Dios es humano
La etapa de ayer la vi en fragmentos. Secuencias salteadas de una serie dram¨¢tica. Picoteando como un gorri¨®n en la alameda, de pantalla en pantalla. Un trozo en un escaparate de electrodom¨¦sticos, con un pelot¨®n de ojos nost¨¢lgicos. Otro, en una oficina, donde la radio sonaba como un parte triste de posguerra. En el bar de Faustino, donde los minutos transcurr¨ªan como tragos amargos. Finalmente, en un tresillo familiar, con un avituallamiento ciclista de fideos y ensalada. En esto consiste el juego de la vida. Hacer frente al desaf¨ªo para luego saber deslizarse en el declive sobre dos ruedas de melancol¨ªa. Y deslizarse honorablemente. Este fue el sexto triunfo de Indur¨¢in: Dios es humano. Brindemos por ¨¦l. Y que pague la ronda el dan¨¦s.-
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