EL CUADERNO DE VALDANO
El talento y el m¨²sculo. Siempre cre¨ª en la idea de que el talento nace para defenderse de alg¨²n defecto. En alguna medida (en gran medida) el futbolista virtuoso es fruto de la compensaci¨®n de muchas carencias f?sicas y precisamente por eso ha tenido que agudizar su ingenio. Escribo esto pensando en Alemania, cuyo sexto sentido futbol¨ªstico es el muscular, por eso su juego es sencillo, directo, y hasta es l¨ªcito decir sincero, porque el ingenio en f¨²tbol es sin¨®nimo de enga?o. Alemania es la ¨²nica selecci¨®n que resolvi¨® holgadamente (2-0 frente a la Rep¨²blica Checa) y lo hizo con ese estilo burocr¨¢tico que le es tan com¨²n. Siempre es igual, cuando uno empieza a aburrirse es gol de Alemania.?Qu¨¦ pasa! Porque algo pasa. Ya dimos una vuelta entera alrededor del campeonato y en el mejor de los casos hablamos de partidos vertiginosos y t¨¢cticos que confirman las tendencias de los valores colectivos. Es dif¨ªcil ver delanteros desequilibrantes (condenados como est¨¢n a la soledad y la melancol¨ªa), lo que es preocupante, y mucho m¨¢s dif¨ªcil encontrar una figura nueva con fantas¨ªa suficiente como para descubrirle alg¨²n sabor al paladar del buen aficionado, lo que resulta dram¨¢tico. El f¨²tbol est¨¢ mejor publicitado que nunca: es una moda, un fen¨®meno social, un producto de consumo de primera necesidad, pero hasta el momento est¨¢ mejor vendido que jugado. El sistema y la presi¨®n sofocan la creatividad; s¨®lo queda confiar en la capacidad de supervivencia del instinto para escapar a esa trampa.
Nadie quiere mandar. Marcelo Bielsa, excelente entrenador argentino de otra escuela y amigo personal (se pueden tener ideas distintas y afecto mutuo, incluso es conveniente), me apunta que la mayor¨ªa de los equipos prefieren ceder la iniciativa. Hasta ahora es cierto y adem¨¢s aquellos que asumieron el papel de protagonistas tuvieron problemas para sostener el mando creativo durante todo el partido; Portugal dur¨® 75 minutos, Rusia medio tiempo, s¨®lo Holanda, a¨²n con errores y sin lograr imponerse, fue capaz de prolongar el dominio hasta el final. Para jugar a no dejar jugar cualquier jugador es bueno, incluso uno malo.
Djorkaeff. Da mucho gusto encontrarse con un jugador inteligente. Le pega muy bien a la pelota y s¨®lo con eso podr¨ªa vivir del f¨²tbol, pero sus condiciones televisivas (la c¨¢mara va donde est¨¢ el bal¨®n) ya las conoc¨ªa. Vi¨¦ndole directamente me sorprendi¨® su capacidad de movimiento. Es de esos jugadores (cada d¨ªa se ven menos) que se escapa de la jugada para ganar un espacio libre. Lo explico: en su af¨¢n de presionar los equipos desplazan mucha gente hacia el sector en donde se encuentra el bal¨®n, de modo que esa zona est¨¢ militarizada. Tratar de acercarse para recibir son ganas de meterse en problemas. Djorkaeff se aleja hacia lugares m¨¢s despejados y es el equipo el que lo busca por la sencilla raz¨®n de que todos conf¨ªan en su talento. Si ¨¦l no va hacia el bal¨®n, el bal¨®n va hacia ¨¦l. O sea, que en el fondo (muy en el fondo) el bal¨®n es como las monta?as. No s¨¦ si me siguen.
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