Otro del mont¨®n
Gol de Stoichkov. Lleg¨® a los dos minutos de juego. Un bal¨®n que le cae a Stoichkov, la defensa rumana que busca su colocaci¨®n, Penev que arrastra a un central, Belodedici que pierde una zancada y Stoichkov que aprovecha la grieta sin la menor piedad. Un futbolista bueno de verdad puede pasar muchos minutos sin hacer nada, pero no deja pasar una. ?se es el caso de Stoichkov.Uno m¨¢s. Partido malo, lento, sin atrevimiento, sin t¨¦cnica, sin luces. Un equipo que marc¨® un gol y no quer¨ªa m¨¢s y otro que pretend¨ªa empatar pero sin asumir ning¨²n riesgo. Uno m¨¢s de los varios partidos que est¨¢n sobrando en esta Eurocopa.
Rumania. Suspenso general, a pesar de que, reglamento en mano, empat¨®, porque el remate de Munteanu a la salida de un c¨®rner antes del descanso entr¨®. Pero la verdad es que para ir por detr¨¢s en el marcador desde el minuto 2 no hizo el esfuerzo suficiente ni supo explotar las evidentes deficiencias de la defensa b¨²lgara. Mal.
Nueves en decadencia. Penev y Raducioiu. Ya sab¨ªamos que el ¨²ltimo campeonato espa?ol les hab¨ªa venido grande. Penev s¨®lo ha marcado, descontados los penaltis, nueve goles. Raducioiu acab¨® por perder el puesto ante Urz¨¢iz. En sus respectivas selecciones mantienen un margen de confianza pero empiezan a cansarse de ellos. No pesan, viven del pasado, de la fama, del cuento...
Hagidependencia. Hagi es el amo, y por tanto el responsable de los fracasos. Como se dec¨ªa antes "en las cuestas arriba quiero mi burro, que las cuestas abajo bien me las subo". Ayer Rumania jug¨® cuesta arriba 88 minutos y Hagi no tir¨® de ella tanto como hubiera sido posible esperar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.