Europa frente la 'ley Helms-Burton'
LA LEY Helms-Burton amenaza con convertirse en la punta de lanza de una seria disputa comercial entre Estados Unidos y la Uni¨®n Europea. Este texto legal permite a Washington aplicar sanciones a empresas de terceros pa¨ªses que en sus actividades en Cuba utilicen o trafiquen con propiedades que en su d¨ªa fueron enajenadas a empresas norteamericanas. La primera lista incluye al grupo hotelero espa?ol Sol-Meli¨¢, que ha realizado importantes inversiones en Cuba. Los ministros de Exteriores de la Uni¨®n Europea se re¨²nen para estudiar una respuesta conjunta apenas unas horas antes de que, a medianoche de hoy, se cumpla el plazo que tiene el presidente Clinton para aplazar seis meses la entrada en vigor de la ley.El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Santer, se ha puesto a la cabeza de la contraofensiva europea. El jueves inst¨® a Clinton a dejar en suspenso al menos el art¨ªculo 3, que reconoce el derecho de cualquier norteamericano a presentar ante cualquier juez de Estados Unidos demandas contra empresas que est¨¦n utilizando en Cuba bienes sobre los que pudieran reclamar alg¨²n derecho.?Qu¨¦ pasar¨¢ si Clinton hace caso omiso del requerimiento europeo y EE UU aplica la ley en todos sus extremos? La Uni¨®n Europea no puede quedarse cruzada de brazos ante una disposici¨®n que, aparte de contradecir un principio b¨¢sico del derecho internacional como la no extraterritorialidad, amenaza a cualquier empresa extranjera que comercie con Cuba con graves sanciones econ¨®micas, adem¨¢s de prohibir a sus directivos y familiares la entrada en EE UU.
El abanico de las posibles medidas de retorsi¨®n europeas ya lo conoce Washington. Los Quince podr¨ªan replicar con restricciones de entrada a los directivos de empresas americanas que operan en el territorio de la Uni¨®n y, sobre todo, poner en marcha todo un dispositivo legal para contrarrestar los efectos de la ley Helms-Burton. De llevarse a cabo se crear¨ªa un indeseable foco de tensi¨®n en las relaciones trasatl¨¢nticas, Pero defenderse contra esa ley es un imperativo para proteger los intereses europeos, y muy particularmente espa?oles. No s¨®lo en Cuba, sino tambi¨¦n. en otras regiones del mundo. La, Administraci¨®n estadounidense contempla la adopci¨®n de medidas similares con las empresas de terceros pa¨ªses que comercian con Libia e Ir¨¢n.
La ley Helms-Burton, lejos de da?ar al r¨¦gimen cubano, blinda a Castro frente a sus fracasos econ¨®micos y castiga a los aliados de Estados Unidos. Y no falta quien sospecha que, adem¨¢s de satisfacer en a?o electoral a la influyente colonia cubana, a la larga la ley pretende m¨¢s que nada eliminar de la isla cualquier asentamiento empresarial que pueda competir con ventaja cuando caiga el r¨¦gimen comunista.
Independientemente de las cr¨ªticas que se hagan al Inmovilismo cubano, una prohibici¨®n planetaria de comerciar con La Habana no deja de constituir una imposici¨®n que ning¨²n. pa¨ªs soberano puede admitir. Espa?a es seguramente uno de los m¨¢s afectados, tanto por el monto de sus inversiones como por sus lazos especiales. Pero la justa defensa de sus intereses ser¨¢ m¨¢s eficaz si se realiza en coordinaci¨®n con sus socios de la, Uni¨®n Europea. Gestos unilaterales como anunciar la suspensi¨®n de la ayuda oficial a Cuba durante la reciente visita del vicepresidente de EE UU, Al Gore, no han servido para que la ley Helms-Burton deje de afectar a Espa?a. El Gobierno espa?ol tiene que tener en cuenta ese precedente e impulsar una estrategia de defensa com¨²n ante una amenaza que es igualmente com¨²n.
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