El funcionario expedientado dice que s¨®lo ayud¨® al propietario de la sauna de "forma legal"
El careo se desarroll¨® el viernes en un restaurante. Estaban presentes Francisco Herrero, due?o de la precintada sauna gay Para¨ªso que ha destapado una supuesta trama de corrupci¨®n en el Ayuntamiento; Juan B. B., jefe del negociado de Industria de la Junta de Centro, expedientado tras la publicaci¨®n del caso, y el periodista. En la denuncia presentada en el juzgado, Herrero afirma que Juan B. B. y un tal R., ex empleado municipal, le prometieron paralizar el precinto de la sauna a cambio de dinero. Luego, el empresario ha mantenido que pag¨® al funcionario de Centro un mill¨®n de pesetas durante ocho meses por "informaci¨®n y mover los expedientes". En la trascripci¨®n del careo se han omitido las preguntas del periodista y s¨®lo se ha modificado el texto en aras de su inteligibilidad.
Francisco Herrero. Mira, Juan; a m¨ª R. me llega hace un a?o y se ofrece a arreglar el problerna [sobre el local de Herrero pend¨ªa una orden de precinto] y me pide mill¨®n y medio de pesetas. Me dice: "Y te voy a demostrar que yo tengo fuerza y lo puedo hacer, porque Juan hace lo que yo diga". Me lleva a una cafeter¨ªa de la plaza Mayor y luego bajas t¨². Y dices que hay que hacer un proyecto nuevo y que se puede parar el precinto. Me pide el dinero y yo digo, hombre, vamos a ver c¨®mo resulta. Y no se precinta. Luego se presenta R. y yo digo, joder, funcion¨¢is.
Juan B. B. No es verdad.
F. H. C¨®mo lo hicisteis, no lo s¨¦. Pero s¨¦ que se par¨® y por eso me ped¨ªs dinero, claro.
J. B. B. Ojo, te pidi¨® el dinero R. Esto que quede claro.
F. H. Hombre, es lo que digo. El dinero me lo pidi¨® R.
J. B. B. Y yo no dije que pod¨ªa parar el precinto. Yo no te puedo decir una cosa que no puedo cumplir.
F. H. Juan, estamos los tres y se dice que se para el precinto. Me da igual que lo dijeras t¨² o lo dijera R. ?sa no es la cuesti¨®n.
J. B. B. Se dijo que se iba a pedir un cambio de nombre. Segundo, se dijo que se iba a presentar una nueva solicitud. Tercero, luego R. se presenta en la Junta de Centro para un tr¨¢mite legal.
F. H. Y me cobra por eso 110. 000 pelas.
J. B. B. ?Benditos los que tienen emolumentos de este estilo! Se pide un retrotraimiento de actuaciones [procedimiento que permite legalmente modificar las ¨²ltimas normas que penden sobre un expediente, algo as¨ª como volver a reescribirlo]. Al haber cambio de nombre, se pod¨ªa hacer. Y as¨ª, legalmente, se para el precinto, porque el expediente va a otro departamento. Yo puedo jurar sobre mi conciencia y honor que a toda persona que me venga con un caso similar le recomiendo eso.
F. H. Entonces, si tuvimos cuatro precintos e hicimos lo mismo, ?por qu¨¦ crees t¨² que solamente se par¨® ¨¦se?
J. B. B. No lo s¨¦.
F. H. Porque luego R. me pide un mill¨®n y medio m¨¢s, y mi administrador le dice: "Hombre, R., no seas cabez¨®n; acepta el trato del principio". Y nos enfadamos y yo no le doy nada, y luego voy yo y te digo, ojo, que me he enfadado con R. Todo esto durante un mes.J. B. B.
[Durante ese mes] yo estoy continuamente encima de ¨¦l
[R.] dici¨¦ndole: "Oye, presentad esto, que tenemos esto pendiente". Pero yo no tengo ni idea de que te ha pedido dinero. Y luego, por la relaci¨®n de amistad que tengo contigo me entero de que s¨ª, de que cobr¨® una cantidad por la primera de las gestiones que te hizo. Y de que te hab¨ªa pedido ese dinero por lo del precinto del local.
F. H. ?l dice que lo compart¨ªa contigo.
J. B. B. Mentira.
F. H. Luego yo te pago alrededor de un mill¨®n de pesetas a lo largo de un a?o para que muevas papeles y consigas informaci¨®n. Para que te preocupes de mis expedientes. Ciento cincuenta mil al principio, y luego, durante ocho meses, cien mil para el piso.
J. B. B. Eso no es cierto. ?Qu¨¦ cara m¨¢s dura tienes!
F. H. Me mantengo en lo que yo he dicho. [Y empieza a sumar en el mantel de papel de la mesa lo que le ha pagado].
J. B. B. La suma que est¨¢s calculando ahora no es verdad, pero a m¨ª no me duelen prendas en reconocer que me prestas 150.000 pesetas. Me paraste en la calle cuando sal¨ªa de trabajar. Nos hab¨ªamos visto dos veces. "?Ad¨®nde vas", me dices. "A una academia de idiomas para pedir trabajo por las tardes", contesto; "Yo te presto", dices. Y t¨², Paco, ya puedes ir reduciendo esa suma, porque es mentira. Esto no es un show, esto no es Telemadrid, aqu¨ª hay enfermedades, vidas en juego, y si sigue esto as¨ª vamos al juzgado ahora mismo. Y nos vamos todos. No me has dado m¨¢s de 375.000 pesetas. Incluso un mes no me diste nada y me dijiste: "Pasar hambre es bueno para desarrollar la inteligencia". Y por trabajos fuera del Ayuntamiento, como multas de tu hijo. Al margen de esto, y por la relaci¨®n de amistad que nos une, que yo te haya podido aconsejar sobre el Ayuntamiento, no lo dudes. Pero no a cambio de dinero. Si t¨² pensabas que era por aconsejarte, yo estaba muy enga?ado, que s¨¦ que no lo estaba. Estamos hablando de unas cifras tan tontas... Yo, como ser humano, me empiezo a enterar de los problemas que tienes en el Ayuntamiento y te ayudo, pero de forma legal. En el Ayuntamiento, en general, se consiguen las cosas por lo legal.
F. H. Hombre, yo estoy dolido por tu situaci¨®n. Pero que las cosas se consiguen en el Ayuntamiento por la v¨ªa legal sabes que no. T¨² me has dicho que muchas veces han aparcado mi expediente. Y me dec¨ªas: "Han dicho que fuera con esto de los mariquitas". Yo no te habr¨ªa pagado si no hubieras estado en el Ayuntamiento. Y, si no hubi¨¦ramos tenido un compromiso econ¨®mico, ?habr¨ªas hecho lo mismo? Yo te dije: "Oye, Juan, o las cosas funcionan, o voy a tener que tirar de la manta".
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