La Naranja de la discordia
La Orden de Orange, con m¨¢s de 100.000 miembros distribuidos en logias a lo largo y ancho de Irlanda del Norte, vertebra desde su fundaci¨®n, hace 200 a?os, el esp¨ªritu religioso y patri¨®tico del unionismo protestante, simbolizado por el color naranja. Contrariamente a lo que defienden sus miembros, su creaci¨®n no est¨¢ ligada a la batalla de Boyne, sino a la batalla del Diamante, un enfrentamiento sectario ocurrido en Irlanda del Norte en 1795.Con un fuerte componente religioso, la Orden de Orange ha conseguido unir a los protestantes unionistas, al arropar bajo sus colores y estandartes a las a menudo enfrentadas iglesias presbiteriana y metodista. En los Orange Hall no hay discriminaciones de clase ni de credo, siempre que se profese la fe protestante y se haga alarde de britaneidad.
Vestidos con traje negro y el tradicional bomb¨ªn del mismo color, portando vistosos estandartes de seda en los que se conmemora, sobre todo, la batalla de Boyne de 1690, en la que Guillermo de Orange venci¨® al rey Jaime II, los orangemen -son muy pocas las mujeres que desfilan- viven las jornadas m¨¢s intensas del a?o en torno al 12 de julio, aniversario de esta trascendental victoria protestante. No menos de 3.000 desfiles -que dif¨ªcilmente, podr¨ªan impresionar a un latino acostumbrado a procesiones y fiestas de mucha mayor variedad y colorido- recorren a lo largo del mes de julio las calles de las principales ciudades del Ulster, antes y despu¨¦s del d¨ªa 12.
La noche previa a esta crucial fecha, centenares de hogueras gigantes se encienden en toda la provincia, coronadas a menudo por banderas tricolores irlandesas -la ense?a del nacionalismo republicano y, por tanto, del enemigo- que se consumen en las llamas ante los gritos de felicidad de los organizadores de los festejos.
Fiesta oficial en Irlanda del Norte, la jornada del 12 de julio es aprovechada por los cat¨®licos para abandonar precipitadamente las calles de Belfast y las principales ciudades norirlandesas, en busca de destinos menos afectados por el entusiasmo patri¨®tico.
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