Un r¨¦cord que invita al chovinismo
Jacquet lleva 24 partidos invicto al frente de Francia
?Qui¨¦n es el entrenador?". El periodista no atina a distinguir al seleccionador y, preocupado, interroga a sus compa?eros franceses en el campo de entrenamiento. "Aqu¨¦l", responde con cierto desd¨¦n uno de ellos mientras apunta con la barbilla hacia la silueta que se proyecta sobre la porter¨ªa del fondo sur. "Mucha gente de la propia Francia se pregunt¨® qui¨¦n diablos era Aim¨¦e Jacquet el mismo d¨ªa que fue elegido seleccionador".Fue un buen jugador del Saint-Etienne y del Ol¨ªmpico Lyon en la d¨¦cada de los sesenta -lleg¨® a jugar dos partidos con la selecci¨®n- y un mejor entrenador en los a?os ochenta cuando llev¨® al Burdeos a la semifinal de la Copa de Europa de 1985. El nombre de Jacquet, sin embargo, son¨® de forma tan sorprendente el d¨ªa en que fue nombrado seleccionador (17 de diciembre de 1993) como la derrota que un mes antes (11 de noviembre) hab¨ªa sufrido Francia en el propio Parque de los Pr¨ªncipes ante Bulgaria. Un gol en el ¨²ltimo minuto dej¨® a los franceses sin Mundial 94
La herida exig¨ªa un buen cirujano m¨¢s que un doctor con el nombre inscrito en su bata, as¨ª que la federaci¨®n recurri¨® al que hab¨ªa sido su director t¨¦cnico desde 1992. La terapia result¨® tan efectiva que desde aquella noche Francia no ha perdido ning¨²n partido. Los datos han llevado a Jaquet a superar los registros de t¨¦cnicos como Michel Hidalgo o el Michel Platini. Los franceses suman una cifra de 24 partidos sin perder y 10 victorias consecutivas. Un r¨¦cord que invita al chovinismo.
A sus 54 a?os tiene pinta de sacerdote. Una conferencia suya suena igual que una misa. Mantiene siempre un tono de voz suave, invariable incluso cuando el ruido exterior lo hace inaudible, no sale de su boca un improperio y apoya sus palabras m¨¢s serias con gestos delicados, muy puntuales, como si en sus manos desgranara un rosario.
La cr¨ªtica fue implacable cuando se puso el ch¨¢ndal de la selecci¨®n y estuvo a punto de perder la silla cuando encaden¨® tres empates a cero Consecutivos. Nada comparable, sin embargo, con su decisi¨®n de prescindir de Ginola y Cantona. Los dos se cayeron Pr¨¢ctica mente solos. El divismo de Ginola qued¨® manchado por aquel error que cometi¨® contra Bulgaria en la dichosa noche del 17 de noviembre de 1993. Y despu¨¦s, aunque volvi¨® a jugar al igual que Cantona, siempre anduvo de mala manera por la selecci¨®n. Cantona qued¨® mal parado por su suspensi¨®n: El golpe de k¨¢rate que propin¨® al hincha del Crystal Palace le acab¨® dejando seco y la selecci¨®n aprendi¨® a jugar sin Cantona. ?Y a qui¨¦n quito si llevo a Eric Cantona? se pregunt¨® Jacquet.
"El f¨²tbol es humildad", pregona Jacquet. Toda su liturgia invita al recogimiento, a la solidaridad, al orden, incluso -a la austeridad: "Los ¨²nicos valores indispensables son el respeto y la honestidad". Otra frase suya: "A mis jugadores, les doy toda la confianza, pero no los cojo de la mano". No es extra?o, por tanto, que su ideario futbol¨ªstico tenga como referente la organizaci¨®n: "El orden debe mandar. Si hay orden, despu¨¦s puede: haber imaginaci¨®n, espontaneidad y t¨¦cnica. La racionalidad est¨¢ por encima de la emotividad: el ¨²nico placer es ganar".
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