La fiesta aniversario
El pasado 14 de junio asistimos a la fiesta aniversario de los 20 a?os de EL PA?S. Desde que ten¨ªa 15 a?os, y ya han pasado 18 leo diariamente EL PA?S. Una de las cosas que he aprendido leyendo este diario es que vivimos en un Estado de derecho en el que los ciudadanos tienen la obligaci¨®n de defender sus derechos para contribuir a la mejora de la sociedad.Pues bien, una oportunidad de defenderlos surgi¨® al no poder disfrutar del concierto ni un solo minuto. El sonido era tan desastroso que hac¨ªa que las interpretaciones resultaran ininteligibles, por no hablar de las intervenciones de las actrices que intervinieron entre algunos de los temas musicales. Nos vimos obligados, y no hablo de nuestro grupo de seis amigos, sino de varios miles de personas que nos rodeaban, a gritar sin contemplaciones durante las interpretaciones de artistas de la talla de Serrat o Loquillo. Por supuesto, no nos quej¨¢bamos de sus interpretaciones, sino de la infame calidad del sonido. All¨ª nadie se dio por aludido y el concierto continu¨® como si todo fuera sobre ruedas. Cuando ya nos sent¨ªamos completamente "desconcertados" y estafados, abandonamos nuestros asientos y fuimos a solicitar la hoja de reclamaciones que, seg¨²n se nos dijo, no estaba disponible.Volvimos a entrar en el recinto y el jefe de seguridad nos dijo que no pod¨ªamos hablar con nadie de la organizaci¨®n, simplemente porque no, punto final al que suele recurrir la irracionalidad con mucha frecuencia. Nos sugiri¨® que present¨¢ramos una "denuncia por lo penal", como si la judicatura sirviera para los rotos y tambi¨¦n para los descosidos, y nos conmin¨® en tono levemente amenazador a que nos fu¨¦ramos de all¨ª, no sin antes tratar de consolarnos con un "y que conste que ten¨¦is toda la raz¨®n".
Comprobamos una vez m¨¢s lo solo e indefenso que se encuentra el ciudadano, incluso aunque detr¨¢s del problema se hallara en esta ocasi¨®n un diario comprometido con la defensa de los derechos del ciudadano. Como poco, tambi¨¦n sorprende que en la noche de autos, un recinto tan peque?o y poco importante como es Las Ventas, careciese de la socorrida hoja de reclamaciones que, por cierto, no s¨¦ muy bien para lo que sirve, pero queda muy bien solicitarla, porque parece que est¨¢s defendiendo tus derechos.
Para terminar, una maravillosa escena que nos regal¨® una sonrisa en mitad del calvario. Mientras nos quej¨¢bamos ante el jefe de seguridad, un periodista de Onda Cero narraba las excelencias del concierto con un multitudinario fondo sonoro coral que entonaba "no se oye". Muestra genial y en directo del maravilloso mundo del periodismo.
Feliz 20? aniversario y que cumplas muchos m¨¢s, pero que la celebraci¨®n est¨¦ a la altura.- y cinco firmas m¨¢s.
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