El cese de Dicenta
Hace 13 a?os, el entonces reci¨¦n nombrado ministro de Asuntos Exteriores del nuevo Gobierno socialista, Fernando Mor¨¢n, pretendi¨® retirar al entonces reci¨¦n nombrado embajador de Espa?a en M¨¦xico, Emilio Cassinello. El embajador Cassinello, funcionario de reconocido prestigio y habilidad y miembro del Partido Socialista, hab¨ªa sido designado para el cargo en M¨¦xico por uno de los ¨²ltimos Consejos de Ministros del Gobierno de UCD de Leopoldo Calvo Sotelo. Dentro de las atribuciones de Mor¨¢n estaba la de remover a embajadores que no gozaran de su confianza.EL PA?S public¨® entonces un dur¨ªsimo editorial reprendiendo al Gobierno por pretender destituir a un funcionario evidentemente bien aceptado por las autoridades mexicanas y porque hacerlo daba una imagen de escasa seriedad y consecuencia al Ejecutivo de Felipe Gonz¨¢lez.
El director del Gabinete de Mor¨¢n, Jos¨¦ Luis Dicenta, y yo, a la saz¨®n director general de la OID, convencimos al ministro de lo fundado de las razones del peri¨®dico (en el transcurso de un viaje en el que Mor¨¢n ya hab¨ªa comunicado a su hom¨®logo mexicano la destituci¨®n de Cassinello) y la remoci¨®n del embajador no tuvo lugar.
Es ir¨®nico que, 13 a?os despu¨¦s, el mismo Jos¨¦ Luis Dicenta, nombrado embajador en M¨¦xico desde hace cuatro meses por insistencia del entonces ministro Javier Solana, haya sido cesado por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (sin que por el momento al parecer se le haya ofrecido alternativa profesional) y ello no haya suscitado la protesta de EL PA?S, sino apenas un art¨ªculo de su corresponsal: diplom¨¢tico explicando que la vendetta del PP no ha sido tanta y que, al fin y al cabo, ¨¦se era el precio que deb¨ªa pagar Dicenta por haber soltado amarras antes de tiempo. Vaya por Dios. Claro que el corresponsal olvida que Jos¨¦ Luis Dicenta fue, hasta su nombramiento en M¨¦xico, secretario de Estado y que la elemental cortes¨ªa en la alternancia pol¨ªtica suele pedir que se respete un poco m¨¢s a los altos cargos salientes, sobre todo cuando son, como Dicenta, profesionales de larga trayectoria. Que Dicenta sea destituido es privilegio del se?or Aznar, por supuesto. Que se le maltrate, me parece peor.-
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