Comienza el lento descarte
Rominger y Berzin dan muestras de debilidad y pierden 28 segundos. Olano alcanza la segunda posici¨®n en la general
La clasificaci¨®n dicta que Olano es el primer rival de Riis, pero Riis s¨®lo est¨¢ atento a Indur¨¢in. La clasificaci¨®n dice que hay tres espa?oles entre los 10 primeros y que dos de ellos son aspirantes formales a la victoria en Par¨ªs. La clasificaci¨®n dice algunas cosas, pero no describe perfectamente la situaci¨®n. Cada cual habr¨¢ tomado nota de lo sucedido en 25 kil¨®metros, un breve tramo en el que se subieron dos puertos de tercera y uno de segunda. Indur¨¢in dio la orden de estirar el pelot¨®n y pudo sacar algunas conclusiones: en un terreno no demasiado exigente, Berzin y Rominger dieron muestras de debilidad. Ha -comenzado el lento descarte. Como dijo Ech¨¢varri: "Ha comenzado el Tour".No es un dato menor la velocidad media de la jornada, que se sald¨® con un promedio de 43 kil¨®metros a la hora, un ritmo muy elevado para un perfil tan irregular. Las primeras escaramuzas evidenciaron que habr¨ªa conversaci¨®n entre los l¨ªderes, el combate de jefes que solicita Indur¨¢in. Entre los m¨¢s nerviosos apareci¨® Berzin, que protagoniz¨® un corte al lado de Olano. Indur¨¢in se mantuvo firme desde su nueva posici¨®n de observador, atento a lo que haga Riis y sus muchachos del Telekom. Indur¨¢in insiste en una acci¨®n subterr¨¢nea, porque cree que parte de la fuerza de Riis pudiera estar en la cohesi¨®n que muestra el Telekoin. Para llegar al cara a cara, Indur¨¢in necesita que Riis est¨¦ solo y que se desgaste en el ejercicio de su reinado.
De las primeros saltos debi¨® extraer la conclusi¨®n de que el Telekom hab¨ªa perdido gas. Y a unos 50 kil¨®metros puso a trabajar a, todo el Banesto: ten¨ªa al portugu¨¦s Orlando Rodrigues en una escapada (termin¨® segundo en la etapa por no tomar bien la ¨²ltima curva) y a todos sus hombres delante, empujando del pelot¨®n. A pesar de sufrir un pinchazo, el desgaste era un hecho: cuando se alcanz¨® el punto cr¨ªtico, la selecci¨®n estaba hecha sin posibilidad de marcar las cartas.
En ese tramo qued¨® en evidencia Rominger, quien se excus¨® en sus dolores de rodilla producto de los ¨²ltimos golpes (dicen que despert¨® al m¨¦dico de madrugada). Le sucedi¨® lo mismo a Berzin. Los dos hubieran perdido m¨¢s tiempo de no maniobrar Riis de otra manera: el l¨ªder trat¨® de frenar al grupo para no perder a sus dos grandes compa?eros de fatiga, UlIrich y Bolts. Riis no quer¨ªa estar solo, pero hubo de rendirse a la evidencia. Por delante, Virenque y Leblanc dirim¨ªan sus cuentas para regocijo de los franceses. Ambos se han convertido en dos hombres ¨²tiles para algunos l¨ªderes, dos escaladores capaces de poner nerviosa la carrera en cuanto asoman las primeras cumbres.
En el grupo principal se meti¨® un tercer personaje, Olano. Olano ya no puede disimular por m¨¢s tiempo. Su regularidad es un hecho, as¨ª como que muestra m¨¢s entereza que Rominger. Olano s¨®lo despierta una duda: si soportar¨¢ la tercera semana tras haber disputado el Giro. Quienes le conocen aseguran que ya ha pasado lo peor, no dudan de su ambici¨®n y s¨®lo temen por su integridad en los grandes puertos de los Pirineos. Olano es ahora el hombre mejor colocado para atacar a Riis. El ciclismo espa?ol est¨¢ asistiendo a un relevo cl¨¢sico, pero igualmente gratificante. Olano e Indur¨¢in no son amigos. Uno no es el delfin del otro. Y tienen or¨ªgenes bien diferentes. Pero uno suceder¨¢ al otro y no se sabe cu¨¢ndo. Tampoco existe el caldo que algunos cultivan para la pol¨¦mica: todav¨ªa estamos en el Tour de Indur¨¢in, no en el Tour de Olano. Como quiera que la sucesi¨®n es inevitable habr¨¢ que aclarar que es un regalo inapreciable para el aficionado espa?ol. Suceda lo que suceda, ya no queda duda de que el guipuzcoano es un hombre Tour.
El Macizo Central no ha terminado. Salvo sorpresa no hay terreno para grandes diferencias. Pero hay que seguir observando. Es una de las ventajas que tiene Indur¨¢in sobre sus rivales. Ning¨²n d¨ªa es inservible. Seguro que en su cuaderno de notas figurar¨¢n algunas acotaciones al margen. Algo sobre Berzin, sobre Rominger, pero tambi¨¦n sobre Riis y Olano, Y todo en su cabeza, la cabeza mejor amueblada del ciclismo. Ayer, nuevamente, tom¨® la decisi¨®n correcta: un pel ot¨®n a 43 por hora para probar las fuerzas en conflicto. Y las fuerzas le fallaron a Rominger, a Berzin, a UlIrich y a Bolts. Y qued¨® anotado.
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