El hombre que vot¨® dos veces
La fantas¨ªa del Gran Israel no naci¨® entre los jud¨ªos ortodoxos ni entre los ultraortodoxos. Los ortodoxos la abrazaron en 1967 debido a una absurda asociaci¨®n entre el aut¨¦ntico car¨¢cter jud¨ªo y unas fronteras m¨¢s amplias. El origen del Gran Israel est¨¢ en el partido Likud y sus predecesores hist¨®ricos (nacionalistas jud¨ªos seculares). Es probable que la iron¨ªa de la historia predestine al Likud a liberar a los israel¨ªes de esta fantas¨ªa, lo mismo que pas¨® cuando Men¨¢jem Beguin renunci¨® a Sina¨ª por la paz con Egipto en 1977.Benjam¨ªn Netanyahu ha derrotado a Sim¨®n Peres por un margen inferior al 1% (unos 30.000 votos). Esto ha ocurrido, entre otras razones, porque durante 20 a?os la extrema derecha israel¨ª ha estado tachando a Peres y a todo el movimiento por la paz de amantes de los ¨¢rabes y de traidores, y hasta ha llegado a difundir el rumor de que Peres tiene una "madre ¨¢rabe". En la pasada campa?a electoral, el Likud utiliz¨® fotograf¨ªas de un Arafat con pinta de malvado estrechando la mano a un Peres con aspecto desconcertado. Efectivamente, el estilo y la apariencia de Arafat ha sido una de las ventajas m¨¢s efectivas del Likud. Si los palestinos tuvieran un l¨ªder de aspecto respetable, con traje y corbata como es debido, y con un aire de comprensivo m¨¦dico de familia, habr¨ªa sido mucho m¨¢s dif¨ªcil intimidar a la opini¨®n p¨²blica israel¨ª con la idea de que Rabin y Peres hab¨ªan vendido su alma a un peligroso g¨¢nster. De hecho, la presentaci¨®n que de Arafat ha hecho la derecha israel¨ª con frecuencia se parec¨ªa a la imagen del jud¨ªo de las caricaturas antisemitas. Pero, a partir de ahora, Netanyahu tendr¨¢ sus propias fotograf¨ªas dando la mano al monstruo. No le quedar¨¢ m¨¢s remedio que exorcizar a Arafat. Me temo que algunos israel¨ªes fogosos no tardar¨¢n mucho en proporcionar a Netanyahu una "madre ¨¢rabe".
El bloque del Gran Israel, formado por el Likud, el Partido Religioso Nacional y el partido de extrema derecha Moledet, se reduce ahora a un 36% del electorado; el bloque pro Oslo tambi¨¦n ha perdido alg¨²n terreno, pero todav¨ªa controla el 43% de los esca?os; mientras, entre ambos, hay un 21% de miembros de la Kneset (Parlamento) a medio camino que aprueba los acuerdos de Oslo, aunque con algunas reservas. Adem¨¢s, incluso los partidos que hasta ahora hab¨ªan defendido el Gran Israel -el Likud y el Partido Religioso Nacional- evitaron totalmente los, esl¨®ganes sobre el Gran Israel en la ¨²ltima campa?a, censuraron a sus queridos asentamientos en Cisjordania y se centraron exclusivamente en la. "paz con seguridad". El propio Netanyahu subray¨® a lo largo de su campa?a su compromiso con los acuerdos de Oslo, a la vez que se absten¨ªa escrupulosamente de declarar p¨²blicamente el menor compromiso con el Gran Israel o con los asentamientos. El resultado m¨¢s significativo de estas elecciones no es la victoria de Netanyahu sobre Peres, sino la vuelta a la marginaci¨®n, tras 27 a?os de predominio, de la idea del Gran Israel. Puede que el l¨ªder del Moledet, Ze'evi, tenga raz¨®n cuando se queja de que su partido es el ¨²nico de "aut¨¦ntica derecha". Sin embargo, esta "aut¨¦ntica derecha" no ha logrado m¨¢s que dos esca?os en la nueva Kneset.
?Habr¨ªan sido los resultados diferentes si Isaac Rabin no hubiera muerto? Nunca lo sabremos. Pero una cosa s¨ª sabemos con toda seguridad: el asesino de Rabin es el ¨²nico ciudadano israel¨ª que vot¨® dos veces: primero con su pistola, y despu¨¦s en la urna de la c¨¢rcel de Bae'er Sheva. Isaac Rabin no pudo acudir esta vez a introducir su papeleta oficial en Neve Avivim. Por eso, el estrecho margen entre Netanyahu y Peres es, en realidad, todav¨ªa menor.
La conclusi¨®n de estas elecciones es que la inmensa mayor¨ªa de los israel¨ªes siguen dispuestos a cambiar tierra por paz. Pero mientras Israel renuncia gradualmente a la tierra, lo que recibe a cambio no es paz, sino una oleada de terrorismo sin precedentes. Lo que ha derrocado al Gobierno de Peres ha sido una coalici¨®n entre Teher¨¢n, la yihad (guerra santa), el asesino de Rabin, Ham¨¢s y Hezbol¨¢.
El mundo ¨¢rabe, por su parte, tambi¨¦n deber¨ªa realizar un examen de conciencia: Siria, aunque reclama la devoluci¨®n de los Altos del Gol¨¢n de acuerdo con el principio internacional seg¨²n el cual "ning¨²n territorio puede ser adquirido por la fuerza", insiste en recuperar el nacimiento del r¨ªo Jord¨¢n y tambi¨¦n la costa oriental del mar de Galilea. ?stos son en realidad territorios israel¨ªes que los sirios tomaron por la fuerza en 1948. Ning¨²n israel¨ª, halc¨®n o paloma, podr¨ªa acatar esta absurda l¨®gica siria.
En cuanto a los palestinos, que exigen justificadamente tener una patria independiente junto a Israel, todav¨ªa pueden conseguirla si dan a Isarel paz a cambio de territorio; pero paz, no terrorismo.
Habr¨¢ un d¨ªa en que un embajador israel¨ª y un embajador palestino presentar¨¢n sus credenciales ante los respectivos presidentes de los dos Estados vecinos. Cuando llegue este d¨ªa, se habr¨¢ consumado el proyecto que Rabin pag¨® con su vida y Peres con su carrera. Estos dos arquitectos habr¨¢n visto realizado su plan. Puede que, al fin y al cabo, no est¨¦ tan mal que se haya elegido nada menos que a Benjam¨ªn Netanyahu para ser el contratista de este proyecto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.