El Congreso de Arquitectos de Espa?a expresa su "miedo" por la liberalizaci¨®n econ¨®mica
Entre las conclusiones figura una declaraci¨®n de los derechos del profesional
El "miedo" de una parte de los arquitectos espa?oles a que la globalizaci¨®n de la econom¨ªa mundial y las medidas liberalizadoras propugnadas en Espa?a vayan en detrimento de la profesi¨®n ha sido el factor determinante en las conclusiones del Congreso de Arquitectos de Espa?a que ayer se clausur¨® en Barcelona. El encuentro, en el que han participado 849 profesionales, se ha centrado en las discusiones que afectan al gremio y ha dejado en un segundo plano las discusiones de contenido estrictamente arquitect¨®nico. En el acto de clausura se entreg¨® el premio de arquitectura espa?ola 1995 a Enric Miralles y Carme Pin¨®s y la medalla de oro del Colegio de Arquitectos de Catalu?a a Alejandro de la Sota, recogida por su viuda.
Los debates se han realizado en tres mesas sectoriales que analizaban los tenlas de formaci¨®n y ejercicio y organizaci¨®n profesional. Cada mesa vot¨® ayer sus conclusiones en debates no exentos de virulencia, y las conclusiones de cada sector son a veces contradictorias entre s¨ª. El ponente general del congreso, Carlos Hern¨¢ndez Pezzi, se?al¨® antes de realizar la lectura de las mismas: "No son las m¨ªas, ni las de las ponencias a debate, ni tampoco las de ning¨²n, conclusiones; son las conclusiones de este congreso".El ponente hizo una llamada a que se superara el miedo en el que parece sumida la profesi¨®n y consider¨® positivos los debates. "Lo que ha predominado es el deseo y la convicci¨®n de que hay que mantener la independencia ¨¦tica frente al acoso de la, econom¨ªa global y la mercantilizaci¨®n del sector", indic¨®. En este sentido, el congreso pretende transmitir a la Administraci¨®n su preocupaci¨®n de que la calidad de la arquitectura espa?ola puede bajar por la presi¨®n de la competitividad del sector.
Manifiesto
"No tener miedo al futuro" fue el mensaje final de Carlos Hern¨¢ndez Pezzi, quien propuso atacar todos los problemas "con ¨¦tica, formaci¨®n y los principios de la arquitectura". Al principio de su intervenci¨®n, envi¨® otro mensaje al Ministerio de Fomento sobre "el miedo a que se liberalicen las tarifas" y por las "sombras de la liberalizaci¨®n global y la particular de Espa?a".El ponente dijo que en los debates, a lo largo de dos d¨ªas, hab¨ªan prevalecido el deseo y la conciencia de "mantener la independencia, la autonom¨ªa y la ¨¦tica frente al acoso de la mercantilizaci¨®n del mundo occidental". Adelant¨® que los "derechos de los arquitectos" pertenecen tambi¨¦n a la sociedad, al definir al arquitecto como "servidor social de una idea colectiva". En las discusiones aparece con frecuencia la formaci¨®n de un periodo de pr¨¢cticas tras la carrera, pero de car¨¢cter "voluntario"; la necesidad urgente de una ley de ordenaci¨®n de la edificaci¨®n, la formaci¨®n humanista, el control deontol¨®gico, el mantenimiento de las tarifas actuales, la colegiaci¨®n obligatoria y ¨²nica, y una mayor intervenci¨®n de los colegios en las tareas de formaci¨®n y reciclaje.
Entre las conclusiones destaca una especie de manifiesto, no previsto como declaraci¨®n, en el que los congresistas instan a los poderes p¨²blicos a que los derechos del profesional "sean reconocidos y promulgados como un nuevo progreso de los derechos del hombre". El documento se?ala que estos derechos profesionales en lo que afecta a los arquitectos ser¨ªan: " 1. El arquitecto tiene derecho a recibir la formaci¨®n necesaria para adquirir la competencia debida a su profesi¨®n. 2. El arquitecto en su ejercicio profesional tiene derecho a un ordenamiento corrector de toda situaci¨®n inductora de corrupci¨®n que asegure su adecuada independencia y autonom¨ªa. 3. El arquitecto tiene derecho a desempe?ar sus funciones profesionales sin menoscabo alguno de su autoridad y consecuente responsabilidad".
Las conclusiones le¨ªdas por el ponente general fueron calificadas como "herramientas de futuro" por parte de profesionales y colegios "para hacer una arquitectura como la que se premia aqu¨ª". De esta forma se refer¨ªa a la entrega de la medalla de oro del Colegio de Arquitectos de Catalu?a a Alejandro de la Sota, fallecido el pasado mes de febrero en Madrid. "Se corrige un error hist¨®rico de la profesi¨®n y la sociedad, que fue limitada en sus reconocimientos".
Tambi¨¦n recibieron el premio de arquitectura espa?ola 1995 Enric Miralles y Carme Pin¨®s por un colegio p¨²blico construido en Morella (Castell¨®n) y se anunciaron los resultados del cuarto concurso de Europan para j¨®venes profesionales.
Babelia
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