La exigencia de un alto el fuego del IRA deja al Sinn Fein fuera de la mesa de paz en el Uster
Los esfuerzos de Londres y Dubl¨ªn por trasladar a una amplia mesa negociadora el conflicto que ha desgarrado el Ulster durante los ¨²ltimos 26 a?os y se ha cobrado m¨¢s de 3.000 vidas se vieron coronados ayer s¨®lo parcialmente por el ¨¦xito. Los primeros ministros brit¨¢nico e irland¨¦s, John Major y John Bruton, respectivamente, inauguraron una mesa negociadora a la que acudieron nueve de los no obstante, saborearon su porci¨®n de "d¨ªa diez principales partidos pol¨ªticos del Ulster. Pero la ausencia del alto el fuego del IRA exigido por Londres y Dubl¨ªn impidi¨® al Sinn Fein, su brazo pol¨ªtico, a tomar parte en esta jornada inagural. Los l¨ªderes del Sinn Fein, no obstante, saborearon su porc¨®n de "d¨ªa hist¨®rico" con una larga sesi¨®n propagand¨ªstica a las puertas del castillo de Stormont.
Major calific¨® las negociaciones como "un punto de inflexi¨®n" en la historia del Ulster, "la mejor oportunidad de alcanzar un acuerdo en d¨¦cadas". Bruton record¨® los miles de muertos que ha costado el conflicto y, ambos se felicitaron de haber llegado hasta esta meta volante del 10 de junio, en el largo camino hacia un acuerdo final para el Ulster.Pero el d¨ªa hist¨®rico qued¨® un tanto deslucido por la confusi¨®n y el caos. Un trasiego agotador de encuentros y entrevistas entre el primer ministro brit¨¢nico, John Major, y los l¨ªderes unionistas David Trimble y lan Paisley de un lado, y entre Major, su hom¨®logo irland¨¦s, John Bruton, y George Mitchell de otro, se desarroll¨® a lo largo de la ma?ana, dejando entrever una preocupante mara?a de cabos sueltos, entre bastidores.
Los pol¨ªticos unionistas acudieron a la cita pese a las pegas de ¨²ltima hora y no sin dejar claro, en el caso del radical Paisley, su absoluto rechazo a que la mesa fuera presidida por el ex senador norteamericano George Mitchell. Trimble, por su parte, neg¨® que la presidencia de las conversaciones estuviera definitivamente otorgada. No obstante, a duras penas, Paisley fue arrastrado hasta la mesa negociadora, donde ayer se dieron los primeros pasos organizativos de lo que ser¨¢n las sesiones de este delicado foro. Mitchell permaneci¨® en una habitaci¨®n que le fue habilitada mientras la presidencia era asumida por el ministro brit¨¢nico para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew. La totalidad de los participantes hubieron de comprometerse antes de tomar asiento ante la mesa rectangular a respetar y asumir los principios democr¨¢ticos y de renuncia a la violencia, establecidos en enero pasado por la comisi¨®n Mitchell, presidida por el ex senador norteamericano.
Major, en un largo discurso, felicit¨® a los partidos presentes por haber sido capaces de llegar hasta esta fase del proceso de paz. "Con o sin el Sinn Fein, las negociaciones son un hecho y continuar¨¢n si¨¦ndolo", dijo m¨¢s tarde el primer ministro.
Dudas despejadas
Las dudas de si los unionistas acabar¨¢n por aceptar o no el papel relevante que juega en este proceso Mitchell quedaron despejadas en¨¦rgicamente por Major: "Los que ven con desconfianza las negociaciones son los mismos que ve¨ªan con desconfianza la declaraci¨®n de Downing Street y la del documento marco, por no hablar de las elecciones de hace 10 d¨ªas".Pero mientras se desarrollaba el protocolo de presentaciones y discursos inaugurales pronunciados por Major y Bruton en el interior de las dependencias gubernamentales, en el exterior, Gerry Adams, l¨ªder del Sinn Fein, encontraba una plataforma ¨®ptima, con m¨¢s de doscientos periodistas a su alrededor, para defender los derechos del partido republicano a estar presente en las negociaciones. "Hemos venido aqu¨ª porque queremos participar en las negociaciones sobre el futuro de Irlanda del Norte", repet¨ªa Adams, quien rechaz¨® indignado las acusaciones de que los republicanos s¨®lo buscaban publicidad. La marcha de los delegados del Sinn Fein -Martin McGuinness y Gerry Kelly entre otros- entre la verja de entrada de las dependencias gubernamentales y la puerta del edificio se desarroll¨® con todo el ritual de una procesi¨®n de Semana Santa, con los pol¨ªticos republicanos obligados a detenerse de vez en cuando ante la avalancha de periodistas.
El acceso a las negociaciones sigue abierto, no obstante, para el Sinn Fein. As¨ª lo declararon, tras la ret¨®rica inaugural, Major y Bruton. "La ¨²nica condici¨®n les que el IRA declare la tregua. Considero una contradicci¨®n que no se avengan a ello cuando el Sinn Fein ha declarado su total aceptaci¨®n de los principios de la comisi¨®n Mitchell", dijo Bruton. Las razones del Sinn Fein para reclamar su sitio en la mesa negociadora al margen de lo que decida el IRA descansan en el 15,4% de los votos obtenidos en las elecciones de hace 10 d¨ªas en el Ulster.
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