La vocaci¨®n es el ¨²nico impulso para hacer pel¨ªculas en Espa?a, afirman los productores
El cine cubano recuper¨® su autonom¨ªa en los a?os 80, dice el escritor Senel Paz
En Espa?a s¨®lo la vocaci¨®n es lo que impulsa a los productores a hacer cine, seg¨²n afirmaron ayer en Santander. "Ni por dinero, ni por fama, aunque s¨ª cabe un componente de vanidad y de querencia a uno mismo", dijo el productor y director Gerardo Herrero, mientras Edmundo Gil, productor de Nadie hablar¨¢ de nosotras cuando hayamos muerto, fue m¨¢s all¨¢ y confes¨® que despu¨¦s de cuatro pel¨ªculas ¨¦l compagina su trabajo en el cine con otra actividad. Esa vocaci¨®n fue tambi¨¦n la que llev¨® a Santiago Matallana (de 31 a?os) a crear su propia productora para poder dirigir su primer largometraje, El ¨¢ngel de la guarda, que tiene previsto su estreno en oto?o.
El futuro de la producci¨®n y el fen¨®meno de productor-director, com¨²n en el panorama espa?ol, centraron buena parte del seminario sobre El cine ante el tercer milenio en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo. Son las coproducciones, en opini¨®n de los ponentes, la soluci¨®n futura de los proyectos espa?oles, que tienen que mirar no s¨®lo a Europa, sino tambi¨¦n a Latinoam¨¦rica, sin olvidar que no todos los filmes necesitan un importante presupuesto. Herrero dijo que lo m¨¢s importante a la hora de abordar un proyecto es reflexionar sobre el sentido que tiene hacerlo y por qu¨¦ se quiere realizar. Es en este equilibrio entre la parte art¨ªstica y la econ¨®mica donde deber¨ªa descansar una pel¨ªcula, seg¨²n Gil, para quien el posibilismo del cine espa?ol es tan incierto que "cualquier pata que se desequilibre, como que TVE no invierta dinero o que las ayudas del Ministerio de Cultura se tambaleen, hace casi imposible hacerlo".En el seminario intervino por la ma?ana el escritor y guionista cubano Senel Paz, quien advirti¨®, antes de reflexionar en voz alta sobre el cine de su pa¨ªs bajo la revoluci¨®n: "Escribo porque no s¨¦ hablar, y los que no saben hablar, cuando empiezan, no saben c¨®mo parar". Y los que no se lo crean, que pregunten a los responsables de las Juventudes Comunistas de Cuba, que decidieron suspender temporalmente de militancia al estudiante Senel Paz, cuando ¨¦ste ten¨ªa 17 a?os, aunque le ofrecieron la oportunidad de defenderse. Senel Paz lo hizo y habl¨® tanto y se li¨® de tal manera que los dirigentes comunistas decidieron que la suspensi¨®n ser¨ªa definitiva.
Partiendo de la base de que "el socialismo es menos fotog¨¦nico que el capitalismo" y de que Cuba "s¨®lo est¨¢ derrotada cuando pierde el humor", el autor del gui¨®n de Fresa y chocolate, dirigido por Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea, del que ha sido un estrecho colaborador, afirm¨® que, aunque no es cierto que el cine cubano naciera con la revoluci¨®n, s¨ª lo es en el sentido de que se crea con una concepci¨®n muy completa y de que contribuye a la formaci¨®n de un espectador muy exigente. Despu¨¦s de unos a?os de cine hist¨®rico -"redescubri¨® la identidad y la historia de los cubanos"- y documental, este arte, en Cuba, no pas¨® a ser simplemente esteticista, "sin encontrar una manera nueva de relacionarse con la realidad". Fue en la d¨¦cada de los ochenta cuando, con la llegada de directores j¨®venes, se logr¨®, en opini¨®n de Paz, "rescatar el concepto de cr¨ªtica de un concepto de participaci¨®n y compromiso con el pa¨ªs". "Se recuper¨®, de alguna manera, la autonom¨ªa de un cine que puede tener relaci¨®n con la pol¨ªtica, pero no sometido a ella", dijo el autor, que logr¨® despertar a los alumnos del letargo matutino contando c¨®mo el guionista en Cuba tiene que salvar situaciones aqu¨ª inimaginables. Por ejemplo, c¨®mo en un filme cubano no puede salir una escena de despedida en el and¨¦n de un tren, porque s¨®lo est¨¢ permitido el acceso a los viajeros, o las explicaciones que hay que dar de la presencia de unos cubanos en un hotel, recintos a los que no pueden acceder.
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