"Rusia deriva hacia un liberalismo autoritario"
A sus 64 a?os, los ojos de Ryszard Kapuscinski no han perdido su brillo ni su curiosidad insaciable. Con la tenacidad de un hur¨®n, el extraordinario periodista polaco, autor de libros que se han convertido en cl¨¢sicos sobre el sha de Persia, el emperador et¨ªope Haile Selassie o la Rusia salida de los escombros de la Uni¨®n Sovi¨¦tica -Imperio, su ¨²ltima obra-, ha asistido esta semana en El Escorial a un curso de la Universidad Complutense sobre Los medios de comunicaci¨®n ante las transformaciones pol¨ªticas. All¨ª se manifest¨® otro de sus rasgos: la humildad. Sentado entre los alumnos desde el primer d¨ªa, tomaba notas como un estudiante cualquiera sin que los responsables del curso se dieran cuenta de que Kapuscinski era Kapuscinski hasta la v¨ªspera de su intervenci¨®n. "Rusia est¨¢ derivando hacia una mezcla de liberalismo econ¨®mico y autoritarismo pol¨ªtico, como antes en Chile o ahora en China", cree este aut¨¦ntico maestro de periodistas al que algunos comentaristas sit¨²an a caballo entre Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y Franz Kafka.Kapuscinski sigue de cerca la evoluci¨®n de Rusia, donde ve "rasgos positivos como la libertad de expresi¨®n, la ausencia de presos pol¨ªticos y, mal que bien, las elecciones", junto a "rasgos inquietantes como la falta de tradici¨®n democr¨¢tica y la permanencia de la idea imperial. Por eso el Kremlin no puede ni imaginar la independencia de Chechenia. No aceptan ning¨²n cambio territorial, porque su patriotismo est¨¢ basado en la posesi¨®n de la tierra. Perder la tierra es perder el alma".
Kapuscinski niega rotundamente que la voladura de la URSS haya supuesto el fin de la historia y "el triunfo sin paliativos del liberalismo a ultranza. Para nada ha terminado la historia. El lugar vac¨ªo dejado por el comunismo ha sido sustituido por otras ideolog¨ªas muy peligrosas como el nacionalismo o el fundamentalismo. Cambiaron los campos de batalla, ahora tenemos batallas en otros frentes, con otros enemigos. Y no todos se sienten felices con el triunfo del liberalismo. El liberalismo se ha convertido en otro fundamentalismo".
En su casa de Varsovia prepara su pr¨®ximo libro, ?bano, donde intenta penetrar en las entra?as de Africa y donde desarrolla su tesis sobre las civilizaciones de supervivencia, como la africana, y las de desarrollo. El autor de El emperador cree que ?frica qued¨® "indeleblemente marcada por la esclavitud, m¨¢s que por el colonialismo".
Fascinado con el monasterio de El Escorial, "donde se siente la arquitectura del poder", Kapuscinski mantiene vivas las razones que a los 18 a?os le llevaron al periodismo: "La curiosidad y el estudio. Todo me interesa y me sigue interesando". Pero reconoce que el papel del periodista se ha modificado de forma radical desde que en 1956 hizo su primer viaje al Tercer Mundo: "Con la masificaci¨®n y la abundancia de informaci¨®n creci¨® la superficialidad en el tratamiento de los temas, lo que acaba siendo una manipulaci¨®n tremenda".
Kapuscinski -que ha cubierto decenas e guerras y revoluciones, ha tratado cara a cara con muchos de los rostros que han escrito parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX, ha asistido a la aparici¨®n del Tercer Mundo en la escena pol¨ªtica y ha escrito 13 libros- es un modelo de valor y de m¨¦todo, no en vano en su piel concilia al periodista, al historiador y al fil¨®sofo. Por eso sus libros perduran y siguen siendo ¨²tiles para entender el siglo. No le gustan los pol¨ªticos, pero no los demoniza: "Si son mediocres es porque la sociedad, todos nosotros, somos mediocres. Son nuestro reflejo, nuestro producto. Nosotros estarnos en la sombra y ellos bajo los focos". En Kapuscinski se combina el riesgo -fue condenado a muerte y estuvo a punto de morir a causa de una malaria cerebral que contrajo en Uganda- con la reflexi¨®n. Y a pesar de todo el horror vivido, "y de que no se escriben libros, sino best-sellers, y de la marea de la televisi¨®n, que todo lo trivializa" Kapuscinski sigue siendo un optimista hist¨®rico y sigue creyendo que el hombre es bueno, pero que el entorno le envilece.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Ryszard Kapuscinski
- Declaraciones prensa
- Cursos verano
- Censura
- Liberalismo pol¨ªtico
- Curso acad¨¦mico
- URSS
- Libertad expresi¨®n
- Bloques pol¨ªticos
- Bloques internacionales
- Universidad
- Ciencias pol¨ªticas
- Periodismo
- Literatura
- Educaci¨®n superior
- Sistema educativo
- Ideolog¨ªas
- Gente
- Medios comunicaci¨®n
- Educaci¨®n
- Historia
- Cultura
- Comunicaci¨®n
- Pol¨ªtica
- Relaciones exteriores