Laberinto de opiniones
Los sondeos apuestan por Yeltsin y los expertos por el comunista Ziug¨¢nov
Algunas de las ¨²ltimas encuestas dan una holgada victoria en las elecciones presidenciales de ma?ana al l¨ªder ruso, Bor¨ªs Yeltsin, frente a su principal rival, el comunista Guennadi Ziug¨¢nov. Otras, como la del Instituto de Sociolog¨ªa del Parlamentarismo, auguran una victoria de Ziug¨¢nov con un 35,6% frente al 32,7%. Los pron¨®sticos de los expertos tampoco son un¨¢nimes, pero se inclinan por la victoria del candidato comunista. Al menos tres centros de prestigo piensan que Ziug¨¢nov ganar¨¢ sin problemas. Esta diferencia entre pron¨®sticos y resultados de encuestas pone de relieve la tradicional imprevisibilidad de la pol¨ªtica rusa, resumida en la paradoja de que en Rusia siempre hay una sola cosa segura: que nada es seguro.El ¨²ltimo sondeo del Fondo de Opini¨®n P¨²blica, realizado el fin de semana pasado, mostraba a Yeltsin con el 38% de los votos contra el 20% para Ziug¨¢nov, lo que significa una ventaja de 18 puntos. Y seg¨²n la encuesta del Centro de Investigaci¨®n de la Opini¨®n P¨²blica (CIOP), que finaliz¨® el martes, la ventaja del actual presidente, seg¨²n el CIOP, era algo menor: 36% contra 24%. Ambas encuestas pon¨ªan al general Alexandr L¨¦bed y a Grigori Yavlinski disput¨¢ndose el tercer lugar, dejando al ultranacionalista VIad¨ªmir Zhirinovski en el quinto, pero sin excluir una mejora final.
El problema es que las encuestas en Rusia nunca han sido demasiado fiables, entre otras cosas, porque los opositores al r¨¦gimen a menudo se niegan a decir por qui¨¦n votar¨¢n o incluso dan una informaci¨®n falsa. Esto se debe primordialmente al temor a la autoridad, inculcado por los decenios de dictadura sovi¨¦tica y que gran parte de los rusos no ha logrado superar.
Por ello no es de extra?ar que los resultados de las encuestas no siempre coincidan con los pron¨®sticos que hacen los expertos. As¨ª, seg¨²n el Centro Carnegie de Mosc¨², que interrog¨® a los expertos que se ocupan de la campana electoral, Ziug¨¢nov obtendr¨¢ el 30,5% de los votos, seguido de Yeltsin con el 24,7%. Zhirinovski llegar¨ªa tercero con el 10,5%, seguido de L¨¦bed y, Yablinski, ambos con un 7,8%.
El Instituto de Sociologia Parlamentaria (ISP), que ha sido el m¨¢s acertado en sus pron¨®sticos de anteriores elecciones, pone primero a Ziug¨¢nov. Como explic¨® ayer Nugzar Betaneli, director del ISP, la encuesta que realiz¨® su instituto el martes y mi¨¦rcoles muestra "una inesperada y brusca ca¨ªda en el nivel de apoyo a Bor¨ªs Yeltsin por parte de los electores rusos".
El Instituto de Expertos de la Uni¨®n de Industriales y Empresarios, por su parte, considera que los resultados de las anteriores votaciones (refer¨¦ndum de 1993 y parlamentarias de 1993 y 1955) muestran que la estructura de las preferencias pol¨ªticas de la poblaci¨®n rusa son muy estables y pronostica que ma?ana acudir¨¢n 72 millones a las urnas, de los cuales 25 millones votar¨¢n por el l¨ªder comunista y s¨®lo 10 millones por el actual presidente, seguido de Zhirinovski con ocho millones.
En el ¨²nico punto en el que coinciden todos es que ninguno de los candidatos salvar¨¢ ma?ana la barrera del 50% de los votos, por lo que habr¨¢ sin falta una segunda vuelta y a ella pasar¨¢n Yeltsin y Ziug¨¢nov. En esto no se esperan sorpresas.
Los j¨®venes, con Yeltsin
En cuanto a los partidarios de los dos principales pretendientes al sill¨®n presidencial, son muy diferentes. El electorado de Yeltsin es principalmente joven -menor de 40 a?os-, vive en las urbes y gana un sueldo decente y tiene m¨¢s educaci¨®n que el de su rival. La mayor¨ªa de los partidarios de Ziug¨¢nov, por el contrario, tienen m¨¢s de 40 a?os, viven en el campo y en las peque?as ciudades, ganan poco, son m¨¢s agresivos.El electorado de Ziug¨¢nov es mucho m¨¢s fijo que el Yeltsin. Por ejemplo, casi un tercio de los que piensan votar por ¨¦ste es gente que no ha acudido a las urnas en las elecciones anteriores y que ahora lo har¨¢ impulsado por el miedo a una vuelta de los comunistas al poder. Esta ¨²ltima circunstancia es desfavorable para Yeltsin, ya que muchos, si el tiempo es bueno, pueden verse tentados a pasar el fin de semana en sus dachas y no ir a votar. Tambi¨¦n los hombres que no acudan a las urnas antes de las seis de la tarde seguramente ya no ir¨¢n, pues estar¨¢n pegados al televisor viendo la trasmisi¨®n en directo del partido de f¨²tbol Rusia-Alemania, y m¨¢s tarde, festejando la victoria o llorando la derrota de su equipo.
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