemos que la susceptibilidad del individuo est¨¢ determinada no por mutaciones, sino por alelos de genes normales, que est¨¢n en toda la poblaci¨®n, en una combinaci¨®n desafortunada", contin¨²a este experto.Pero adem¨¢s est¨¢ el efecto determinante del entorno. La mayor¨ªa de los genes que se han descubierto relacionados con la diabetes son de respuesta medioambiental, explican los investigadores de Steno. Esto explicar¨ªa, por ejemplo, la influencia de, tal vez, agentes qu¨ªmicos contaminantes y, por supuesto, de la dieta o los h¨¢bitos de vida de una poblaci¨®n, para que se desencadene la diabetes.
Una infecci¨®n v¨ªrica tambi¨¦n puede provocar la enfermedad. Los casos de gemelos gen¨¦ticamente id¨¦nticos en que uno es diab¨¦tico y otro no demuestran el impacto de esos agentes externos.
La enfermedad se desencadena con una guerra entre el sistema inmunol¨®gico que empieza a destruir las c¨¦lulas beta de los islotes de Langerhans, en el p¨¢ncreas, y ¨¦stas, que se defienden frente al ataque, seg¨²n explica Nerup: "Trescientas prote¨ªnas est¨¢n implicadas en estos mecanismos".
Lo extra?o es que el sistema inmunol¨®gico no ataca a todas las c¨¦lulas de los islotes, sino s¨®lo al 70%, las beta, implicadas en la producci¨®n de insulina. "Creemos que el problema no est¨¢ s¨®lo en el sistema de defensa del organismo (como una enfermedad autoinmune convencional), sino que algo misterioso sucede en estas c¨¦lulas beta para atraer espec¨ªficamente la destrucci¨®n", dice el investigador dan¨¦s, que presidi¨® en 1992 el Grupo de Estudio para la Prevenci¨®n de la Diabetes Mellitus de la OMS. No es que el conocido gen encargado de la producci¨®n de la insulina sea defectuoso en los diab¨¦ticos, es que las c¨¦lulas en que debe expresarse son destruidas. Todo esto complica enormemente el establecimiento de patrones gen¨¦ticos para la determinaci¨®n precoz del riesgo de padecer insulina con vistas a la prevenci¨®n. As¨ª las cosas, de momento se recurre a la b¨²squeda de anticuerpos en el organismo para identificar la condici¨®n de prediab¨¦tico y el riesgo de desarrollar la enfermedad.
La prevenci¨®n tambi¨¦n es compleja, y ahora est¨¢n en marcha dos estudios internacionales. Jay Skyle, de la Universidad de Miami, habl¨® en Copenhague sobre la administraci¨®n de insulina a individuos que a¨²n no la necesitan para averiguar si se retrasa o incluso se impide la aparici¨®n de la enfermedad, seg¨²n el estudio dirigido por ¨¦l de los Institutos Nacionales de Salud (EE UU), con 500 individuos. En Europa se est¨¢ haciendo una investigaci¨®n similar en 20 pa¨ªses.
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