Manos blancas s¨ª ofenden

La gente que escribe para televisi¨®n sale en los t¨ªtulos de cr¨¦dito y poco m¨¢s. Pero Lynda la Plante es tan famosa entre los brit¨¢nicos que puede convertirse en diana de las parodias de c¨¦lebres humoristas sin tener que nombrarla. ?Su especialidad? Mujeres duras en un mundo de hombres. Como la que est¨¢ emitiendo La 2 en La fuerza de una mujer, su ¨²ltima creaci¨®n (martes, 23.15).Si las mujeres que vemos habitualmente en televisi¨®n fueron hace a?os amas de casa y ahora profesionales liberales, las de La Plante se meten directamente en la boca del lobo. Ser¨¢n el cerebro de una banda de atracos a mano armada (Las viudas), inspector de polic¨ªa que intenta controlar a su muchachada (Principal sospechoso), vengadoras ex presidiaria (Ella est¨¢ libre) o, como la serie de hoy, la alcaide de una prisi¨®n para delincuentes de mucho respeto. Podr¨¢ gustar o disgustar, pero La Plante tiene un m¨¦rito que nadie le resta: haber colocado en la pantalla peque?a un tipo de hero¨ªna distinta.

La Dolly Rawlins de Las viudas fue su primera campanada internacional. Tres mujeres heredaban de sus maridos el plan de un atraco perfecto. La dureza de Dolly hizo historia. La productora (Thames) corri¨® un triple riesgo entonces (1983) al aceptar una protagonista sin glamour, un reparto de actrices solventes pero desconocidas y un salvoconducto para el delito que pod¨ªa provocar sarpullidos. Pero 13 millones de espectadores se volcaron, y La Plante, que vendi¨® la serie a todo el mundo (incluida Espa?a), se convirti¨® en una pieza codiciada de la televisi¨®n brit¨¢nica, y Dolly Rawlins, en un cl¨¢sico. Su propio club de fans la hizo volver en 1995. Ella est¨¢ libre se estren¨® en la ITV brit¨¢nica. [Las viudas acaba con Rawlins en la c¨¢rcel. En 1994 cuanto habr¨ªa cumplido la sentencia de 10 a?os (ocho por buena conducta) por matar a su marido, un grupo de leales reclamaron a La Plante su retorno. As¨ª naci¨® Ella est¨¢ libre, en la que Dolly se convert¨ªa en l¨ªder de siete magn¨ªficas (as¨ª aparecen, a caballo y armadas, en los cr¨¦ditos fuera de la ley, decididas a recobrar un bot¨ªn de diamantes].

Este tipo de hero¨ªnas, con bula para el delito, han puesto en la cuenta de La Plante la acusaci¨®n de fomentar la confusi¨®n moral bajo esta ley de la ventaja que le aplica a sus mujeres, v¨ªctimas ya por su condici¨®n de tales. (De "dudosa moral" calific¨® el Financial Times a la protagonista de Las viudas).

M¨¢s digerible es la Jane Tennison de Principal sospechoso, la obra m¨¢s premiada de La Plante. Tennison -Helen Mirren- tiene rasgos similares a la Janet McTeer de La fuerza de una mujer: f¨¦minas duras en constante negociaci¨®n con su entorno para mantenerse en el poder. Una es inspector jefe, en sus 50, en un medio hostil con mucha testosterona. La otra, la de La 2, lo tiene m¨¢s f¨¢cil: ellos est¨¢n a buen recaudo y bajo candado. En la primera entrega, la alcaide Helen Hewitt McTeer se enfrenta a Tarz¨¢n, el recluso m¨¢s perverso de Gran Breta?a. ?Adivinan qui¨¦n gana este pulso?