Cosa de adultos
Los fil¨®sofos m¨¢s famosos de la historia ya hablaron a menudo sobre la realizaci¨®n personal: el sentido de la vida. Por supuesto, no me refiero a la nota media que determina tu oficio e incluso tu forma de pensar, sino a un sentimiento.Est¨¢ bien, tengo 16 a?os, y a¨²n parezco demasiado joven para opinar: a¨²n no he formado esa ¨¦tica universal y necesaria de una sociedad consumista. Pero tengo una espina clavada en el coraz¨®n: la del arte. A m¨ª no me gusta pintar, pero tambi¨¦n construy¨® la realidad noblemente con mis manos.
Pero, sin embargo, mi juventud y mis obligaciones como adolescente constituyen la barrera de la vida, aquella que me impide realizar mis facultades y ambiciones, ya que en la Comunidad de Madrid, los pocos centros dedicados al arte de la escultura parecen ser exclusivamente cosa de adultos (con esto me refiero a la escasez de centros y a la inaccesibilidad de los horarios).-
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