Colaboraci¨®n eficaz
LA ORGANIZACI?N ETA y sus c¨®mplices tienen ¨²ltimamente muchos motivos de preocupaci¨®n. Y todos los dem¨®cratas en Espa?a y Francia, vascos o no, otros tantos de satisfacci¨®n. Porque la colaboraci¨®n antiterrorista entre Madrid y Par¨ªs comienza a adquirir el nivel ¨®ptimo, es decir, el normal en diligencia y eficacia que corresponde a dos pa¨ªses regidos por los mismos principios y valores. Al otro lado de los Pirineos ha calado finalmente la idea de que el terrorismo, sea cual sea su signo y el grupo que lo practique, amenaza por igual los valores de libertad y convivencia en Madrid y en Par¨ªs.Frente a esa idea y al cambio de perspectiva de la sociedad francesa respecto a ETA, nada ha podido la tosca operaci¨®n de propaganda montada por la banda terrorista con la vuelta a Francia de 10 de sus miembros deportados hace a?os a diversos pa¨ªses de ?frica y Am¨¦rica. ETA intentaba reproducir la imagen de una Espa?a aislada, no homologada democr¨¢ticamente y represora de los derechos humanos. Su fracaso ha sido may¨²sculo y demuestra el grado de enajenaci¨®n de la realidad que sufren sus dirigentes, intoxicados por su propia letan¨ªa propagand¨ªstica.
El Gobierno franc¨¦s no ha mordido el anzuelo. Ha optado por un decidido impulso a la colaboraci¨®n entre dos Estados que, adem¨¢s de ser vecinos, apuestan en estos momentos por una estrategia com¨²n ante la convergencia de la Uni¨®n Europea. La expulsi¨®n y entrega inmediata a Espa?a de seis de los etarras deportados y la previsible entrega de otros dos, una vez que se clarifique su situaci¨®n jur¨ªdica en Francia, demuestra que es ETA la que est¨¢ aislada. Los terroristas siguen sin enterarse de lo mucho que ha cambiado el entorno en que act¨²an.
El acuerdo Chirac-Gonz¨¢lez, en v¨ªsperas de la anterior cumbre europea de Tur¨ªn, sobre la entrega a Espa?a de nueve dirigentes hist¨®ricos de ETA -entre ellos Josu Ternera-, tras cumplir condena en Francia, fue la primera se?al que auguraba un nuevo marco de cooperaci¨®n policial y judicial contra el terrorismo. Un marco que el Gobierno de Aznar est¨¢ consolidando con ¨¦xito y que debe es forzarse por ampliar a todo el ¨¢mbito de la UE con la negociaci¨®n de un nuevo convenio europeo de extradici¨®n que d¨¦ un trato diferenciado a los delitos de terrorismo. Francia est¨¢ en esa l¨ªnea. Hay que excluir que se repitan hechos tan intolerables como que un socio de la UE como B¨¦lgica acoja como refugiados a individuos acusados de delitos terroristas.
En este marco, regido, entre otros principios, por el de reciprocidad, tiene pleno sentido que Espa?a preste su m¨¢xima, ayuda a Francia en la lucha contra el terrorismo isl¨¢mico. El giro de la opini¨®n p¨²blica francesa frente al terrorismo de ETA se produjo b¨¢sicamente a mediados de los ochenta, a ra¨ªz de los graves atentados cometidos por grupos radicales ¨¢rabes en Par¨ªs. Tras su victoria en las legislativas de 1986, Chirac opt¨® por reforzar la cooperaci¨®n internacional contra el terrorismo, con medidas como la entrega de activistas por procedimiento de urgencia: porque esa mayor sensibilizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica hab¨ªa determinado que la lucha antiterrorista se convirtiera en uno de los puntos b¨¢sicos del programa de la coalici¨®n que encabezaba.
Como presidente de Francia, Chirac sigue apostando por esta pol¨ªtica. El Gobierno de Aznar tiene, as¨ª pues, margen de maniobra para llevar a cabo una l¨ªnea de firmeza frente a ETA que sea compatible con medidas prudentes como el acercamiento de presos etarras a c¨¢rceles pr¨®ximas al Pa¨ªs Vasco. En ello no hay claudicaci¨®n del Estado de derecho frente al chantaje de los terroristas, como afirman algunos medios empe?ados en tutelar, como si fuera un terreno vedado, la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno. Una visi¨®n prudente, como la que est¨¢ demostrando Mayor Oreja, permite hacer compatible la eficacia policial con la inteligencia en el tratamiento del entorno familiar de los presos. Si el acercamiento de ¨¦stos, al menos de aquellos que la Administraci¨®n penitenciaria considere menos recalcitrantes, permite sustraer a sus familiares al f¨¦rreo control a que les somete el frente carcelario de ETA, ser¨ªa poco inteligente renunciar a una medida que, por lo dem¨¢s, cuenta con el aval del Parlamento vasco.
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