La sexta teor¨ªa sobre Indur¨¢in
El navarro ha revolucionado el ciclismo y ahora atenta contra las leyes de la naturaleza camino de su sexto Tour
Sexto Tour, sexta teor¨ªa. Nadie como Indur¨¢in en el deporte moderno. Ll¨¢mese Carl Lewis o Michael Jordan, cualquier gran campe¨®n ha descendido a la tierra en alg¨²n momento de su carrera y ha permitido un respiro. Pero no Indur¨¢in, empe?ado en mantenerse invencible o, al menos, en seguir pareci¨¦ndolo. Indur¨¢in pone en entredicho algunas leyes de la naturaleza y tiene a los especialistas desorientados sobre su caducidad f¨ªsica. Indur¨¢in nos coloca en el mismo lugar casi a la misma hora de cada verano: ?l, impecable, imperturbable, perfecto, exacto, puntual, listo para volver a ganar.De nuevo, como cada a?o por estas fechas, el p¨²blico se alimenta del mismo men¨²: una ensalada no demasiado ligera a base de datos incontestables sobre las excelencias del cuerpo de Indur¨¢in donde nunca se echan a faltar precisiones sobre su incre¨ªble capacidad pulmonar, el tama?o de su coraz¨®n y, por supuesto, los kilowatios que sus poderosas piernas son capaces de provocar en un aparato de medici¨®n. Y hay un segundo plato que suele constar de una entrevista con el protagonista (nunca demasiado aclaratoria) y un repaso a sus interminables haza?as con una guarnici¨®n cl¨¢sica: los apellidos, curr¨ªculo y posibilidades de quienes est¨¢n llamados a darle r¨¦plica. Quiz¨¢ de tanto insistir nos hayamos cansado de este men¨².
Porque Indur¨¢in obliga a m¨¢s. Obliga a entender, a interpretar y luego a explicar cu¨¢les son las causas del fen¨®meno. Obliga, indefectiblemente, a elaborar una sexta teor¨ªa y dejar por obsoletas las precedentes. Indur¨¢in ha revolucionado el ciclismo, ha roto los moldes: ya no hay exclusiones, no hay estereotipos, no hay distinci¨®n entre contrarrelojistas y escaladores. El corredor dominante, la imagen del campe¨®n de finales de siglo, es la de Indur¨¢in. E Indur¨¢in significa un corredor de una apariencia f¨ªsica impresionante capacitado para dominar en todas las especialidades y terrenos. Indur¨¢in es un gigante si nos atenemos a los modelos al uso. Bajo su dominio, el ciclismo cl¨¢sico ha caducado. Y todos son ejemplos que lo demuestran: no existen corredores como Hinault o Fignon, no sirven de r¨¦plica escaladores como Pantani o Chiapucci. Un corredor como Rominger quiz¨¢s haya entendido demasiado tarde el mensaje y otro como Bugno ha carecido del car¨¢cter para presentar una candidatura s¨®lida. Las esperanzas estuvieron puestas en el ruso Berzin, el ¨²nico corredor de las ¨²ltimas hornadas que parec¨ªa respetar algunos c¨¢nones: tuvo una explosi¨®n prematura y derrot¨® a Indur¨¢in en el Giro de 1994; aun sin ser un hombre de gran apariencia f¨ªsica parec¨ªa poseer una mezcla de clase, potencia y descaro. Pero Berzin ha fallado ya demasiadas veces. Sus actuales replicantes son hombres que se han moldeado r¨¢pidamente como si hubieran visto una luz al final del camino. Ah¨ª est¨¢ Jalabert, un sprinter de tama?o medio convertido en un hombre de grandes vueltas. O Z¨¹lle, un calco f¨ªsico de Indur¨¢in con capacidad para rendir en varios terrenos. U Olano, que es una iron¨ªa del destino, un corredor no hace mucho descartado para las grandes Vueltas y a quien todos ven como una r¨¦plica menor (pero r¨¦plica al fin y al cabo) del gran campe¨®n.
Tal es el desconcierto que el propio recorrido del Tour sufre las consecuencias. La organizaci¨®n ha probado con trazados extraordinariamente monta?osos, con ediciones que superaban los 4.000 kil¨®metros o con otras que apenas sobrepasaban los 3.000, ha probado a limitar el n¨²mero de kil¨®metros contra el reloj, a colocar cronoescaladas, a situar la meta en cumbres por encima de los 2.000 metros por si el mal de la altitud pod¨ªa afectar a Indur¨¢in. Fuera un Tour largo o corto, llano o monta?oso, r¨¢pido o lento, Indur¨¢in ha demostrado ser el m¨¢s fuerte a lo largo de cinco a?os. De todas las maneras, ha resuelto todas las dudas.
Las cinco teor¨ªas precedentes han fracasado. Un hombre de 1,88 metros de estatura y casi 80 kilos de peso puede ganar el Tour. Un hombre as¨ª puede superar dos etapas monta?osas consecutivas y hasta tres. Puede preparar el Tour ganando el Giro o puede ganar el Tour sin mediar otra gran carrera. Indur¨¢in puede resistir un ataque en corto a escasos kil¨®metros de la meta o una operaci¨®n de largo alcance.
As¨ª que Indur¨¢in no tiene otro rival que ¨¦l mismo. La sexta teor¨ªa quiz¨¢ tenga algo que ver con un sexto sentido: s¨®lo un hombre de una fuerza mental superior es capaz de rendir durante tan largo tiempo. Un sexto Tour nos obligar¨ªa a descartar muchas cosas. Su desgaste, desde luego. Pero tambi¨¦n nos obligar¨ªa a dejar a un lado su coraz¨®n, sus pulmones y sus piernas. Hablar¨ªamos de su mentalidad. Deberemos detenernos en su fortaleza mental.
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